19.05.14

Argentina: "Promoveatur ut amoveatur"

A las 8:42 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : Iglesia en América

Del Vatican Insider

“Promover para remover”. Antiguo adagio eclesiástico que mantiene plena vigencia. Los hechos demuestran que también el Papa actual ha decidido usar esta fórmula para solventar situaciones delicadas. Ese parece ser el caso del arzobispo argentino de Rosario, José Luis Mollaghan. Francisco lo designó como miembro una nueva comisión del Vaticano. Aquí la crónica un “alejamiento anunciado”.

Al mediodía de este lunes 19 la sala de prensa de la Santa Sede emitió un seco comunicado: “El santo padre Francisco nombró miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe en la apenas creada comisión para el examen de los recursos eclesiásticos para los ‘delicta graviora’ (delitos graves de los sacerdotes), a José Luis Mollaghan, hasta ahora arzobispo metropolitano de Rosario (Argentina)”.

Información puntual, sin mayores detalles. No se comunicó la naturaleza del nuevo cargo, ni el rango ni la jerarquía. La brevedad del boletín vaticano llevó en primera instancia a concluir que la designación de Mollaghan no necesariamente implicaba su abandono de la Arquidiócesis de Rosario. Salvo por aquel “hasta ahora”.

Pero la nota emitida en Roma fue complementada por el nuncio apostólico Emil Paul Tscherrig, el embajador vaticano en Buenos Aires. Según consignó la agencia episcopal AICA, Mollaghan permanecerá como “administrador apostólico sede vacante con las facultades de obispo diocesano” hasta que se le nombre un sucesor.

Es decir, el suyo fue un alejamiento. Varios elementos solventan esa hipótesis. Primero: la rapidez en el anuncio. El Papa no esperó a tener el nombre del próximo arzobispo de Rosario. Podría haberlo hecho, pero hubiese implicado demasiado tiempo.

Segundo: la disparidad de responsabilidades. Mollaghan pasó de ser responsable de una diócesis importante de su país, a formar parte de una comisión de inciertas características. Ni siquiera la encabezará, sólo será uno de sus miembros. De hecho en Roma es la primera noticia que se tiene respecto de la creación de tal organismo para el “examen de los recursos eclesiásticos”.

Desde hace tiempo se sabía que Francisco tiene intención de reforzar las estructuras jurídicas de la Santa Sede dedicadas a procesar a los sacerdotes que cometen delitos graves. Especialmente los abusos sexuales a menores. Pero nunca antes se habló de una comisión al respecto. Todo parece indicar que este organismo revisará las apelaciones de curas condenados por abusos en juicios eclesiásticos y que no estén de acuerdo con la sanción aplicada.

El Vaticano no confirmó si Mollaghan estará obligado o no a mudarse a Roma para asumir su nuevo puesto, ni cuando lo hará. Por ahora sigue teniendo las mismas funciones que antes, en vía temporal. Según reportó la prensa de Rosario el mismo arzobispo aseguró que pedirá al Papa “desempeñar su trabajo desde la Argentina”. Eso quiere decir, además, que el prelado no habló directamente con Jorge Mario Bergoglio sobre su nuevo destino.

El nombramiento de este lunes está vinculado con una auditoría realizada por un enviado del Vaticano a la arquidiócesis rosarina durante la segunda mitad del año 2013. En el más estricto sigilo José María Arancibia, arzobispo emérito de Mendoza, realizó dos visitas a esa ciudad en diciembre pasado. Aunque los rumores referían supuestos problemas en el manejo económico y en el gobierno de la Iglesia local, Mollaghan negó rotundamente las acusaciones. Y sostuvo que todo era parte de una “visita fraterna”.

En las últimas semanas se había reforzado el rumor sobre la inminente salida del arzobispo. En reuniones privadas algunos sacerdotes rosarinos daban por hecho el alejamiento, e incluso referían cierta inestabilidad psicológica de su jefe. Pero él está lúcido y psiquiátricamente bien. De otra manera hubiese sido muy difícil para el Papa conferirle cualquier nuevo encargo.

Por años Bergoglio y Mollaghan estuvieron en orillas opuestas de la geometría episcopal argentina. En su momento el segundo “primereó” al primero en Roma y logró ser designado al frente de la diócesis de Rosario no obstante el parecer negativo del entonces cardenal de Buenos Aires. Esto gracias al apoyo que le brindó quien era nuncio, Adriano Bernardini.

Más allá de aquellas diferencias, públicamente conocidas, el Papa reservó ahora una salida elegante para el arzobispo. Una salida que reconoce su calidad de experto en el derecho de la Iglesia (canónico) y que incluye un puesto en una importante congregación clave en la estructura del Vaticano.