14.05.14

¿Se está produciendo un calentamiento global antropogénico catastrófico? –4

A las 2:08 PM, por Daniel Iglesias
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Comentario del libro: Steve Goreham, The Mad, Mad, Mad World of Climatism –Mankind and Climate Change Mania, New Lenox Books, New Lenox IL USA, 2012.

1. Mala ciencia –temperatura, el IPCC e emails reveladores

En el Capítulo 9, Goreham critica a fondo tres aspectos de la moderna ciencia del clima:
• “Los mismos registros de temperatura sobre los cuales está basada la alarma del calentamiento global están afectados por el error y la exageración.
• El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático [IPCC], la autoridad mundial reconocida del cambio climático, no es objetivo, sino fuertemente tendencioso hacia políticas climáticas activistas.
• Y correos electrónicos reveladores de los principales científicos climáticos del mundo muestran un patrón de selección tendenciosa de datos, engaño, esfuerzos para suprimir la evidencia contraria y, en general, mala práctica científica” (pp. 145-146).

Acerca del primer aspecto (temperatura) destacaré tres puntos:
• La red mundial de estaciones de temperatura cayó de más de 6.000 estaciones en 1960-1990 a menos de 1.500 estaciones en la actualidad (cf. pp. 147-148).
• Un estudio de 2007 mostró que más del 70% de las estaciones de temperatura de los Estados Unidos (consideradas las mejores del mundo) están en condiciones inadecuadas por la cercanía del sensor a una fuente artificial de calefacción, lo que afecta las mediciones de temperatura (cf. pp. 148-149).
• Varias instituciones gubernamentales, mediante “ajustes” cuestionables, han inyectado una tendencia al calentamiento en los datos crudos de temperatura (cf. pp. 149-153).

Acerca del segundo punto (IPCC), destacaré tres puntos:
• Desde su creación en 1988, el IPCC abrazó decididamente la teoría del calentamiento global antropogénico catastrófico. Nunca analizó objetivamente si el cambio climático estaba conducido principalmente por fuerzas naturales o si el resultado neto del calentamiento global podría ser positivo para la humanidad (cf. pp. 153-154).
• El IPCC impulsa el consenso para apoyar una posición política. Esto se logra seleccionando autores principales que apoyan la teoría referida y dándoles poder editorial autoritario para controlar el contenido del reporte final (cf. pp. 155-156).
• Los reportes del IPCC incluyen pronósticos alarmistas científicamente infundados sobre la desaparición de los glaciares del Himalaya, la deforestación de la Amazonia y la caída de la producción agrícola en África, reconocidos luego como errores serios (cf. pp. 156-158).

El tercer aspecto (emails reveladores) se refiere al “Climategate” (es decir, el Watergate del clima). Este escándalo estalló en noviembre de 2009, en vísperas de la Conferencia Climática de las Naciones Unidas en Copenhague, y contribuyó al fracaso de esa Conferencia. Alguien no identificado descargó en Internet más de 1.000 documentos e emails de la Unidad de Investigación Climática (CRU = Climate Research Unit) de la East Anglia University, de Inglaterra. La CRU es un actor clave de la climatología mundial. Reúne todos los datos de temperatura del mundo y los procesa. Los emails filtrados muestran, entre otras cosas graves, cómo muchos de los principales climatólogos (autores importantes de los reportes del IPCC que guían las políticas ambientales de todos los gobiernos del mundo) amañaron los datos para promover la teoría del calentamiento moderno anormal. Para colmo de males, la CRU admitió en 2009 que ya no dispone del conjunto original de datos de temperatura global, sino sólo de los datos procesados: un gravísimo error de práctica científica (cf. pp. 158-163).

La actuación de las tres comisiones creadas para investigar el Climategate fue tan escandalosa como el Climategate mismo. Básicamente, se dedicaron a blanquear rápidamente la situación (cf. pp. 163-166).

En noviembre de 2011, en vísperas de la Conferencia Climática de las Naciones Unidas en Durban, Sudáfrica, ocurrió el “Climategate 2”: una segunda liberación anónima de emails de la CRU (esta vez 5.200). Estos emails agravaron el escándalo del Climategate. Entre otras muchas cosas, muestran que Phil Jones, Director de la CRU, propuso a varios científicos borrar todos sus emails para eludir las leyes de libertad de información. También muestran la fuerte influencia de la CRU en la BBC, orientada a impedir la cobertura informativa de científicos escépticos sobre el calentamiento global antropogénico (cf. pp. 166-168).

Goreham concluye el Capítulo 9 diciendo: “Por increíble que parezca, este proceso científico defectuoso ha hecho descarrilar al mundo en torno a un gas vestigial de la atmósfera” (p. 170).

2. Financia mi estudio del clima

Para no alargar mucho más esta ya larga reseña, me limitaré a decir que la caricatura contenida al principio del Capítulo 10 resume muy bien el contenido del capítulo. Un universitario recién graduado con un doctorado en ciencia se encuentra ante una encrucijada, debiendo elegir entre dos caminos. A su izquierda se abre el camino del climatismo, que conduce hacia contratos de investigación, riqueza, aprobación de los pares, premios, permanencia asegurada en la universidad y fama mediática. A su derecha se abre el camino del realismo, que conduce hacia la acusación de “negacionismo climático”, falta de contratos de investigación, burla de los medios, privación, crítica de los pares y pobreza (p. 171). No es de extrañar que, por convicción o conveniencia (o una mezcla de ambas), la mayoría elija el camino del climatismo… (Continuará).

PS: ¡Ánimo! Sólo nos faltan tres capítulos…

Daniel Iglesias Grèzes

Nota: Las traducciones del inglés son mías.