12.05.14

36. ¿Iglesia católica o iglesia “montonera”? -sobre homenajes y homenajeados-

A las 9:48 AM, por Mª Virginia
Categorías : Sin categorías, Combate, Mentira, Marxismo, Cristo Rey

“Les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino por otro lado, es un ladrón y un asaltante.El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El llama a cada una por su nombre y las hace salir.Cuando las ha sacado a todas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz.Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz".(Jn.10,1-6)

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I)  Poco antes de concluir su primer viaje internacional a Brasil (29/07/13), el Papa Francisco en su reunión con el órgano directivo del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) pidió tener cuidado sobre la tentación que existe de ideologizar el mensaje evangélico. Señaló allí que ella consistiría en «buscar una hermenéutica de interpretación evangélica fuera del propio mensaje evangélico y fuera de la Iglesia». El reduccionismo socializante es la «pretensión interpretativa en base a una hermenéutica según las ciencias sociales y abarca los campos más variados, desde el liberalismo de mercado hasta la categorización marxista». Sería - según su análisis - la ideologización más fácil de descubrir y ya afectó mucho a la Iglesia pues en el pasado fue muy fuerte.

Hace algo menos de tiempo (1-3-14), Francisco volvió sobre el tema en un discurso pronunciado en el Vaticano ante los miembros de la Pontificia Comisión para América Latina, y admitió que hubo miembros de la Iglesia que empujaron a la lucha armada a muchos jóvenes católicos en la convulsionada década del ‘70. Allí el Papa dijo textualmente: “Nosotros en América Latina hemos tenido experiencia de un manejo no del todo equilibrado de la utopía, y en algún lugar, en algunos lugares, no en todos, en algún momento nos desbordó, y al menos en el caso de la Argentina podemos decir ¡Cuántos muchachos de la Acción Católica, por una mala educación de la utopía, terminaron en la guerrilla de los años ‘70!  

En los días previos habían analizado la cuestión de la transmisión de la fe en el marco de la educación.

Hasta aquí, parece claro que no pasa desapercibido el peligro que conlleva la imprudencia en la acción docente (educativa) de la Iglesia, la cual no se ejerce solamente a través de las instituciones, sino también –y a veces con mayor eficacia a largo plazo- a través de los medios de comunicación, o los actos públicos, por ejemplo.  La prudencia es la primera de las virtudes morales, y esto implica que sin ella no hay justicia ni fortaleza, ni templanza.

II) Vemos, sin embargo, según la noticia que nos traía aica, que en el día de hoy “domingo 11 de mayo, en el 40º aniversario del asesinato del padre Carlos Mugica, se efectuarán diversos homenajes en la ciudad de Buenos Aires, en Berazategui y en la villa La Cárcova, de San Martín. La actividad principal estará en la parroquia Cristo Obrero, de la Villa 31 de Retiro, donde el domingo el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli presidirá una misa en su memoria” y “en acción de gracias por la vida y ministerio sacerdotal del Padre Carlos Mugica”. Todo esto, tras una festiva marcha (¿procesión…?) hacia el corazón del barrio de la Villa31 a modo de gran “festival” popular.

Digamos que para cualquier hijo de vecino, se tratará ni más ni menos que de un “santo popular”, con procesión y fiesta, sin la menor necesidad de que medie ninguna canonización, pues la del “pueblo” sería suficiente, y con el amparo de la Jerarquía de este país.

Pues la Presidente de la Nación, Cristina Fernández, inauguró a su vez el sábado una escultura en la avenida Nueve de Julio” (una de las más céntricas de Bs. As.), misma que fue realizada en hierro, de 3 metros de altura y montada sobre una base de hormigón (porque parece que lo feo debe ir siempre asociado con la “cultura popular”), y su realizador dice que busca “dar testimonio en el espacio público de personajes de nuestra cultura que tuvieron que ver con la militancia social“, en continuidad con otras obras que viene trabajando en donde se refleje la “simbología de la Iglesia que mira al sur” (sic).

