La pasada semana se celebró en Burgos una nueva edición del Encuentro Nacional de Seminaristas menores de Bachillerato. El Seminario de San José acogió, del 13 al 17 de julio, a más de cuarenta seminaristas de edades comprendidas entre los quince y los dieciocho años acompañados de veinte de sus formadores, venidos de diecisiete diócesis de toda España (Tenerife, Menorca, Sevilla, Jaén, Murcia, Valencia, Tarragona, Barcelona, Zaragoza, Logroño, Plasencia, Cáceres, Ciudad Real, Ciudad Rodrigo, Zamora, Valladolid y Burgos).

Bajo el lema “R-evangelizar. Sacerdotes para la nueva evangelización”, estos días ofrecieron momentos de convivencia, oración, diálogo, cultura y esparcimiento.

El programa fue apretado. El primer día tuvo lugar la acogida por parte del Arzobispo de Burgos, Mons. Francisco Gil Hellín, las presentaciones y, también, la Final de la Copa del mundo de fútbol, que los asistentes no quisieron perderse.

Continuó la semana con una visita a diferentes localidades con la intención de conocer  los orígenes de Castilla: el románico en Medina de Pomar, su castillo, el convento de las Clarisas, y Oña, con la asistencia al preestreno de la guía teatralizada del Monasterio, además de disputar un animado partido de fútbol para rematar la jornada.

El martes estuvo se dedicó tiempo para el retiro espiritual mientras se realizaba una peregrinación por el camino de Santiago desde Villafranca a San Juan de Ortega. Fue ocasión también para conocer más sobre Atapuerca, sus hallazgos, y los avances en la investigación sobre el origen del hombre. Además, se celebró una oración-testimonio abierta al público en la parroquia de San Martín de Porres.

En la siguiente jornada, los participantes conocieron de cerca de la vida de monjes benedictinos en Silos y la de las religiosas contemplativas en La Aguilera, además de disfrutar de la exposición “Eucharistia de las Edades del Hombre. En Aranda de Duero también  pudieron asistir a una cata  en las bodegas de dicha localidad.

Finalmente, el último día se realizó una visita al interior de la catedral burgalesa antes del regresar cada uno a su lugar de origen. Sin duda, se trata de una experiencia que ayudará a  afianzar la decisión de estos jóvenes a las puertas de comenzar los estudios eclesiásticos.

(Archidiócesis de Burgos)