6.06.14

 

En InfoCatólica hemos escrito varias veces sobre las herejías de la persona que firma como Jairo del Agua en un blog de Religión Digital. No hace falta explicar por qué alguien así no solo no es católico sino que difícilmente puede ser aceptado como cristiano por católicos, protestantes evangélicos y ortodoxos. Alguien que niega el carácter expiatorio del sacrificio de Cristo en la Cruz no entra dentro del “mínimo común múltiplo” de los que somos cristianos.

El problema con ese personaje es que lleva tiempo demostrando que encaja a la perfección en la categoría de fundadores de sectas. Sabe escribir, probablemente también sepa hablar en público, tiene carisma, añade a sus herejías un lenguaje pseudo-místico que atrae a muchos incautos y además ha empezado a confundir la Revelación de Dios con su particular visión de la misma. Y si para ello tiene que pisotear la Biblia, lo hace. Por ejemplo, en su último artículo dice:

 

Pues no tengo más remedio que ratificarme: Ni Dios mata, ni jamás ordena matar. Lo diga la Biblia o el “sursum corda". Porque no existe ninguna letra sagrada escrita al dictado divino. Lo que corre por nuestra Biblia es el “permanente intento de Dios por comunicarse” con un pueblo y raza concretos (nuestros ancestros), como lo intentó y seguirá intentando con otros pueblos y razas.

Y:

Afirmar que “todo” lo que dice la Biblia es divino, como las “órdenes de matar” por ejemplo, es una barbaridad, de las muchas que contiene el AT, escrito por y para un pueblo ignorante y bárbaro en un tiempo histórico concreto. Proclamar eso como “palabra de Dios” es además un escándalo: “Al que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen en mí, más le valdría que le ataran una rueda de molino al cuello y lo tiraran al mar” (Mt 18,6).

Y:

Y no me vengan con alambicadas “hermenéuticas” porque les diría lo que me enseñó mi abuelo, que fue un santo castellano viejo sin pelos en la lengua: “Ni interpretaciones, ni leches. Lo que es mentira es mentira y no se puede hacer pasar por verdad. Lo dice el Evangelio: decir sí cuando es sí y no cuando es no, lo demás procede del maligno”

Conclusión. Cuando hay algo en la Escritura que no le gusta, porque no encaja en su idea herética de Dios, sencillamente lo desecha. Por tanto, ¿quién decide cuando la Biblia es Palabra de Dios o escándalo procedente de Satanás? Jairo del Agua. ¿Quién determina la verdad sobre lo que Dios hace o deja de hacer? Jairo del Agua.

En la futura secta de corte marcionita de Jairo del Agua, la Palabra de Dios será aquella que el líder determine. Lo cual, dicho sea de paso, no tiene nada de original. La historia ha contemplado a muchos Jairos. Algunos han tenido éxito al lograr que muchos les siguieran por su camino de perdición. Otros quedaron sepultados en el olvido.

Si Jairo tuviera un blog perdido en la red, probablemente pocos le leerían y seguirían sus “enseñanzas". Pero cuenta con un altavoz bastante potente. Ahora bien, poco nos debería importar o extrañar que en RD se dé cobertura a un sectario, dado el hecho de que permiten que un renegado apóstata como José Luis Cortés publique viñetas blasfemas. Cuando uno permite que su portal se convierta en un vertedero doctrinal y espiritual, es lógico que ocurran esas cosas.

Más peligroso es que el señor Jairo del Agua pudiera seguir desempeñando alguna actividad pastoral en la parroquia de Cuatro Caminos de la que forma parte. Al menos formaba parte hasta hace bien poco. Me remito al post que escribí el pasado 3 de abril. En ese caso, la archidiócesis de Madrid estaría permitiendo que un más que probable fundador de una nueva secta tuviera la capacidad de captar fieles de entre los feligreses de la parroquia a la que todavía pertenece. Y eso, señores míos, es muy grave.

