23.05.14

Hemerotecas fascistas y reacionarias

A las 8:13 AM, por Jorge
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Nada de volver a cantar aquello del “romano imperialista, puñetero y desalmado”. Bah, el romano imperialista es una hermanita de la caridad al lado de las hemerotecas, profundamente fascistas y reaccionarias, empeñadas en fomentar el odio, la violencia y la permanente división entre las dos Españas.

La izquierda siempre ha sido ejemplo de bonhomía, solidaridad, tolerancia, cooperación al bien común y apoyo al interés general. Si de algo sabe la izquierda justamente es de sacrificarse en aras de una mayor justicia social y un mundo más humano y solidario.

Ejemplo de esto es la preocupación que tienen los comunistas de este país, esos que aparecen transmutados en una cosa que llaman Izquierda Unida, por el arte, la ciencia y la cultura. La cultura es de izquierdas, ya se sabe. Siempre lo han demostrado. Prueba de ello es la preocupación que tienen los “amigos” comunistas por la conservación de la catedral de Córdoba como patrimonio de todos.

El problema es que siempre aparece algún malvado con la hemeroteca en la mano hablando de que justamente estos individuos si en algo son especialistas es en cargarse patrimonio de todos por el expeditivo método del bidón de gasolina y el cerillazo. Allá donde fue triunfando la revolución bolchevique cayeron palacios, templos, museos. Recordemos España. Bah, cosas de las hemerotecas fascistas empeñadas en tergiversar los hechos. Ya dijo en su día Santiago Carrillo que en realidad los templos ardían por un extraño problema de combustión espontánea, y que las juventudes comunistas se dedicaban a ejercer la muy noble profesión de bomberos. Además esas iglesias, los retablos, imágenes y cuadros no eran propiamente arte, cultura ni patrimonio, era apenas cosas de beatos y santurrones sin mayor valor.

Como esa otra acusación tan reaccionaria y malévola de que si los comunistas han cambiado aquel famoso himno de “A las barricadas” por el más actual de “A las mariscadas”. Más infundios de la canallesca, empeñada en desprestigiar a los auténticos salvadores de la patria. Es de todos sabido que en época de crisis se reduce considerablemente la ingesta de marisco por razones de puro presupuesto familiar. El partido comunista, siempre cercano a los pobres y desvalidos, no podía quedar al margen de las preocupaciones de tantas familias de mariscadores y en prueba de sacrificio y deseo de ayudar, ante la bajada de ventas del producto, ha decidido su adquisición y consumo abundante como forma de ayuda a los trabajadores, aunque para ello haya tenido que sacrificar sus niveles de ácido úrico arriesgándose incluso a un molestísimo ataque de gota. Todo sea por la clase trabajadora.

Es verdad que la pensa, siempre al ataque frente a tan nobles propósitos, llegó a afirmar que esos gestos de buena voluntad eran a cargo de cursos de formación o ayudas a personas sin trabajo, pero eso no deja de ser un tema menor. Lo importante es el gesto solidario.

Con estos antecedentes, no es extraña su preocupación por arrancar la catedral de Córdoba de las garras de la Iglesia y hacer de ella un lugar abierto a todo el pueblo. Seguro que se podría hacer de ella un lugar multidisciplinar y democrático. Nada de uso exclusivo para el culto católico. Mucho mejor laico, y si acaso para rezar los musulmanes, que estaban primero. Bien es verdad que los historiadores afirman que antes de mezquita se hallaba la basílica visigótica de San Vicente, pero ya se sabe cómo son los historiadores franquistas, por tanto es un dato que no merece ser tenido en consideración.

Un detalle sin importancia. Afirma Cayo Lara, coordinador general de izquierda unida, que la catedral de Córdoba genera al año trece millones de euros. Pues la verdad es que con ese dinero hay que ver las ayudas que se pueden ofrecer al mundo del marisco y de los vinos caros, que en plena crisis no levantan cabeza. Y si por ayudar a los pobres vendimiadores andaluces o riojanos o a los productores de manzanilla de Sanlúcar hay que arriesgar el hígado, todo sea por el pueblo. Y si por solidaridad con los percebeiros de Aguiño fuera menester elevar los niveles de ácido úrico, qué se le va a hacer. Todo por la clase trabajadora.

Ahora vendrán los eclesiásticos y toda esa panda de católicos cavernícolas y antisociales afirmando que los comunistas son unos come curas al grito de “A las mariscadas”. Prensa canallesca, fascista y reaccionaria.