13.07.14

Un patrón mártir para Leganés, que apenas pudo ejercer medio año de cura


Tres mártires de la guerra civil española nacieron un 13 de julio: un lasaliano conquense, una carmelita de la Caridad guipuzcoana y un agustino de Palencia.

Eugenio García Tribaldos (hermano Agustín María de las Escuelas Cristianas), de 59 años y natural de Vellisca (Cuenca), fue asesinado en Madrid el 30 de julio de 1936 y beatificado en 2013. Es uno de los seis mártires llamados de la Editorial Bruño (ver artículo del 21 de enero).

Justa (de la Inmaculada) Maiza Goicoechea, de 39 años y natural de Ataún (Guipúzcoa), fue una de las 12 carmelita de la Caridad de la Casa de la Misericordia de Valencia asesinadas en el picadero de Paterna el 24 de noviembre de 1936 (ver artículo del aniversario) y beatificadas en 2001.

Un patrón para Leganés

Jesús Largo Manrique, de 24 años y oriundo de Calzada de los Molinos (Palencia), era sacerdote agustino, fue asesinado el 30 de noviembre de 1936 en Paracuellos de Jarama (Madrid) y beatificado en 2007. Según la biografía de su congregación, “Sus padres se llamaban Genaro y Esperanza. Fue bautizado en la iglesia parroquial de Santiago Apóstol el 21 de julio de 1912. Su padre era maestro, por lo que su hijo Jesús recibió una educación esmerada desde niño.

Estudió latín y humanidades en la preceptoría de Velilla de Tarilonte. El hecho de tener un hermano agustino, el P. Eloy Largo Manrique, orientó su vocación religiosa.

Hizo el noviciado en el convento de Ntra. Sra. del Buen Consejo de Leganés, donde profesó el 27 de julio de 1928. Cursó los estudios de filosofía en Leganés. Fue trasladado al Monasterio de El Escorial el 31 de septiembre de 1931. Tuvo que interrumpir brevemente los estudios para cumplir el servicio militar en 1933. Destinado a servicios auxiliares por defecto de la vista volvió inmediatamente al Monasterio donde pudo continuar los estudios sin perder curso alguno. Fue ordenado sacerdote el 21 de diciembre de 1935 y celebró su primera misa el 1 de enero de 1936.

Detenido con toda la comunidad del Monasterio fue encarcelado el 6 de agosto en la prisión de San Antón. Después de casi cuatro meses carcelarios fue juzgado por un falso tribunal popular en la cárcel y condenado a muerte sólo por ser religioso. Llamado en una “saca” de la muerte la última mañana del mes de noviembre, le despojaron de todo y le ataron las manos a la espalda. A media mañana le condujeron a Paracuellos con otros 50 agustinos, donde fueron sacrificados todos el 30 de noviembre de 1936, dando muestras ante los asesinos de auténtica fe religiosa".

Más sobre los 1.523 mártires de la guerra civil española, en Holocausto católico.