Misa de acción de gracias en la catedral de Madrid por las bodas de oro y plata matrimoniales

Fernando Simón: «El amor conyugal está llamado a ser indisoluble»

 

La Catedral de Santa María la Real de la Almudena de Madrid acoge este domingo, 15 de junio, una solemne Misa de Acción de Gracias con matrimonios de la diócesis que celebran sus Bodas de Oro y Plata matrimoniales. Con este motivo, InfoMadrid ha entrevistado al sacerdote Fernando Simón, Delegado diocesano de Familia y Vida.

15/06/14 11:54 AM


(InfoMadrid) La Catedral de Santa María la Real de la Almudena acogerá este domingo, 15 de junio, a las 12,00 horas, una solemne Misa de Acción de Gracias con matrimonios de la diócesis que celebran sus Bodas de Oro y Plata matrimoniales. Con este motivo, hablamos con Fernando Simón, Delegado de Familia y Vida, responsable de la misma.

¿Por qué la Delegación de Familia organiza una Misa de Acción de Gracias con las parejas que celebran sus Bodas de Oro y Plata matrimoniales? ¿Qué se pretende con esta iniciativa?

Porque con la celebración de esta Misa se subrayan dos cuestiones principales: la primera es manifestar un testimonio para los jóvenes y los novios. No sólo de que es posible vivir el «para siempre» en el amor conyugal, sino que corresponde a la verdad propia del amor entre un hombre y una mujer. El amor conyugal está llamado a ser indisoluble, y de ahí nace la esperanza de que cada uno podemos esperar en un futuro ser amados, ser cuidados, ser acompañados.

Por eso, los matrimonios que estarán presentes este domingo en la Catedral darán un testimonio de alegría: merece la pena ser fieles a pesar de los sufrimientos inherentes a la construcción de algo tan grande como es un hogar. Y el testimonio incluye un anuncio cada vez más necesario hoy en día: un amor así es posible, ya que, en virtud de la gracia que se recibe en el sacramento del matrimonio, los esposos participan de la fidelidad de Jesucristo. El Esposo fiel está con ellos y, en la Eucaristía, sacramento de la fidelidad esponsal, les hace partícipes de su fidelidad.

El segundo subrayado de esta fiesta es el acompañamiento, el desvelo pastoral de la Iglesia diocesana hacia las familias. Tal y como se muestra en el cariño con que el Cardenal acompaña en este día y cada día a los matrimonios, la Diócesis pone en el centro de su atención pastoral a las familias, consciente de su misión en la transmisión de la fe como iglesias domésticas y fundamento del bien común de la sociedad.

¿Cómo ha sido acogida esta iniciativa por los matrimonios en nuestra diócesis?

La iniciativa, que surgió hace unos años, está cobrando cada vez más impulso, como se muestra en la cantidad de matrimonios que van a participar el próximo domingo en esta Misa y, sobre todo, en la ilusión y la alegría que manifiestan las parejas. El domingo, sin duda, será un día festivo y de un profundo gozo para las familias y para nuestra diócesis.

La Delegación de Familia está preparando los dos Sínodos que en el próximo curso pastoral se van a celebrar sobre la Familia. ¿Cuál es la importancia de ambos Sínodos? ¿Qué espera que aporten a la Pastoral familiar?

El santo Padre ha manifestado que, en la convocatoria de los dos próximos Sínodos, ha percibido la luz del Espíritu Santo, la voluntad de Dios. Hay una llamada importante en esta acción del Santo Padre a comprender que el Misterio de la Iglesia, misterio de comunión por el don del Espíritu, y el misterio de la familia, iglesia doméstica, misterio de comunión en el amor, están intrínsecamente unidos.

Por eso, la Nueva Evangelización depende de la familia. Y, además, es una iniciativa profética en el sentido de que está en juego la reconstrucción del sujeto moral, la educación de personas capaces de vivir la verdad de su vida y construir comuniones sólidas en la familia y en la sociedad.

Como está en juego el futuro de la persona, de la sociedad y de la Iglesia, el santo Padre ha lamentado que se esté reduciendo la perspectiva del Sínodo a ciertos temas, como es el de la comunión a las personas divorciadas y vueltas a casar.

Se necesita entrar en una dimensión más amplia y profunda que nos muestre la grandeza teológica del matrimonio y la familia, la necesidad de una pastoral vertebrada por el principio teológico de la caridad y, por ello, que considere a la familia como una dimensión esencial. Solo así se tendrá lugar una pastoral que acompañe a los jóvenes en una preparación auténtica al matrimonio y que acompañe, de verdad, a las familias en todas sus momentos. Desde aquí se puede impulsar una cultura de la familia en la sociedad.

Desde este perspectiva más amplia, en el marco de los dos Sínodos y a petición del Cardenal, la Delegación de Familia está preparando un Plan Pastoral que intentará estructurar la preparación al matrimonio y el acompañamiento de las familias de modo adecuado.