19.06.14

Dios castiga, ¿y qué?

A las 8:00 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Defender la fe

No quiero que se me olvide que hoy celebramos es la festividad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo. Bueno, antes se celebraba hoy y, de hecho, el Papa Francisco así lo hará en Roma. Es uno de los tres jueves que más lucen del año. Lo es y, a pesar de todo, lo será siempre. ¡Y sigue luciendo!

Cuerpo de Cristo

Señor que nos haces participar del milagro de la Eucaristía: te pedimos que no te escondas, que vivas con nosotros, que te veamos, que te toquemos, que te sintamos, que queramos estar siempre junto a Ti, que seas el Rey de nuestras vidas y de nuestros trabajos.

Señor mío Jesús: haz que sienta, que secunde de tal modo tu gracia, que vacíe mi corazón…. para que lo llenes Tú, mi Amigo, mi Hermano, mi Rey, mi Dios, mi Amor!

(San José María Escrivá)

Y, ahora, el artículo de hoy

-Otra vez se lanza usted a la piscina…
-Es cierto. Sin embargo, hace tiempo que aprendí a nadar.

Dios castida a Adán y Eva

Bueno. La cosa está que arde y no voy a ser yo quien eche leña al fuego que, luego, ya se sabe lo que pasa.

Hay debates que son difíciles de llevar por la paciencia que necesita quien quiera sacar algo en claro del asunto.

El problema es cuando el debate se genera por la equivocación flagrante de una de las partes. Entonces lo que pasa es que la que cree que tiene la razón, aquí véase la Verdad, ha de acumular dotas grandes de paciencia y de bondad del corazón.

Dios castiga a Caín

Y eso pasa en este muy particular y, al parecer, preocupante caso.

Se ha dicho mucho sobre si Dios castiga o si Dios no castiga.

La cosa es que cuando alguien ve que son las doce de la mañana y que el sol está en lo más alto a nadie se le ocurriría decir que es de noche y que se va a dormir.

Pues en este tema ha pasado que siendo las doce de la mañana en materia de fe y ver que el sol hace de las suyas con los sudores de los que lo soportan aún hay personas que se han empeñado en decir que es noche cerrada y ¡hala! a debatir con el prójimo.

El caso es que si la realidad no fuera tan cierta y sencilla de entender daría la cosa como para repartir con el látigo con el que Jesús echó a los cambistas de cosas y escamoteadores del sentido exacto de la fe…

La verdad es que uno, el que esto escribe, como ha dicho muchas veces, no es teólogo ni nada por el estilo pero para esto tampoco hace falta tener muchas luces. Bueno, a lo mejor sí que hace falta y eso es lo que falta en algún caso. Por eso aquí no van a ver elucubraciones ni nada por estilo y, aunque pueda parecer poco formado o algo por el estilo tampoco voy a aportar dato más allá de lo que se diga aquí pues ya hay personas, en esta misma casa, mucho mejor preparadas que yo y han hecho lo que tenían que hacer. A cada uno, pues, lo suyo, que es la definición exacta de lo que es el derecho y, en cuanto a tal, también nos toca a los sencillos en la fe decir, sencillamente pero con claridad, lo que creemos de esto.

Pues empecemos por el principio.

 

Dios castiga a Adán y a Eva por haber incumplido su mandato de no comer de aquel árbol; Dios castiga a Caín por haber matado a su hermano Abel…

No parece difícil de entender que pasar, por ejemplo, de vivir en el Paraíso a ganar el pan con el sudor de la frente, morir cuando llegara el momento y no volver más al Paraíso donde estaban la mar de bien… parece un buen castigo. Lo mismo podemos decir del caso de Caín… castigado a vivir siempre con el remordimiento de conciencia de haber matado injustamente a su hermano Abel. No parece, tampoco un premio por haber hecho una buena acción…

En fin…

Debemos suponer, por tanto, que Dios, que es bueno y es misericordioso y es justo dejó de castigar al hombre por sus pecados cuando hizo aquello con Adán, Eva y Caín. Vamos, hombre, eso es como para aceptar cualquier cosa por el mero hecho de aceptarla y ya está. Vamos, que no hay quien se lo crea.

A mí me parece que alguien se ha hecho la pregunta equivocada. En vez de preguntar, para responder que no, si Dios castiga tenía que haberse hecho otra pregunta que, seguramente, iría más con la realidad de las cosas espirituales de nuestra fe.

No debería olvidar nadie, sobre todo los evangelizadores más formados que son, a su vez, formadores, que el empecinamiento en lo falso no va a ninguna parte salvo, seguramente, a recibir alguna reprimenda divina.

Y es que hay un dicho famoso que dice quetodo el mundo es bueno” y hay alguien que, a lo mejor, se lo ha creído siendo la verdad que Bueno, Bueno, sólo es Dios.

-Lo ve, usted, que la cosa no ha ido tan mal.
-Bien pensado, sí que es fácil eso de que Dios castiga…

Eleuterio Fernández Guzmán