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Aclaro que no tengo intención de restar una oración por el eterno descanso de cualquier difunto, por supuesto, y mucho menos si es un sacerdote. Pero sí creo necesario que no se confunda a los fieles, porque rezar por una persona no significa reconocerle ipso facto virtudes heroicas, ni tampoco hacer de dicho personaje -sea quien fuese- un modelo a proponer para los hijos de la Iglesia. Pues hay que decir que el p. Mugica fue, precisamente, uno de los máximos exponentes “de un manejo bastante des-equilibrado de la “utopía”.

Y cuando esa Misa es anunciada como “homenaje”, asociado al que le rinde un gobierno de izquierda como el que padecemos, que acaba de nombrar ministra de Cultura a una popular cantante marxista (que el año pasado le compuso –por decir lo mínimo- una “loa” a Hugo Chávez) …el pueblo fiel, inevitablemente, se “confunde”. O se indigna, con bastante justificación, a nuestro juicio.

III) A esta altura, algunos se preguntarán, lógicamente, “¿Quién fue el p. Hugo Mugica?”

Para responder a ello, remitimos sobre todo al recomendable blog del padre Javier Olivera, IVE “Que no te la cuenten”, en el que se pueden ver dos artículos muy oportunos (aquí y aquí) y completos sobre este tema de los que entresacamos algunos párrafos:

“Argentina, nuestro país, ha tenido una dolorosa experiencia que incluso al día de hoy, sigue sufriendo por la inconsciencia de nuestros dirigentes. En efecto, aquellos que por estos lares ya han pasado los sesenta o sesenta y cinco años, no podrán desconocer el ambiente de violencia que se vivía por aquella época: secuestros, atentados y manifestaciones, eran el pan de cada día y, lo más singular del caso, es que muchos de sus protagonistas, provenían de parroquias y centros espirituales donde soplaban los “vientos de cambio” del posconcilio.”

Además de su tarea pastoral con los más pobres, era asesor espiritual de la Juventud Estudiantil Católica del Colegio Nacional de Buenos Aires; de esos grupos de donde saldrían algunos conocidos terroristas como Mario Firmenich y Fernando Abal Medina, dos de los futuros fundadores de la agrupación armada Montoneros.

En 1968 fue enviado a París para estudiar Doctrina Social de la Iglesia; allí podrá ver en directo el Mayo francés y mamar las ideas revolucionarias en boga, al punto que, a su regreso, prefirió primero pasar un breve período por Cuba. Ya en Argentina formaría a muchísimos jóvenes en la cosmovisión del jesuita Teilhard de Chardin y en la doctrina del compromiso con el mundo de Emmanuel Mounier, Yves Congar y Michel Quoist, teólogos “de avanzada” y adalides del progresismo de entonces.

Mugica, si bien no se autodeclaraba marxista, coqueteaba demasiado con la ideología, como podemos leer en algunas de sus intervenciones. Así, en 1970 y durante un discurso en la ciudad de La Plata, decía:

“¿Cómo debe ser la revolución que el país necesita? (…). En la Argentina, como en casi todos los países de Latinoamérica, vivimos una grave situación de injusticia, que podemos llamar de violencia institucionalizada. Esto está dicho (…) en los documentos de Medellín. Por su parte, los documentos de San Miguel del año pasado –firmados por nuestros obispos– siguen vigentes en estos días. Dicen los obispos que ‘…comprobamos que a través de un largo proceso histórico, que aún hoy tiene vigencia, se ha llegado en nuestro país a una estructuración injusta. La liberación deberá realizarse, pues, en todos los sectores en que hay opresión: el jurídico, el político, el cultural, el económico y el social’. Y este documento está inspirado (…) en las palabras de Cristo. No hay que olvidarse que todas las revoluciones teológicas de la historia son, en definitiva, un retorno al proto-cristianismo. No olvidemos, por ejemplo, que todo era común entre los apóstoles que acompañaron al Señor. Marx y Lenin no hicieron más que parafrasear al Evangelio (…). Es necesario fijarse en la cabeza (…): la Iglesia no habla más de la salvación del hombre, sino de la liberación del hombre. Y por eso yo, como sacerdote, estoy hablando de política (…). Voy a dar otro testimonio vital que me tocó vivir hace seis años juntamente con Mario Eduardo Firmenich, un cristiano ejemplar “

