NOTA DE PRENSA

ESTE DOMINGO, LA DIÓCESIS RECUERDA A LOS MIEMBROS DE LA VIDA CONTEMPLATIVA DE LOS MONASTERIOS, MEDIANTE LA JORNADA “PRO ORANTIBUS”


  • .- En la región hay 12 comunidades que suman 127 miembros femeninos, así como uno masculino, en Cóbreces, con 20 monjes.
  • .- Mons. Jiménez: “para encontrase con el Señor, hace falta el silencio de la oración lejos de los “espejismos” de la ciudad, que “nos llena de ruido y de prisas”.

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SANTANDER | 13.06.2014


Este domingo 15 de junio, solemnidad de la Santísima Trinidad, la Iglesia celebra el Día de la Vida Consagrada Contemplativa, también conocido como Jornada “Pro Orantibus” (Por los que oran).

En la Diócesis de Santander existen 11 comunidades contemplativas femeninas que suman 127 miembros, a las que hay que añadir uno masculino con 20 monjes en el monasterio cisterciense de Cóbreces, fundado en 1908, y cuyos miembros siguen la regla de San Benito.

A esta relación, habría que añadir a los miembros de los Carmelitas Descalzos del monasterio de “El Desierto” de Hoz de Anero, ya que la vida de su comunidad está muy orientada a la contemplación y a la oración, en un ambiente de recogimiento.

El obispo de Santander, monseñor Vicente Jiménez, ha valorado esta realidad de los monasterios y ha animado a dar “gracias a Dios” por esta forma de consagración específicamente contemplativa “tan necesaria y hermosa” en la Iglesia y para la vida del mundo.

La jornada “Pro Orantibus”  que este año se celebra con el lema, “Evangelizamos orando”, tiene especial relieve para el prelado cántabro, ya que en marzo pasado fue reelegido por los obispos de la Conferencia Episcopal como presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada y Contemplativa durante un nuevo período de tres años.

Pocos días después, el papa Francisco nombraba a Mons. Jiménez miembro de la Congregación Vaticana para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.

Carta Pastoral

Por otro lado, con motivo de la jornada Pro Orantibus, el obispo ha presentado una Carta pastoral en la que reflexiona sobre la importancia de las comunidades contemplativas para la Diócesis cántabra.

Así, destaca que los monjes y monjas contemplativos, evangelizan con lo que “son”, más que con lo que “hacen”. Con su vocación y consagración, ofrecen “un especial testimonio de fe y un instrumento de evangelización”.

Para Mons. Jiménez, lo “más esencial” de la evangelización de los contemplativos es mostrar a los demás “la belleza de la oración”. Estas comunidades “nos ayudan a experimentar el misterio insondable de Dios, que es amor”.

En su Carta, el prelado resalta que no puede haber un “anuncio eficaz” del Evangelio si éste no nace de la “fecundidad del desierto de la oración”. Es necesario “encontrarse a solas” con Dios, que “nos ilumina y transforma para convertirnos en discípulos misioneros”, remacha.

El obispo recuerda que para “encontrase con el Señor”, hace falta el silencio de la oración en un contexto lejos de los “espejismos” de la ciudad, que “nos llena de ruido y de prisas”.

En la Jornada Pro Orantibusdamos gracias Dios” por el don de la vida consagrada contemplativa, que “tanto embellece” el rostro de Cristo a la vez que “pedimos por las vocaciones a esta forma de vida consagrada”.

Presencia monástica en la Diócesis

En la Diócesis de Santander existen 11 monasterios de vida contemplativa que ofrecen una diversa representación de órdenes. Así, las Carmelitas Descalzas (fundadas por Santa Teresa de Jesús en 1562) están presentes en Maliaño, Ruiloba y en Sierrapando.

Las  Cistercienses (fundadas en 1098 por San Roberto de Molesmes) se hallan en Liérganes (Los Prados), mientras que las Clarisas (1212- S. Francisco y Sta. Clara de Asís) se encuentran en Escalante, Santillana del Mar y Villaverde de Pontones. Destaca por su antigüedad el de Escalante (“La Virgen de la Cama”) fundado en el año 1.618.

Asimismo, en la Diócesis están presentes desde 1988 las Mercedarias contemplativas, en concreto en el convento de Santa María de la Merced, radicado en Noja. Esta orden fue fundada por San Pedro Nolasco en 1.265.

En el ámbito de la capital se hallan desde 1895 las Salesas en Rucandial (San Román de la Llanilla.), orden que fue fundada en 1610 por San Francisco de Sales y Santa Juana Francisca Fremiot de Chantal.

En la Diócesis también están presentes dos comunidades contemplativas de Trinitarias, fundadas en el año 1198 por San Juan de Mata y San Félix de Valois, con monasterios en Laredo y Suesa desde el siglo XIX.

Más información: http://vidaconsagrada.diocesisdesantander.com/

 

GABINETE DE PRENSA
Santander,
13 junio 2014
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