12.05.14

 

El Gobierno de España asegura que no se han reducido las ayudas destinadas a la maternidad, sino que éstas han bajado porque hay una menor demanda debido a la caída de los nacimientos en el país. Así empieza la noticia que damos esta tarde en la portada de InfoCatólica.

Lo que ha ocurrido es que el gobierno, viendo que la natalidad sigue bajando en España, ha previsto una partida de ayudas a la maternidad de menor cuantía.

Detrás de la lógica “económica” de esa medida, que no deja de ser una previsión “razonable", ya que es absurdo presupuestar un gasto que no se va a dar, hay una serie de verdades que conviene destacar:

1- Que los españoles en edad de tener hijos no los tienen. Estamos lejísimos de la tasa de reemplazo -o como se llame-, por la cual se garantizaría, flujos emigratorios aparte, la estabilidad del número de españoles.

2- Que la edad media de los españoles va a subir irremediablemente en las próximas décadas. Primero, porque nacerán menos de los que mueran. Segundo, porque cada vez se alarga más la expectativa de vida.

3- Que dentro de cierto tiempo -los expertos no se ponen de acuerdo-, será tal cantidad de españoles en edad de jubilación que no habrá manera de que el Estado se haga cargo de esas pensiones, ya que el número de españoles en edad de trabajar, aunque no haya crisis económica, hará imposible que cubran ese gasto con sus impuestos.

Causas de este abismo demográfico:

1- La apostasía y/o secularización de un país que fue cristiano. Cada vez hay menos bodas religiosas -ý civiles-, cada vez hay más divorcios, cada vez hay más personas que están sumidas en la cultura del egoísmo, que es poco compatible con la idea de tener hijos a los que hay que educar y mantener. Cada vez hay más abortos.

2- La crisis económica. Con una tasa de paro juvenil a niveles catastróficos, es literalmente imposible que una pareja de jóvenes “normales” se animen a formar una familia. Y si la forman, es milagroso que quieran tener varios hijos.

3- La nefasta política familiar de todos los gobiernos habidos desde la llegada de la democracia a España. Las ayudas por hijo en este país son ridículas comparadas con las que se dan en otros países europeos.

Sabiendo, como sabemos, que la cultura de la muerte avanza a pasos agigantados, ¿saben cuál es el futuro de la generación de españoles que en dos o tres décadas llegaremos a la vejez? No nos extrañemos de que nos aparquen en residencias masificadas o nos quiten de en medio vía “eutanasia”. Cosecharemos lo que hemos sembrado.

Si no eres cristiano, aunque solo sea por egoísmo, ten hijos antes de que la vejez te encuentre solo o llegues a ser una carga insoportable para tu hijo único. Si eres cristiano, y Dios te ha concedido del don de poder tener hijos -o adoptarlos- recuerda lo que te dice el salmista:

Los hijos son un regalo del Señor,
el fruto del vientre es una recompensa;
como flechas en la mano de un guerrero son los hijos de la juventud.
¡Feliz el hombre que llena con ellos su aljaba!
Salm 127,3-5

Paz y bien.

Luis Fernando Pérez Bustamante