(Mario Firmenich fue un conocidísimo guerrillero argentino jefe de la organización Montoneros. Firmenich reconoce la influencia de Mugica con estos términos: “En el caso particular del grupo al que yo pertenecí, que era el grupo que constituimos con Medina, Carlos Mangues, Emilio Maza, Carlos Cartoy Martínez, Norma Arrostito, etc., este grupo venía de la revista Cristianismo y Revolución, en particular. Se había nucleado alrededor de una figura que había liderado, un carismático un referente de este pensamiento el cura Mugica…” (Cf.www.elhistoriador.com.ar/entrevistas/f/firmenich.php).

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Sigue Mugica:

Estamos entrando en nuestro país en las revoluciones explosivas de la desesperación que preanunciaba el Papa. Y así nos encontramos con el hecho nuevo y asombroso de que jóvenes cristianos de activa militancia en las organizaciones de la Iglesia se ven empujados –por el inmovilismo social y político– a la violencia revolucionaria como última alternativa. Y el rol que le cabe a la Iglesia es iluminar ese proceso de cambio” (…)(Diario La Razón, 16 de Julio de 1970)

Pero el sacerdote no sólo pronunciaba discursos; su infatigable labor lo hacía dar clases, dictar conferencias y hasta escribir libros, como, en 1971, Peronismo y cristianismo (edición digital disponible aquí) donde se puede leer:

Si a Jesucristo lo llamaron borracho, lo acusaron de subvertir al pueblo, ¿qué nos puede importar que nos acusen de comunistas, de subversivos, de violentos y de todo lo demás?” (…)Jesucristo es mucho más ambicioso. No pretende crear una sociedad nueva, pretende crear un hombre nuevo. Y la categoría de hombre nuevo que asume el Che, sobre todo en su trabajo “El Socialismo y el Hombre”, es una categoría netamente cristiana que San Pablo usa mucho (…). Jesús (dice): ‘No piensen que he venido a traer la paz a la tierra; no he venido a traer la paz sino la espada’. Esto no hay que entenderlo como pretenden algunos, como si Cristo viniera a invitarlos a la lucha armada (…). Cristo rechaza como satánica la tentación de ponerse al frente de ese ejército de liberación para liberar política y socialmente a su pueblo. Todo esto está simbolizado en las tentaciones del demonio en el desierto. Jesús pretende crear un nuevo tipo de relación entre los hombres, pretende crear un nuevo tipo de hombre que va a llevar a una profunda revolución en las estructuras”.

Hasta aquí podría entenderse con bastante buena voluntad el párrafo del Padre Mugica respecto de Jesucristo, pero resulta que al querer aclarar, oscurece más:

Marx habla de dar a cada uno según su trabajo o a cada uno según su necesidad, que para mí es profundamente evangélico, no hace más que asumir ese contenido (…). Y cuando Lenin dice: ‘El que no trabaja no coma’, repite lo que dijo San Pablo en el siglo I (…). Si hoy realmente los que se dicen católicos en la Argentina pusieran todas sus tierras en común, todas sus casas en común, no habría necesidad de reforma agraria, no habría necesidad de construir ni una sola casa (…). Si hoy muchos de nuestros hermanos se juegan el pellejo por la causa del pueblo, ¿cómo yo, sacerdote, no voy a asumir mi compromiso, aunque sea doloroso, en la lucha por la liberación de mi pueblo, denunciando las injusticias e interpelando además a los cristianos para que ocupen su lugar en la lucha?  (…). Por eso, como movimiento los sacerdotes del Tercer Mundo propugnamos el socialismo en la Argentina como único sistema en el cual se pueden dar relaciones de fraternidad entre los hombres”.

