En el 193º aniversario de la Proclamación de la Independencia del Perú –el 28 de julio- el Presidente de la Conferencia Episcopal y Arzobispo de Ayacucho, firmó un Mensaje titulado «Por un Perú constructor de esperanza». Recordando que la grandeza de la nación peruana está hecha por el trabajo anónimo de miles de ciudadanos, así como por las grandes hazañas de sus héroes, Mons. Salvador Piñeiro García Calderón, alienta a los peruanos a proseguir «una nueva batalla contra el egoísmo, el hedonismo y el relativismo, que menoscaba su identidad, destruye la imagen natural y bíblica de la familia, célula básica de la sociedad; amenaza el matrimonio como un sacramento entre un hombre y una mujer; y extiende su amenaza contra la vida de peruanos indefensos que se forman en el vientre materno».

«No podemos olvidar, sin embargo, que nuestro Perú vive un momento privilegiado en su historia que abre la ventana de la esperanza a los horizontes del primer mundo», se lee también en este mensaje, que luego pone de relieve el potencial de la riqueza de los recursos naturales, geográficos y humanos, de la nación con la esperanza de que se cumpla «el anhelo de ver la pobreza superada, la violencia vencida y nuestras calles bendecidas por la paz». Mons. Salvador Piñeiro García Calderón destaca asimismo que los desafíos que hoy retan el compromiso de las autoridades y de todos los peruanos, se podrán superar con el aprecio mutuo entre todos los ciudadanos, alejándose de todo tipo de discriminación; con el respeto reverente a sus sanas tradiciones y con el compromiso sincero de cada peruano para alcanzar, la honestidad, la transparencia, la justicia y la paz.

(CdM – RV)

Mensaje de la Conferencia Episcopal Peruana

Por un Perú constructor de esperanza – Mensaje de Fiestas Patrias 2014

Al celebrar este 28 de julio, el 193º aniversario de la Proclamación de la Independencia de nuestra nación, deseo saludar a todos los hombres y mujeres del vasto territorio nacional, que con empeño, sacrificio y dedicación, forjan día a día un futuro digno para ellos, para sus familias y por lo tanto para el País.

La grandeza del Perú está hecha por el trabajo anónimo de miles de peruanos, así como por las grandes hazañas de sus héroes. Por eso, en esta fecha recordamos junto con el diario sacrificio del humilde campesino y del valiente emprendedor, el sacrificio de quienes escribieron las páginas más sublimes de la historia de nuestro Perú: Miguel Grau, Francisco Bolognesi, José Abelardo Quiñonez, Micaela Bastidas, Alfonso Ugarte y muchos otros peruanos y peruanas que dieron su vida por el país, para que su ejemplo se mantenga vivo en todos nosotros, sobre todo en las nuevas generaciones. Hoy en día, los peruanos seguimos librando una nueva batalla contra el egoísmo, el hedonismo y el relativismo, que menoscaba nuestra identidad como peruanos, destruye la imagen natural y bíblica de la familia, célula básica de la sociedad; amenaza el matrimonio como un sacramento entre un hombre y una mujer; y extiende su amenaza contra vida de peruanos indefensos que se forman en el vientre materno. Nuestros grandes héroes no se hicieron grandes por un solo momento de heroísmo, ellos fueron héroes en lo cotidiano, respondiendo con fidelidad a su conciencia, defendiendo los valores inalienables del hombre, sosteniendo la estructura de la sociedad desde la familia, condición sin la cual la estructura social es frágil y se empobrece.

No podemos olvidar, sin embargo, que nuestro Perú vive un momento privilegiado en su historia que abre la ventana de la esperanza a los horizontes del primer mundo. La riqueza de nuestros recursos naturales, la belleza de nuestra geografía y sobretodo la calidad de sus hijos e hijas, son el mejor potencial, que bien guiado, nos dará la alegría de ver cumplido el anhelo de ver la pobreza superada, la violencia vencida y nuestras calles bendecidas por la paz. Los desafíos que hoy retan el compromiso de nuestras autoridades y de todos los peruanos, los podremos superar con el aprecio mutuo entre todos los ciudadanos, alejándonos de todo tipo de discriminación; con el respeto reverente a nuestras sanas tradiciones, que guardan nuestra peruanidad y con el compromiso sincero de cada peruano para alcanzar, la honestidad, la transparencia, la justicia y la paz. Que el Señor de los Milagros, por la intercesión de Nuestra Señora de la Merced, y de los santos peruanos, Santa Rosa de Lima y San Martín de Porres, derrame sus bendiciones en cada uno de ustedes y en cada hogar peruano de todo el territorio nacional y de los compatriotas que viven en el extranjero.

¡¡Felices Fiestas Patrias. Viva el Perú!! 

Lima, 25 de julio de 2014

+ Salvador Piñeiro García Calderón Arzobispo de Ayacucho
Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana