NOTA DE PRENSA

Alejandro Marías: “Los descendientes de Julián Marías tenemos en común el respeto a la vocación”

  • El músico madrileño, nieto del filósofo Julián Marías, ha participado en los Cursos de Verano que la Universidad Católica de Valencia celebra en Santander.


 

SANTANDER | 07.08.2014


 

El músico Alejandro Marías, nieto de Julián Marías, ha participado en el Curso de Verano de Pensamiento Cristiano que la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir” (UCV) celebra en Santander con una ponencia sobre la experiencia de haber crecido junto al renombrado filósofo vallisoletano. “El respeto a la vocación es, sin duda, lo que tenemos en común sus descendientes”, ha subrayado.

“Siempre nos animó a hacer aquello que nos gustaba y a hacerlo lo mejor que pudiéramos. Ser músico no es el medio de vida más seguro al que uno pueda optar, pero ser filósofo en un país cuyo dictador te prohíbe escribir y dar conferencias, desde luego, tampoco”, ha relatado.

Así, Marías ha señalado que “la influencia de su abuelo en su manera de hacer música es la misma que a nivel personal: tratar de ser fiel a la propia manera de pensar y de sentirla”. Para el intérprete perteneciente al conjunto de música clásica La Spagna, “veracidad, fidelidad y moderación” son tres palabras que describen “muy bien” a su abuelo.

Marías ha manifestado que trata de parecerse al autor de Antropología Metafísica en dichos aspectos y en tener la “valentía” de hacer siempre lo que cree que debe hacer. “Para ello, además de una cierta dosis de terquedad, es necesario ser muy honesto, pues cuántas veces lo mejor no es lo que más nos conviene”, ha añadido.

“Desde muy pequeño fui consciente de que ser nieto de Julián Marías era un privilegio insólito que no tenía por qué durar mucho. Intento blindar en mi memoria y revivir con frecuencia todo cuanto aprendí de él, sus opiniones siempre argumentadas y, sobre todo, la manera en la que incitaba a razonar”, ha indicado.

El músico de La Spagna ha recordado que Marías no era un abuelo “al uso”, aunque a veces “lo habría deseado”, pero ha considerado “una suerte” poder seguir contando con él a través de sus libros, que siempre escucha “con su voz”. En ese sentido, ha especificado que su abuelo “tampoco solía dar consejos si no se le pedían, pero era conciso y certero en ello”; de modo que, a menudo, cuando debe tomar una decisión intenta imaginar “lo que él habría aconsejado”.

“Tener por abuelo -y vecino- a Julián Marías es algo que, sin duda, marca de por vida. Una vez me dijeron que los Marías estábamos condenados al síndrome de Carl Philip, en alusión al genial compositor C.P.E. Bach, hijo del aún más genial Johann Sebastian. En efecto, todos hemos crecido a la sombra de un gigante pero, por se trataba de una sombra sutil, que tamizaba la luz sin privarnos de verla ni, acaso, de brillar por nosotros mismos”, ha remarcado.

Al hilo del compositor alemán, Marías ha aseverado que su abuelo “no tenía buen oído para la música”, pero piensa que le habría entusiasmado Bach “de haber conocido su obra con mayor profundidad”. Marías ha matizado que el ilustre intelectual vallisoletano sí tenía, en cambio, un “estupendo oído” para los idiomas, “otro de sus talentos”.

“De cualquier manera, mi abuelo no solía hablar de lo que no dominaba y, aunque tenía una cultura increíblemente amplia que no excluía la música, rara vez se pronunciaba al respecto. Sin embargo, en sus últimos años, cuando ya casi no veía, sí se hizo algo más melómano; sentía predilección por Mozart. Le regalamos un pequeño equipo de música y, a veces, mi hermana o yo pasábamos a estudiar violín o cello, respectivamente, a su salón”, ha apostillado.

 

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