22.07.14

Apedrearon el cadáver con cuanto tuvieron a mano los verdugos


16 mártires de la guerra civil española fueron asesinados el 22 de julio de 1936: dos hermanos de las Escuelas de la Doctrina Cristiana (La Salle) en Madrid y otro en Barcelona, tres maristas en Redueña (Madrid), cuatro carmelitas en Montoro (Córdoba) y seis carmelitas descalzos en Toledo.

En Madrid, supuestamente cerca de la Almudena, fue asesinado ese día Vicente López y López, hermano Virginio Pedro en la congregación de las Escuelas Cristianas (La Salle), de 51 años, natural de Miraveche (Burgos) y beatificado en 2013. De su biografía puede destacarse que como director de un colegio en Jerez tuvo que afrontar el 11 de mayo de 1931 un intento de asalto e incendio. Destinado luego a Cuevas (Almería), tuvo que cerrar la escuela por la presión del anticlericalismo, y desde septiembre de 1935 era en Madrid director de la primera clase de la Escuela de Santa Susana, asaltada el 21 de julio. “Aprovechando un momento favorable en la invasión, el hermano Virginio Pedro huyó precipitadamente y buscó refugio en casa de un antiguo alumno. Al día siguiente salió a la calle, deseando conocer lo que ocurría y no volvió más. ¿Qué había sucedido? Sólo más tarde se supo; como se encontraba en el barrio de su Escuela, fue visto por algunos alumnos que, faltos de discreción, fueron la causa de que los revolucionarios, buscadores de sacerdotes y religiosos huidos, le detuvieran y fusilaran en un montículo cercano al cementerio de la Almudena". El buscador de mártires de la Conferencia Episcopal pone aún como fecha de martirio el día 20 de julio.

El otro lasaliano de Madrid era Joaquín Rodríguez Bueno (hermano Ireneo Jacinto), de 25 años y natural de Mazuelo de Muñó (Burgos), beatificado en 2013 como el hermano Virginio Pedro, y como él asesinado camino del cementerio de la Almudena (llamado de Ventas en este relato de su congregación, en el que se ve la relación de este mártir con las corazonistas de Santa Susana:

Desde hacia tiempo los Hermanos de Santa Susana trabajaban en un medio hostil a su apostolado, contaminado por el marxismo. Al lado de su Escuela funcionaba la de las Religiosas de la Caridad del Sagrado Corazón y entre ellas se encontraba una hermana del Hermano Ireneo. Los dos establecimientos fueron de las primeras víctimas de la furia revolucionaria, desencadenada en julio de 1936.

Las Hermanas tuvieron que comparecer cinco veces ante el Comité moscovita, que les requería la entrega de las ocultas riquezas en los túneles de comunicación entre las dos comunidades… (¡Piensa el ladrón que todos son de su condición!) Los inquisidores, fanatizados por las fábulas infames de sus jefes, insistían con feroz terquedad y con toda clase de amenazas, pero ellas no podían inventar nada para responder a sus insensatas preguntas. Por fin, pudieron librarse de sus perseguidores por la caritativa, valerosa y enérgica intervención de alguien que les proporcionó oportuno refugio en su casa.

Estos fanáticos, sedientos de sangre clerical, invadieron la Escuela de Santa Susana, a la caza de los nueve Hermanos que componían la Comunidad. Dos de entre ellos, los Hnos. Crisólogo y Esteban Vicente, estaban en la Procura, donde encontraron una muerte violenta.

Mientras el Hno. Director era víctima de las brutalidades de aquellas fieras, los seis restantes lograron escabullirse por una salida posterior del edificio. El Hno. Ireneo Justino halló asilo en casa de un vecino, próxima a la Escuela, inquieto por la suerte de su hermana, se creyó en la obligación de cerciorarse sobre ella. Fue fatal su decisión. Reconocido y denunciado a los milicianos como religioso disfrazado, fue detenido y fusilado en el camino del cementerio de Las Ventas. Era el 22 de Julio de 1936.

Un hombre de bien, vecino de aquel contorno, declaró posteriormente haber sido testigo, desde el balcón de su casa, de la ejecución de un religioso, que bien podría haber sido el Hermano Ireneo. Se disparó sobre él varias veces y se apedreó su cadáver con cuanto tuvieron a mano los verdugos".

