14.07.14

 

¿O acaso lo dudan? La comunicación del rectorado de la Universidad Complutense de Madrid al arzobispado de Madrid de que mañana martes procederán a desmantelar la capilla de la facultad de Geografía e Historia es un punto y final.

La disculpa es de esas que parecen de justicia: “faltan aulas y ahí pueden colocarse cien estudiantes”, pero sabemos que en el fondo la razón es claramente otra. Hace tiempo que las capillas universitarias sufren todo tipo de desmanes y todos sabemos que a corto y medio plazo están destinadas a desaparecer en aras de la supuesta laicidad de la universidad que es capaz de admitir en el campus absolutamente todo excepto la religión católica.

Sería interesante conocer cuántos grupos, grupúsculos, asociaciones, kolectivos de esos con k, partidos o sindicatos poseen espacios exclusivos en cada facultad. Aquí todo bicho viviente tiene el privilegio de disponer de lo que es de todos, menos los católicos, a los que por ser tales, y a pesar de que pagan sus tasas como todo el mundo, se les niega el pan y la sal.

El capellán ha convocado una misa para hoy a las 13 h., que siendo tiempo de vacaciones no estará especialmente concurrida. Es verdad que acudirá incluso un grupo de gente y que entregarán firmas en algún lugar, firmas completamente inútiles por otra parte. Ya se sabe que los católicos somos buena gente, incapaces incluso de tirar papeles por la calle en una manifestación.

Si mañana el rector decidiera quitar un local a alguno de esos kolectivos no violentos, pacifistas, amantes de la universidad participativa, solidarios con los desfavorecidos y preocupados por lo social, lo menos que le pasaría es que okuparan las facultades, quemaran unos cuantos contenedores, llenasen de pintadas el campus y tuvieran que vérselas con un puñado de antisistemas capaces de pasar de la complutense a arrasar medio Madrid. Por tanto los locales de esos buenos chicos, ni tocarlos.

¿Qué van a hacer los católicos? Pues nada, rezar, decir que es injusto y tal vez presentar alguna querella en los tribunales que se resuelva en unos pocos años. Ná de ná. Quizá una nota de protesta del arzobispado denunciando que la universidad se cisca en los acuerdos con la Iglesia. Ná. Si acaso algo en ABC o La Razón. Y en últimísimo caso con decir el rector al arzobispado que se buscará una solución pues ya está. Luego ya la solución vendrá en dos meses o diez años… o no vendrá, pero seguro que la están buscando.

Cada día soy un poco más drástico. Rebelde porque el mundo me hizo así y porque al final te das cuenta de cómo te van tomando el pelo. ¿Quién celebrará hoy la misa? ¿El capellán? Hoy es de esos días para que aparezca por allí alguien con la mitra “mu bien atornillá”, celebre misa, y en lugar de desmantelar la capilla, monte en esa misma capilla un lugar de adoración perpetua al Santísimo Sacramento.

Y si aparecen unos cuantos operarios y tienen las santas narices (esas narices de la entrepierna) de pretender llevarse la custodia con el Señor, pues fotos, notario y una mitra en medio diciendo que pa narices las suyas.

Ya ven. Que me he levantado guerrero. Lástima de don Camilo sacando brillo a los candelabros de bronce.