30 muertos y decenas de heridos

La ONU y el ejército del Congo no quisieron intervenir para impedir la masacre en Mutarule

 

Se podría haber evitado la masacre de treinta civiles el 6 de junio en el pueblo de Mutarule, en Kivu del sur, al este de la República Democrática del Congo, si los Cascos azules y los militares congoleños, acampados en las inmediaciones hubiesen intervenido a tiempo, cosa que no hicieron a pesar de ser advertidos de lo que estaba ocurriendo. Lo denuncia un informe de Human Rights Watch (HRW), enviado a la Agencia Fides por fuentes misioneras locales.

8/07/14 8:27 AM


(Fides) Según el informe, la masacre fue cometida por hombres en uniforme militar que hablaban kinyamulenge y kirundi, que atacaron a 200 personas reunidas en un lugar de culto pentecostal.

Los atacantes irrumpieron en lugar de culto, tirando granadas y disparando, y luego atacaron un centro de salud y algunas casas. Al menos 30 civiles murieron y varios más resultaron heridos.

Según Human Rights Watch, los habitantes de la aldea habían pedido ayuda a un destacamento del ejército congoleño que estaba a 9 kilómetros de Mutarule y también a un contingente de fuerzas de paz de la MONUSCO (Misión de la ONU en la República Democrática del Congo).

«El ejército congoleño y las fuerzas de mantenimiento de paz de la ONU han dejado que los civiles de Mutarule fuesen masacrados, a pesar de que habían recibido llamadas desesperadas de ayuda al inicio del ataque», dice el líder de la organización humanitaria.

«El ejército y la MONUSCO tienen que averiguar cómo se han producido estas fallas y garantizar que estas atrocidades no se repitan». Los pueblos autóctonos y otros originarios de Burundi y Ruanda se disputan estas tierras donde ha tenido lugar la masacre desde hace décadas.