Se pregunta con razón el padre Olivera: “¿Cómo entender las propuestas de paz que hoy se nos dirigen, homenajeando a un sacerdote que hablaba del “Che” Guevara como un “profeta de nuestro tiempo”( Carlos Mugica: Una vida para el pueblo. Prólogo de Justo Oscar Laguna, obispo de Morón. Introducción de Jorge Vernazza, Pequén Ediciones, Buenas Aires 1984, 63.)  o de Lenin como un apóstol de Cristo? “

Sus seguidores fueron consecuentes con los principios aprendidos, pero parece que hay muchos que no han aprendido de todo lo sufrido, y hoy vuelven a señalar el camino torcido.

“Ya al final de su vida, cuando Perón estaba regresando de su exilio, intentó con una débil sentencia bíblica, aplacar los ánimos: “hay que dejar las armas para empuñar los arados”. Pero los ríos de sangre eran ya torrente. Se dice también que su arrepentimiento llegó, y de este no se habla. Casi presintiendo el fin (cosa que sus seguidores no desean recordar) fue a ver al Padre Julio Meinvielle (uno de los más grandes teólogos argentinos a cuyas clases había asistido, aunque tomando luego el rumbo opuesto). “Padre, deseo morir en el seno de la Iglesia”. Pero la revolución es implacable y al terminar una Misa y a punto de subirse a un auto, fue abatido por aquellos mismos que antes le acolitaban.”

A la luz de este final, resulta que hay algunos que pretenden presentar al fundador del Movimiento de los Sacerdotes del Tercer Mundo en la Argentina como un “mártir” de “los pobres”, a manos de organizaciones militares, chivo expiatorio predilecto de la izquierda y de la historia oficial (que será cada vez más oficialmente impuesta, a juzgar por la reciente elevación a Ministerio del que antes era sólo Secretaría de Cultura…).

Pero la verdad pasa por otro lado, como lo prueban ya varios testimonios que no tendrían que perderse en el olvido, y apuntan a demostrar que las organizaciones terroristas no se quedan de brazos cruzados cuando uno de sus miembros, o alguien relacionado con ellos, opta en sentido contrario afectando sus intereses u objetivos políticos. Citamos a continuación algunos datos periodísticos que pueden confrontarse en la web:


- “El padre Mujica, que en los últimos años desarrolló su acción pastoral en las villas de emergencia, se inició en ese quehacer como parte del equipo sacerdotal que fuera creado en 1969. Con la aprobación de monseñor Aramburu se hallaba enrolado en el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo.”

“Hace dos meses, sus disidencias con los sectores de izquierda del movimiento villero se hicieron públicas.  El 19 de Marzo último publicó con su firma un artículo en un matutino porteño, donde enjuiciaba severamente al marxismo y lo responsabilizaba del “ideologismo” en que han caído los jóvenes peronistas” 

“Casi al mismo tiempo, en nombre del grupo de sacerdotes que lideraba, el padre Mujica, había hecho contactos en las más altas esferas del gobierno” (diario “La Nación”, 12 de mayo de 1974).

- Al día siguiente de su asesinato, el diario La Opinión en su página 9, publicaba un mensaje del padre Mujica dirigido a la juventud:

“Somos conscientes que sin las juventudes el proceso revolucionario impulsado por Perón irá al fracaso. Pero advierto a esta misma juventud que está en una encrucijada: optar por la revolución nacional que se nutre de nuestra esencia cristiana y popular, incorporando a las fuerzas del nuevo orden revolucionario, que como señaló el presidente Perón se oponen a las fuerzas del desorden…o hacerlo por el socialismo dogmático, es decir por un modelo ideológico colonial, en manos de una “élite científica”, actitud que lleva a la dictadura del proletariado, la que se convierte en dictadura sobre el proletario”.

Nos preguntamos de qué ha servido denunciar al marxismo, mientras se pretende tomar sus mismos principios rociándolos con agua bendita y lenguaje acarameladamente cristiano. Tal vez el triste final del sacerdote sea una respuesta.

