El Embajador de Irak en España se unió a un acto en Madrid por los cristianos perseguidos

(Elentir/InfoCatólica) A pesar de estar en pleno mes de agosto y con mucha gente de vacaciones, la convocatoria superó toda las previsiones de asistencia. Los ciudadanos que se dieron cita ante la Embajada mostraron pequeñas pancartas con lemas en español, en inglés y en árabe, todas ellas con el «Nun», la letra inicial en árabe de la palabra «Nazarenos» con la que los musulmanes designan a los cristianos, y que está siendo usada por los terroristas del ISIS para marcar los hogares de los cristianos para luego torturarlos y asesinarlos.

Parte de los asistentes también vestían camisetas negras con el «Nun» de Nazarenos en color amarillo. Una de ellas le fue entregada por Miguel Vidal, portavoz de Más Libres, al Embajador de Irak a modo de obsequio. El Embajador dirigió, emocionado, unas palabras de agradecimiento y apoyo a los concentrados: «En nombre del Gobierno de Irak, de la embajada de Irak en Madrid y de todo su personal, quiero expresar nuestro agradecimiento y estima por esta valiente iniciativa, que representa un triunfo de la razón y de la verdad», declaró.

«Nosotros, musulmanes, sentimos vuestro dolor»

Entre los asistentes también estaba también el presidente de la Asociación Cultural Islámica Ahlul Bait, formada por musulmanes chiítas iraquíes residentes en Madrid, que mostró su adhesión «de todo corazón con esta gente perseguida; nosotros, musulmanes, sentimos vuestro dolor y lo que estáis pasando, agradecemos este gesto grande, todos somos hermanos. Hacemos un llamamiento internacional para parar esto; apoyamos la vida, no la sangre ni la muerte».

Critican «la pasividad del Gobierno español» ante la persecución

Durante el acto se dio lectura al manifiesto «Todos somos nazarenos»:

Nosotros, ciudadanos libres que vivimos en España

Condenamos todo recurso a la violencia y a la guerra en nombre de Dios o de la religión. Denunciamos el uso criminal que el denominado Estado Islámico hace del islam y hacemos nuestras las palabras de Su Santidad, el papa Francisco: «¡No se lleva el odio en nombre de Dios! ¡No se hace la guerra en nombre de Dios!»

Denunciamos la actividad criminal del Estado Islámico, que utilizando la excusa de la religión, atenta contra los derechos humanos, viola, asesina y tortura a las minorías religiosas del Próximo Oriente, aniquila sus vidas y sus propiedades, y cercena la libertad religiosa de los cristianos asirios, caldeos y turcomanos y de los yazidíes.

Animamos al Gobierno de la República Islámica de Irak a combatir el terrorismo con energía y decisión y reclamamos a la comunidad internacional que colabore de manera urgente en este combate, que pone en riesgo a toda la humanidad, y apoye con medidas concretas al Gobierno iraquí en su lucha contra el Estado Islámico.

Condenamos la pasividad del Gobierno español y de muchas otras autoridades de nuestro país. Denunciamos indignados la indiferencia de nuestras instituciones. Reclamamos del Gobierno español una urgente respuesta ante esta situación y la adopción de medidas concretas de apoyo a la lucha antiterrorista en Oriente Próximo. Denunciamos que apelar a la Unión Europea para no tomar medidas desde España es una excusa vergonzosa. Exigimos a nuestro Gobierno que promueva en la Unión Europea iniciativas para combatir la persecución religiosa.

Exigimos a la Comisión y al Parlamento europeos la adopción de medidas concretas, rápidas y efectivas para combatir los crímenes del Estado Islámico y para acoger en Europa a sus víctimas.

Reclamamos a Naciones Unidas la aprobación de resoluciones de condena de toda forma de yihadismo y que lidere propuestas efectivas de intervención en la zona que frenen el genocidio religioso.

Condenamos la vergonzosa pseudoinformación que ofrecen tantos medios de comunicación, empeñados en ocultar la sistemática persecución de los cristianos en todo el mundo.

Nos comprometemos a apoyar a quienes sufren persecución y a prestarles nuestra voz para ayudarles a superar la injusta situación en la que viven.

Nos comprometemos a trabajar para combatir en cualquier lugar del mundo el crimen de lesa humanidad que supone cualquier genocidio religioso.

Y rezamos por las víctimas de la persecución, por los nuevos mártires, en Oriente Próximo y en todo el mundo.