11.08.14

Cementerio de niños abortados de Kkotdongne

El Papa está a punto de comenzar el viaje apostólico a Corea del Sur. Un país que desmiente las teorías de que «a los pobrecitos orientales no se les pueden contar las cosas como son», que no serán capaces de entender el Evangelio

Allá el Evangelio se extiende rápidamente gracias al apostolado de los laicos, son las familias, iglesias domésticas, las que asumen en primera persona la misión. Al contrario que otros países como Japón, en el que continuamente se agosta «desde arriba» cualquier intento de que fructifique la semilla.

El Cardenal Filoni viajó el año pasado para preparar el viaje y ofrecía algunos números que ayudan mucho a entender la situación. En 1949 se calculaba que la población católica era en torno al 1′1%, con apenas 81 sacerdotes y 46 parroquias. Hoy los católicos son el 10′3%, de la población, los sacerdotes más de 4.600, los religiosos y las religiosas más de 10.000.

Uno no puede dejar de pensar qué ocurriría si en mi patria estuviésemos igual de enamorados del Señor.

Un detalle que me ha gustado mucho del programa del viaje es la visita del Santo Padre al centro de ayuda a discapacitados, «Casa de la Esperanza» de Kkotdongne y al cementerio de niños abortados que hay en la parte trasera de la institución, una blanca Sagrada Familia rodeada por cruces blancas. Un recuerdo a la «cultura del descarte» que tanto denuncia el Papa Francisco.

Encomendemos los frutos del viaje apostólico. Creo que tenemos nosotros mucho que aprender.


 

Foto del cementerio de Kkotdongne de Andy Prima Kencana