- En el número 31 de la Revista “Militancia” (de Eduardo Luis Duhalde  y Rodolfo Ortega Peña), se publicó una foto del Padre Mugica y a continuación el siguiente  texto:

 “El padre Carlos (como lo conocen las feligresas de su antigua parroquia de Santa Elena),  o el cura Mujica (como le dicen en los ambientes políticos) o Carlitos (como lo llaman los vecinos de Copérnico y Gelly y Obes - corazón del barrio norte), siempre ha sido un  movimientista nato. Como queriendo resumir en su persona todas las corrientes internas de la iglesia, trata de ser al mismo tiempo un conservador-progresista, un oligarca popular, un cura humilde y bien publicitado. un revolucionario y defensor del sistema. Y así le va con el resultado. Lo dicho no es una acusación gratuita. Con su defensa apasionada del celibato eclesiástico y del acatamiento sin protestas a la jerarquía, es tolerado por los pre-conciliares, como “un muchacho rescatable".

“Su pertenencia al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, lo refiere a los sectores de avanzada. Su hábitat en el barrio norte y sus amistades, le permite no romper los lazos creados en su carácter de Mujica Echague. Su labor religiosa en la Villa Comunicaciones lo emparenta con el pueblo. Su condición de colaborador de Bernardo Neustadt en la revista Extra, le abre las puertas de la contrarrevolución, avalado por su círculo de relaciones. Todo mezclado como en el poema de Guillen. La Biblia y el Calefón, diría Discépolo. (…) Como si fuera un corcho, siempre flotando aunque cambie la corriente. “Montonereando” en el pasado reciente, “lopezrregueando” sin empacho después del 20 de junio, Carlitos Mujica, cruzado del oportunismo, ha devenido en:"¡Depurador ideológico! “…Por todo lo expuesto quede Carlos Mujica preso en la cárcel del pueblo, aunque se quede sin asistir al casamiento de la hija de Llambi con Sergio Patrón Uriburu.”

Al sábado siguiente de estas líneas, Mujica era acribillado a balazos.

- En el libro de Eugenio Méndez, “Confesiones de un Montonero”, editado en 1985, encontramos lo siguiente:
“Muchos militantes que sobrevivieron a aquello han atestiguado, sobre autoatentados cuyo propósito tendía a que no se alentaran esperanzas de un arreglo negociado en el peronismo. El montonero Antonio Nelson Latorre, que se jactó en la ESMA de haber sido quien abatió al capitán Roberto Máximo Chavarri en Ezeiza, afirmaba muy suelto de cuerpo que fueron montoneras las balas que desplomaron al padre Mujica en la noche del sábado 10 de mayo de 1974 a la salida de la capilla de San Francisco Solano. Según él, el hecho se había justificado por la conducta que tuvo en el último tiempo quien fuera fundador del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo en la Argentina; se la evaluaba como próxima a López Rega, lo que podía despertar ilusiones contrarias a la política de ruptura con el justicialismo. Algo puede haber habido: en contraste con el resto de la prensa, el diario Noticias minimizó la cobertura del asesinato. Ante la protesta de lectores y de algunos redactores, Firmenich publicó cuatro notas apologéticas de Mujica que, de ser cierto lo de la autoría de su muerte, eleva a la esquizofrenia la hipocresía de la Conducción Nacional (de Montoneros). Sobre todo de Firmenich, que eligió a Mujica para bendecir la ceremonia de su casamiento. Quizás los Montoneros creían impedir cualquier entendimiento dentro del peronismo.” 

- En octubre del año 2008, el Dr. Antonio Cafiero manifestó en un programa de televisión (TN) “Tiene la Palabra”, que el padre Mujica había sido asesinado  por los Montoneros, refiriendo que en el año 1974, cuando era Presidente de la Caja de Ahorro, lo visitó el padre Mujica, 48 horas antes de su asesinato, y le confió entonces “que estaba con miedo y que temía por su vida por reiteradas amenazas que había recibido”.  Ante una repregunta del Dr. Cafiero, el sacerdote le dijo textualmente: “A mí me van a matar los Montoneros”, de donde provenían las amenazas.

