25.06.14

Decidme quién me va a fusilar, para besarle la mano y darle las gracias


Tres mártires de la guerra civil española nacieron un 25 de junio: un hospitalario castellonense y otro almeriense, más un sacerdote operario toledano.

Vicente de Paúl Canelles Vives, de 42 años y oriundo de Onda (Castellón), era profeso de la Orden Hospitalaria de los Hermanos de San Juan de Dios, fue uno de los 15 hospitalarios asesinados en Calafell (Tarragona, ver artículo del 14 de noviembre) el 30 de julio de 1936 y beatificados en 1992.

Guillermo Plaza Hernández, de 28 años y natural de Yuncos (Toledo), era del Instituto de Sacerdotes Operarios Diocesanos, fue asesinado en Argés (Toledo) el 9 de agosto de 1936 y beatificado en 1995. Ordenado como sacerdote operario en 1932, tenía el encargo de prefecto de teólogos en el Seminario mayor de Toledo.

El 22 de julio se separó del director de los operarios Pedro Ruiz de los Paños (ver artículo del 24 de junio). Acompañado de dos seminaristas, marchó el 9 de agosto a Cobisa (Toledo), donde le apresaron los milicianos, que le robaron y se dispusieron a fusilarle esa noche. Él les suplicó: “Decidme quién es el que me ha de matar, para besarle la mano y darle las gracias porque me abre las puertas del cielo”. Se le supone fusilado en Argés, que dista de Cobisa tres kilómetros, ya que mientras la documentación de este pueblo en la Causa General no señala ningún asesinato, en la de Argés explica el secretario municipal Cándido Recio (legajo 1047, expediente 25, folio 9, fechado el 16 de mayo de 1939) que de Toledo trajeron a enterrar a 57 personas ya muertas, y que “también fueron asesinadas catorce personas de diferentes pueblos por las milicias que había en este pueblo”.

Enrique López López (hermano Cecilio), de 35 años y nacido en Las Alpujarras (Fondón, Almería), fue uno de los 12 hospitalarios del instituto-asilo San José de Carabanchel Alto asesinados en Boadilla del Monte (Madrid) el 1 de septiembre de 1936 y beatificados en 1992 (ver artículo del 10 de febrero).

Más sobre los 1.523 mártires de la guerra civil española, en “Holocausto católico”.