Secretario adjunto de la Conferencia Episcopal de Colombia

P. Pedro Mercado: «el Estado no puede permitir que se fabriquen seres humanos para experimentar con ellos»

 

El sacerdote Pedro Mercado, secretario adjunto de la Conferencia Episcopal de Colombia y encargado de las relaciones entre la Iglesia y el Estado, ha concedido una entrevista acerca de la polémica creada a propósito de la demanda que llegó a la Corte Constitucional del país que, de ser aprobada, legalizaría el uso de embriones humanos para experimentos científicos. El sacerdote, además de recordar la dignidad de todo embrión, recuerda que la investigación con células madre no procedentes de embriones ha producido muchos más resultados.

21/06/14 10:38 AM


(Vida de Hoy/InfoCatólica) Entrevista publicada en El Tiempo:

- ¿Qué opina sobre la posición de la Procuraduría que pide tumbar el artículo que no penaliza fecundación con uso científico?

Comparto plenamente la argumentación jurídica del Ministerio Público. El aparte del artículo 134 demandado es contrario a principios constitucionales tan importantes como la igualdad de la dignidad y de los derechos humanos que definen un Estado social de derecho. El Estado no puede permitir que se ‘fabriquen’ seres humanos para someterlos a experimentación científica.

- ¿Por qué se opone la Iglesia a la fecundación de óvulos para experimentación científica?

La defensa de la dignidad humana exige el absoluto respeto de la vida, que no puede ser instrumentalizada. Ese es un criterio ético fundamental. A decir verdad, quienes defienden esta práctica desconocen que la ciencia ha desarrollado nuevas y eficaces líneas de investigación con las denominadas células madre, que no hacen necesaria la manipulación de embriones humanos. En conclusión, la prohibición de crear y utilizar embriones humanos para investigación en nada afecta el desarrollo de la ciencia.

- ¿El debate empieza con el concepto de embrión y de la dignidad humana?

El embrión no es una ‘cosa’. El desarrollo de las investigaciones sobre el genoma demuestra que, desde el primer momento, el embrión contiene todo el material genético necesario para alcanzar un pleno desarrollo humano. Por eso, el Estado tiene la obligación de brindarle suficientes garantías de protección. La Corte Constitucional no puede desconocer los datos de la ciencia estableciendo excepciones circunstanciales a la protección jurídica integral de la vida establecida en el artículo 11 de nuestra Constitución.

- Se habla de la Iglesia frente a lo que algunos llaman ‘comercialización’ de embriones.

Si el hecho de ‘fabricar’ seres humanos para servir como material de investigación es un hecho grave, todavía es más grave someterlos a las leyes del mercado capitalista, de la oferta y la demanda.

- ¿La Iglesia se opone a la ciencia?

Reitero que existen líneas de investigación científica mucho más avanzadas que no requieren la manipulación de embriones humanos. Si queremos avanzar en la investigación científica, debemos apuntar hacia esas las líneas responsables.