Al arreciar el anticlericalismo, se ofreció a volver a España sustituyendo a otro

En Barcelona, los Hermanos de las Escuelas Cristianas perdieron ese día al hermano de nacionalidad francesa Joseph-Louis Marcou Pecalvel (hermano Louis de Jésus), de 54 años, natural de Peyrégoux (Albi) y beatificado en 2007. Había vivido en España desde 1907, con un paréntesis durante la Primera Guerra Mundial, cuando sirvió en el ejército francés. En 1930,volvió a Francia, pero tres años más tarde, al empeorar la situación, se ofreció a sustituir a algún hermano, y fue destinado al colegio de Josepets, el segundo que los lasalianos tenían en el barrio de Gràcia, abierto en 1912 (el otro, que llevaba el nombre del barrio, se había fundado en 1892). El 19 de julio, al dispersarse la comunidad, el hermano Louis se refugió en casa del doctor Turó, amigo del colegio. Al día siguiente volvió al colegio y pudo retirar la Eucaristía, la llevó a la iglesia y la entregó al sacerdote. Se celebró la última misa y consumieron todas las formas consagradas para evitar profanaciones. El hermano Louis fiado de su nacionalidad, se atrevió a hacer otras visitas al colegio para retirar algunas cosas que podían ser útiles a los hermanos. El 22 de julio, a las 4 de la tarde, se despidió diciendo que iba al Consulado francés a recoger el pasaporte. Pero no llegó, ya que entró en el colegio y alguien le estaba esperando. Algunos vecinos dijeron que más tarde sacaron un cuerpo en una camilla.

“Para mí los hermanos han sido lo mejor del mundo”

Los maristas Pedro Alonso Ortega (hermano Mariano, de 35 años), Eugenio Artola Sorolla (hermano Victorico María, de 42) y Trifón Tobar Calzada (hermano Jerónimo, de 60), trabajaban en Torrelaguna y su caso lo he relatado en el artículo del 14 de enero.

Carmelitas muertos con dinamita y rematados con arma blanca

Los carmelitas asesinados en Montoro (Córdoba) el 22 de julio y beatificados en 2013 fueron fray José María Mateos Carballido (prior de la comunidad, de 34 años, natural de Encinasola, Huelva), fray Jaime Carretero Rojas (diácono de 25 años, oriundo de Villaviciosa, Córdoba), fray Eliseo María Durán Cintas (de 29 años y nacido en Hornachuelos, Córdoba) y fray Ramón Pérez Sosa (de 33 años y natural de Feas, Ourense). Su caso lo relaté en el artículo del 27 de abril.

Seis de los 16 carmelitas mártires de Toledo

El convento de carmelitas descalzos de Toledo había sido elegido por los sublevados el 21 de julio a las órdenes de Moscardó como uno de sus lugares de defensa. Al comenzar el asedio de la ciudad, al día siguiente los guardias civiles que lo ocuparon se retiraron al Alcázar, y los religiosos -una comunidad de la que ya han sido beatificados 16 como mártires, en 2007- trataron de huir. Seis de ellos no llegarían vivos al anochecer: el prior Ovidio Fernández Arenillas (padre Eusebio del Niño Jesús), de 48 años y oriundo de Castilfalé (León); los alumnos de teología Esteban Cuevas Casquero (fray Eliseo de Jesús Crucificado), Perfecto Domínguez Monge (fray Perfecto de la Virgen del Carmen) -ambos de 22 años y naturales de Besande (León)-, Tomás Mateos Sánchez (fray José Agustín del Santísimo Sacramento, de Anaya de Alba, Salamanca), Pedro Ramón Rodríguez Calle (fray Hermilo de San Eliseo, de Fuensaldaña, Valladolid) -ambos de 23 años- y el novicio Clemente López Yagüe (fray Clemente de los Sagrados Corazones), de 24 años y natural de Campo de San Pedro (Segovia). Sus casos los relaté en el artículo del 21 de febrero.

Más sobre los 1.523 mártires de la guerra civil española, en Holocausto católico.