12.07.14

Los curas siempre poniendo pegas

A las 10:17 AM, por Jorge
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Es que somos así, es como si en el día de la ordenación se nos transformara algún gen y desde ese momento adquiriésemos el vicio de poner pegas a todo y por todo. Es verdad que hay compañeros que lo superan y a todo dicen que sí, pero consideren el hecho como esa famosa excepción que confirma la regla: el cura, por ser cura, sufre permanentemente una irresistible inclinación a poner pegas a todo, a todos y por todo.

No necesito para demostrarlo acudir a historias y anécdotas de compañeros que lo explicarían todo. Me basta y me sobra mi propia vida para que comprendan esta maldición que arrastramos en nuestra condición de presbíteros. Ahí les van algunos ejemplos.

Víspera de boda. A media tarde llamada de teléfono de floristería “Gómez”:
- Buenas, que cuándo podemos llevar las flores mañana sábado.
- Pues miren, a primera hora, que tenemos un día especialmente complicado y luego tenemos que salir.
- Vale, ¿a las doce está bien?
- No. A primera hora… como tarde a las diez.
- Es que tenemos que colocar los centros antes, y claro, eso lleva su tiempo. ¿Usted no está en la parroquia todo el día?
- No pensaba… Tenemos un sábado complicado.
- Desde luego ustedes no facilitan nada las cosas.

Despacho parroquial.
- Que venimos a preguntar por los bautizos.
- Muy bien… ¿Por dónde viven?
- Ejem… por Plaza de Castilla (a tres o cuatro kilómetros de aquí)
- Lo normal sería que acudieran a su parroquia
- Sí… pero es que los días que bautizan no nos convienen, porque bautizan los domingos por la tarde y a nosotros las tardes de los domingos nos gusta pasarlas en el parque.
- Pero eso no es razón…
- Vámonos, cariño. Encima que queremos bautizar al niño nos ponen pegas.

Otra de bautizos.
Dos mamás. Niñas talluditas.
Primera comunión en perspectiva y los niños sin bautizar. Una de ellas, feligresa. La niña va a hacer la primera comunión en su colegio y hay que bautizarla. Pues nada, a ver cómo lo hacemos. En esto la otra mamá:
- ¿No podría de paso bautizar también a la mía?
- ¿Ustedes dónde viven?
- En una urbanización de la carretera de Burgos.
- Pues mejor que lo hable con su párroco.
- Bah, ganas de complicar la vida a los padres. No sé por qué para que hagan la comunión los niños hay que bautizarlos primero. Ustedes siempre poniendo pegas.

Ahora un expediente matrimonial. Tenemos despacho todas las tardes. Pero hete aquí que para los novios es imposible acudir a la parroquia en esa hora (el caso es que para ir al médico, al notario, al registro de la propiedad o a la delegación de hacienda SIEMPRE pueden arreglarlo para acudir cuando les dicen, lo de la parroquia parece que es distinto).
- ¿No habría la posibilidad de acudir en otro horario?
- Bueno, podemos quedar un sábado o un domingo al acabar la misa de la tarde, sobre las 20:15 h.
- ¿Y no podría ser más tarde? ¿Cómo a las 21 o 21:30? Es que los domingo, en verano, solemos ir a la piscina, y era por aprovechar un poco más el día.
- Pues no. Porque los domingos a esas horas tengo costumbre de sacar al perro.
- Jo, qué borde, encima que queremos casarnos por la Iglesia nos pone pegas. Luego se quejarán de que la gente no se case o lo haga por lo civil.

Templo parroquial. Mientras preparas la misa detectas que alguien, muy silenciosamente, está dejando cosas en el atrio del templo. Te acercas, y en ese momento observas que están dejando dos enormes bolsones de ropa, unos libros usados de texto, y un cajón con sartenes y cacerolas viejas.
- Hola, que traemos esto para Cáritas.
- Se lo agradecemos mucho, pero es que no sé si han visto el cartel abajo, que no recogemos ropa en la parroquia.
- Sí, pero hemos pensado que ustedes sabrían donde llevarla.
- ¿Y los libros estos?
- Son de hace años, pero a lo mejor le valen a algún niño. Y las cacerolas y las sartenes están usadas pero a lo mejor a alguien…
- Me temo que ninguna de estas cosas nos es de utilidad.
- Vale, vale, pero como dicen que hay tanta necesidad. Luego resulta que traes algo y encima te ponen pegas…