Aquí el video.

lugar, entonces, la verdad. Mentir es un pecado, lisa y llanamente, y defraudar a las almas confiadas a nuestro cuidado, falseándoles la memoria histórica, o dándoles una piedra en vez de pescado, ¿qué será?

Quienes dicen estar preocupados por “la gente”, sería bueno que adviertan que la gente católica también quiere coherencia, y además de pan y trabajo, necesita la salvación de su alma; algo más que pura materialidad, y si no la encuentran en la Iglesia católica, irán a depositar su esperanza en el Gauchito Gil, o en la Difunta Correa.

Y si hay alguna confusión vocacional entre ser sacerdote o ser asistente social (como más o menos sugería en un reportaje el popular sacerdote p. Farinello), ¿no sería más honesto que pidan una dispensa para retirarse a las Filipinas a pensar un poco, en vez de seguir confundiendo al pueblo que se llenan la boca diciendo que quieren servir?

Otro “detalle” no menor a tener en cuenta, es que el martirio supone para la Iglesia, una causa que configura al mártir con Cristo, bajo ciertas condiciones, a saber:

-                            que se lo mate por odio a la fe,

-                            que muera perdonando a sus enemigos.

Sobre lo segundo no podemos saberlo, pero lo cierto es que aún si así fuese, lo que no podría afirmarse es que se dé la primera condición, ya que como vimos, el móvil estaría más en la dirección de eliminar una posible amenaza político-estratégica de la organización Montoneros. Una vez más, notamos que el abuso en el lenguaje puede conducir a abusos en materia de fe y de moral.

IV) Mirando entonces los homenajes y celebraciones de hoy, precisamente en la fiesta del Buen Pastor, nos preguntamos si la trayectoria de este sacerdote amerita que se lo identifique sin más con Nuestro Señor, Buen Pastor.

Cuando a esto se suma la exhortación de los obispos a trabajar por la paz en una sociedad enferma de violencia, uno se pregunta si nos están tomando el pelo, o si padecemos de esquizofrenia colectiva.

Y es vergonzoso que sea precisamente la mujer que dice gobernarnos quien les replique en la cara, en el acto de ayer, manipulando con descaro la Evangelio Gaudium. (Según parece, esta señora no conforme con haber llegado a reyna, piensa postularse para “papisa”…):

 “Las palabras de la presidenta eran escuchadas por una representación importante de la Iglesia argentina. Sobre el palco principal, junto a la silla correspondiente a Cristina había representantes del Arzobispado porteño, de la Conferencia Episcopal y del Equipo de Pastoral de Villas. Allí estaban monseñor Joaquín Sucunza, número 2 del arzobispo Mario Poli; el obispo de Neuquén y vicepresidente del Episcopado, Virginio Bressanelli; y los curas villeros Guillermo Torre (de la pquia. Cristo Obrero de la Villa 31, donde descansan los restos de Mugica); José María Di Paola, alias “Pepe", de la Villa 21-24 de Barracas; entre otros. En esas gradas, destinadas a los invitados especiales, también se podía ver a los sacerdotes Domingo Bresci y Antonio Puigjané y al amigo de la adolescencia de Mugica, Ricardo Capelli, quien sobrevivió al atentado en la parroquia de Villa Luro en el que fue asesinado el cura.” (ver noticia completa aquí).

Es espeluznante que entre los mencionados “invitados especiales”, aparezca sin el menor disimulo ya, en su silla de ruedas, un personaje como Fray Antonio Puigjané, franciscano capuchino fundador del MTP (Movimiento Todos por la Patria), que se hizo célebre por el ataque al cuartel de La Tablada (23-1-1989) que dejó un saldo de 38 muertos, 9 fusilados y 5 desaparecidos. Por ese hecho cumple una condena de 20 años, reducida desde sus 70 años a prisión domiciliaria, en un convento de su comunidad, donde celebra Misa, pero con un permiso de 8 horas diarias de salida (parece un chiste, pero no lo es).  No nos preguntemos entonces por qué no hay misericordia disponible para que nuestros pastores adviertan la existencia de los militares y civiles presos políticos, con causas inventadas, sin condena, sufriendo todo tipo de vejámenes hasta su muerte.

