Este último domingo día 8, Solemnidad de Pentecostés, hemos celebramos el Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar 2014, con el lema “La Christifideles laici a la luz de la Evangelii gaudium”, que se refiere a dos exhortaciones: la primera de Juan Pablo II, que nos dice que “los laicos son llamados por Jesús para trabajar en su viña, construyendo el Reino de Dios en este mundo, tomando parte activa, consciente y responsable en la misión de la Iglesia”, exhortación que se completa con esta última del Papa Francisco, la Evangelii gaudium, en la que se nos apremia a ser evangelizadores con espíritu.

En el día de Pentecostés, los obispos nos invitaban en su mensaje, a la luz de estos dos documentos, a abrirnos a la acción del Espíritu Santo y a una reflexión profunda para trabajar unidos –obispos, sacerdotes, religiosos y laicos-, en la formación de los laicos en el apostolado que nos es propio, y para impulsar el laicado asociado en las parroquias y en la diócesis, que se articula en los movimientos apostólicos, fundamentalmente en la Acción Católica que está resurgiendo en las parroquias.

El delegado de Apostolado Seglar de la Diócesis de Albacete, Pío Paterna Callado, nos informa en la siguiente entrevista sobre el Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar.

- Pío, ¿Cuál es la relación entre la vocación cristiana y Pentecostés?      

- La vocación cristiana es una respuesta a la llamada de Dios a través de Cristo y de la Iglesia. El discípulo completa su llamada cuando se siente enviado y acepta la misión que nos da Jesús: Id también vosotros a mi viña. Esto es ser discípulos misioneros, abriéndonos a la acción del Espíritu Santo sobre cada uno de nosotros.

- Cuando hablamos de seglares, ¿A quiénes nos referimos?

- Los seglares son los cristianos que están incorporados a Cristo por el Bautismo, que forman parte del pueblo de Dios y participan de las funciones de Cristo, que es sacerdote, profeta y rey, y que realizan según su condición la misión de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo. El carácter secular es lo propio de los laicos. Por lo tanto, dentro de la Iglesia es donde hay que situar la identidad y vocación de los laicos, lo que llamamos el apostolado laical. Este es el objetivo de esta celebración: avivar esa vocación evangelizadora a través de la Acción Católica y del apostolado de los laicos.

 - ¿Hay conciencia de este apostolado seglar en la Iglesia?

- Es verdad que hay seglares conscientes de su vocación, que están en las parroquias, en los movimientos, sobre todo dentro de las actividades de la Iglesia, pero hacia afuera hay una deficiencia de presencia seglar. Por ejemplo, tenemos falta de laicos formados e implicados en la evangelización y transformación de la sociedad, y así como hay mucho individualismo, hay reticencia a asociarse en movimientos apostólicos. Porque en la parroquia se ven laicos comprometidos en Cáritas, catequesis, liturgia, pero esa presencia no se manifiesta después de la misma manera en el lugar específico de su misión. Esta misión es la de ser personas cristianas en el mundo como auténticos mandatarios de la Iglesia en todas las realidades: la familia, las asociaciones, el trabajo, la política, la cultura, etc. Este es el problema que tenemos que abordar.

 - ¿Por qué se nombra a la Acción Católica en primer lugar, en este Día del Apostolado Seglar?

- Porque la Acción Católica no es una asociación más, sino que en sus diversas ramas tiene la vocación de manifestar la forma habitual apostólica de los laicos en las diócesis, como un organismo que articula a los laicos de forma estable y asociada en el dinamismo de la pastoral diocesana. Como han dicho los papas recientes y los obispos, es una singular forma de ministerialidad eclesial.

 - ¿Qué encargo tiene la Acción Católica?

- Los obispos, en el documento “Cristianos Laicos, Iglesia en el Mundo”, han dicho que han encargado a la Acción Católica el objetivo de reavivar la pastoral parroquial ¿Cómo? Impulsando un laicado maduro, evangelizador, que cultiva una espiritualidad centrada en Cristo, y la evangelización en todos los ámbitos en que está inserta la parroquia; también ofreciendo medios de formación que desarrollan las implicaciones geopolíticas de la fe al entorno también del dinamismo misionero de las parroquias, y viviendo como propios los planes pastorales de la diócesis y los programas de las distintas delegaciones diocesanas.