Dice Jairo:

Pero eso de “discernir” no va con los blogueros de una “súper católica” web que me han colocado una enorme diana en la espalda, al estilo de los viejos terroristas de mi patria. No es que opinen en contrario y expongan sus convicciones, no. Es que, una y otra vez, me difaman, me calumnian y me atacan sin piedad, como “buenos católicos"… Hasta intentan que me echen de cualquier apostolado.

Prefiero no decir lo que pienso respecto a la comparación con terroristas. Solo te aviso de que mejor no sigas por ese camino. Barbaridad aparte, resulta que ¡sí, Jairo!, efectivamente, tengo la sanísima intención de que te echen de cualquier apostolado católico. Es más, no entendería que el arzobispo de Madrid, una vez informado de tus herejías, permitiera que una sola alma católica estuviera a tu cuidado. Quien, como tú, acusa a la Iglesia de ser instrumento del error por enseñar lo que la Biblia enseña de Dios, aunque no te guste esas enseñanzas, no solo no puede tener un apostolado seglar, sino que debería ser invitado a arrepentirse de sus errores y, en caso contrario, a dejar de aparecer por la parroquia. Y mucho menos comulgar. Al fin y al cabo, en tu penúltimo post dijiste esto de la Santa Misa:

Es el momento de la mesa o de la misa, que no es novación de sacrificio alguno, sino la hora real de reponer fuerzas, de disfrutar de su Presencia

¿Puede ser católico quien niega el carácter sacrificial de la Misa? No.

Aquí no se te calumnia. Se expone lo que escribes, lo que afirmas, lo que difundes. Y en base a tus tesis, se explica por qué eres un hereje pertinaz cuya actividad encaja como mano al guante en los siguientes artículos del Código de Derecho Canónico:

Canon 750 § 1: Se ha de creer con fe divina y católica todo aquello que se contiene en la palabra de Dios escrita o transmitida por tradición, es decir, en el único depósito de la fe encomendado a la Iglesia, y que además es propuesto como revelado por Dios, ya sea por el magisterio solemne de la Iglesia, ya por su magisterio ordinario y universal, que se manifiesta en la común adhesión de los fieles bajo la guía del sagrado magisterio; por tanto, todos están obligados a evitar cualquier doctrina contraria.

Canon 751: Se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma; apostasía es el rechazo total de la fe cristiana; cisma, el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos.

Canon 1364.1: El apóstata de la fe, el hereje o el cismático incurren en excomunión latae sententiae

Bien sé lo poco que te importan esos artículos del CDC. A quien se considera por encima de la Escritura a la hora de discernir quién es Dios, de poco vale apelar a la ley canónica. Pero mira por dónde, hay católicos a los que sí nos parece importante y necesario que la Iglesia haga caso a los apóstoles y se libre de falsos maestros como tú. Y como no tenemos, ni pretendemos, autoridad alguna para tomar las medidas oportunas, se lo pedimos a quien sí tiene dicha autoridad.

Dos últimas reflexiones. En realidad nadie te echa de la barca de la Iglesia. Te has tirado fuera tú solito. Con tu soberbia espiritual -ese fue el pecado de Satanás-, tu prepotencia y tu pretensión de ser el intérprete autorizado de la Revelación. Si no fuera porque conduces a otros al error, darías más pena que otra cosa. Pero como te has convertido en instrumento del padre de la mentira, la pena pasa a ser preocupación por la salvación de los incautos que caen en tus redes.

Y, finalmente, ni yo ni ninguno de los que formamos parte de este portal pretendemos ser “católicos perfectos". Todos somos pecadores. Todos necesitamos que, como acaba de enseñar el papa Francisco, Jesucristo le muestre sus llagas al Padre como pago por nuestra redención. Eso sí, ni se nos pasa por la cabeza alejarnos de la fe de la Iglesia. Y si en algo nos separamos de sus enseñanzas y se nos corrige, estamos prestos a reconocer nuestros errores. Pero ni tú ni nadie va a impedirnos “combatir por la fe, que, una vez para siempre, ha sido dada a los santos” (Jud 3).

Exsurge, Domine, et iudica causam tuam.

Luis Fernando Pérez Bustamante