¿O el peronismo de izquierda será una suerte de Quinto evangelio, que debemos reconocer y al que debemos adherir los católicos, para ser considerados como tales en esta “nueva era”?…Me parece un poco peligrosa la pretensión, y personalmente, no estoy dispuesta a quitar ni a agregar un solo artículo del Credo, y si nos empujan por esa pendiente, habrá que asirse con todas las fuerzas a la baranda para no resbalar, con la gracia de Dios.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.  NO en la montonera.

Y quienes pretendan que el Peronismo ha dado muchos hombres ejemplares (pues una bolsa de gatos da para todo tipo de gatos), miro a quienes hoy están agazapados en el poder político en nuestro país, y busco en el santoral…por lo menos por ahora, no los encuentro.

Eso sí: pretender que las Misas se celebren no digo solemnemente, sino al menos respetando todas las rúbricas, será  visto por algunos como intento de “ideologizar” la fe… pues me perdonarán, pero no lo incluiré en mi examen de conciencia.

Ahora bien, vayamos a la “causa de los pobres", digamos que una causa no hace tampoco meritorios per se, los actos que la invocan. Tenemos miles de casos en la historia, pero sin hilar muy fino, podemos decir simplemente que “el fin NO justifica los medios”. Maquiavelo no es un Padre de la Iglesia, ni mucho menos.  

Y además, ¿de qué pobres hablamos? Creo que todos estamos incluidos en los “pobres pecadores”, y no hay mayor pobreza que el no tener la fe verdadera, y a Cristo mismo. ¿Y los no nacidos? No soy la única que espera todavía una palabra de condena (y de excomunión) acerca del brutal asesinato que el otro día se realizó a una bebé de 6 semanas de gestación, a instancias de las organizaciones abortistas, por haber sido violada su madre, una niña de 13 años. Cuando empecemos a ver  sacerdotes “amigos de los pobres” acordándose de esos pobres a quienes se les niega nombre, bautismo y sepultura, podremos empezar a escuchar. Mientras tanto, su cantinela suena muy desafinada; sigan ensayando, por favor.

Por amor de Dios: la Iglesia no puede dejar de ser “docente”. ¿Es mucho pedir que los pastores, en el día del Buen Pastor, Maestro Bueno, recuerden lo que esto implica? Porque por más que se lo traten de impedir, el lógico funcionamiento de los cerebros de los fieles (sí, créanme que tienen cerebro, además de sentimientos) es que si se halaga a alguien, si se lo homenajea, sea vivo o muerto, es porque de alguna manera se lo está proponiendo como modelo.  Les guste o no a los que reniegan de lo heroico y lo arquetípico, la gente vive buscando modelos, pautas de comportamiento, “carteles indicadores” de tránsito. Si se coloca una alfombra roja y guirnaldas de flores en una avenida, no comprenden por qué no ha de transitarse ese camino, pues lo toman como una invitación.

Quisiera que alguien me explique qué sentido tiene la convergencia con el gobierno (un gobierno que ensalza al Che Guevara, que propone como modelo a Chávez, que ampara el asesinato de bebés recién nacidos o nonatos, que abomina de la obra civilizadora de la Iglesia en América y que hace, en fin, de la mentira más burda su discurso cotidiano) en la realización de homenajes que a los católicos lo único q hacen es confundirlos? ¿A quién va dirigido el “guiño”?  Pásenme un diccionario, por favor.

Y supliquemos insistentemente por nuestros pastores, para que además de misericordia, el Señor les conceda el amor por sobre todas las cosas, a Cristo y su verdadera Iglesia, y el valioso don de la coherencia para iluminar, proteger y consolar a todos sus fieles, sin distinción.