27.07.14

Aún decía que nos perdonaba cuando le íbamos a matar


Entre las personas asesinadas el lunes 27 de julio, han sido beatificadas 27. Se trata de 16 religiosos en la provincia de Barcelona, un sacerdote secular en Tarragona, un salesiano y un claretiano en Guadalajara, otro sacerdote en Toledo, seis religiosos trinitarios en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), y un carmelita en Pueblonuevo del Terrible (Córdoba).

En la provincia de Barcelona, fueron asesinados ese día cuatro salesianos de la comunidad de Sarriá: el clérigo Zacarías Abadía Buesa, de 22 años y natural de Almuniente (Huesca); el coadjutor Jaime Ortiz Alzueta, de Pamplona, el estudiante de Teología Felipe Hernández Martínez, de Villena (Alicante), (ambos de 23 años) y el sacerdote José Caselles Moncho, de 29 años y alicantino de Benidoleig (beatificados en 2001; ver artículo del 14 de marzo).

El mismo día murieron cuatro hermanos de La Salle, dos en Balsareny (Antonio Tost Llavería -hermano Francisco Magín, de 21 años y oriundo de Montroig (Tarragona)- y Narciso Serra Rovina -hermano Raimundo Eloy-, de 60 años y de Quart, Girona (ambos beatificados en 2007, ver artículo del 17 de enero), otro en Manresa -Antonio Jaume Secases (hermano Jaime Bertino), de 30 años y de Alás (Lleida)- más el cuarto en San Fructuoso de Bages. Este era Francisco Pujol Espinalt (hermano Honesto María), de 42 años y oriundo de Sampedor (Barcelona; ver artículo del 9 de abril).

El franciscano menor conventual Modesto Vegas Vegas, de 24 años y de La Serna (Palencia), fue asesinado en Lliçà d’Amunt y beatificado en 2001 (ver artículo del 24 de febrero).

Rosa Jutglar Gallart, de 36 años y natural de Sabassona (Barcelona), era dominica en el colegio de Manresa, fue asesinada el 27 de julio de 1936 en els Torrents (Castellgalí, Barcelona) y beatificada en 2007, al igual que Reginalda Picas Planas, de 41 años y oriunda de Borredá (Barcelona, ver artículo del 25 de enero).

Otras cuatro dominicas, la priora y tres religiosas del convento de la barcelonesa calle de Trafalgar, fueron asesinadas en Vallvidriera, en la revuelta El Fero (fueron beatificadas en 2007, ver artículo del 31 de diciembre): La priora, de 54 años, Ramona (de Santo Domingo de Guzmán) Fossas Románs, de Ripoll (Girona); las hermanas Teresa (de San Vicente Ferrer) Prats Martí -de 41 años y de Ciutadilla (Lleida)-, Adelfa (de Nuestra Señora del Rosario) Soro Bó -de 49 años y de Villanueva de Castellón (Valencia)- y Otilia (de Santa Rosa de Lima) Alonso González -de 19 años y asturiana de Enfistiella (Nembra)-; una quinta, Ramona (del Dulce Nombre de María) Perramón Vila, de 37 años y oriunda de Vic (Barcelona), murió al día siguiente.

En Sabadell, donde había nacido, fue asesinado ese día 27 el monje de Montserrat Àngel Maria Rodamilans Canals, de 62 años, beatificado en 2013 (ver artículo del 1 de mayo).

Josep Bru Boronat, de 53 años, natural de Mont-roig del Camp (Tarragona) y ecónomo de Belianes (Lleida), fue asesinado en Reus y beatificado en 2013 (ver artículo del 1 de junio).

El salesiano muerto en Guadalajara, Andrés Jiménez Galera, de 32 años y oriundo de Rambla de Oria (Almería), fue beatificado en 2007 (ver artículo del 25 de enero).

“Escogedme como víctima, pero no permitáis que suceda nada a estos inocentes”

En Sigüenza (Guadalajara) fue asesinado el sacerdote claretiano José María Ruiz Cano, de 29 años, oriundo de Jerez de los Caballeros (Badajoz) y beatificado en 2007. Había ingresado en la congregación de los hijos del Corazón de María (Cordis Mariæ Filii, C.M.F.) en 1924, era sacerdote desde 1932 y en Sigüenza, su primer destino, era formador del Seminario Menor Claretiano. Según el testimonio de uno de los alumnos citado en el proceso de beatificación, Ruiz Cano les reunió en la capilla cuando estalló la guerra: “Se acercó al sagrario. Nos dio la tremenda noticia. Quiso animarnos. No pudo contener las lágrimas… Presidía la escena una hermosa imagen del Inmaculado Corazón de María con el Niño en brazos. Continuó el Padre Ruiz: ¡Oh, Señora mía! ¡Oh, Madre mía! Acordaos que soy todo vuestro, conservadme y defendedme como cosa y posesión vuestra. ¡Si queréis, Madre, una víctima, aquí me tenéis; escogedme a mí, pero no permitáis que suceda nada a estos inocentes que no han hecho mal a nadie!”.

Ruiz cano y un grupo de postulantes marcharon al pueblo de Guijosa, distante menos de 8 km. Allí le fueron a buscar los milicianos. Le metieron en un coche, que se detuvo a cuatro kilómetros, ya en el término de Sigüenza, al pie del cerro Otero. Anduvo unos doce pasos antes de que le dispararan. Era la una de la tarde, y uno de los milicianos se refirió a “aquel fraile que estaba con estos chicos que aún decía que nos perdonaba cuando le íbamos a matar”.

El sacerdote asesinado en Toledo era el chantre de la catedral Joaquín de la Madrid Arespacochaga, de 75 años, natural de Bellver de Cerdanya (Barcelona), conocido como “el padre de los huérfanos” y beatificado en 2007 (ver artículo del 17 de septiembre).

Los trinitarios asesinados en Alcázar de San Juan y beatificados en 2013 fueron: Hermenegildo (de la Asunción) Iza y Aregita, de 57 años y oriundo de Mendata-Albiz (Vizcaya); Juan Antonio (Antonio de Jesús y María) Salútregui Iribarren, de 34 años y de Guernica y Luno, Plácido (de Jesús) Camino Fernández (de Laguna de Negrillos, León) y Francisco (de San Lorenzo) Euba Gorroño (de Amorebieta, Vizcaya), ambos de 46 años; Buenaventura (de Santa Catalina) Gabika-Etxebarría Gerrikabeitia, de 49 años; y Esteban (de San José) Barrenechea Arriaga, de 55 años y de la misma localidad en que lo asesinaron, único que no era sacerdote (ver artículo del 13 de abril).

Por último, el carmelita de la antigua observancia asesinado en Pueblonuevo del Terrible era José María González Delgado, sacerdote de 28 años natural de Gabia Grande (Granada) y beatificado en 2013 (ver artículo del 26 de febrero).

Más sobre los 1.523 mártires de la guerra civil española, en Holocausto católico.