CARTA DEL OBISPO

ANTE UN NUEVO CURSO PASTORAL (II)

“Una Iglesia Diocesana en conversión y en salida”

 

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SANTANDER | 19.09.2014


Queridos hermanos:

La Iglesia existe para evangelizar. Este es el mandato misionero de Jesús: “Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos” (Mt 28, 19). “Hoy, en este “id” de Jesús, están presentes los escenarios y los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la Iglesia, y todos somos llamados a esta nueva “salida” misionera. Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar esta llamada: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio” (EG 20).

            En obediencia al Espíritu Santo, que nos ayuda a reconocer comunitariamente los signos de los tiempos, tenemos que seguir trabajando en tres ámbitos: 1) la pastoral ordinaria, que se debe orientar al crecimiento de los creyentes, de manera que respondan cada vez y con toda la vida al amor de Dios; 2) el ámbito de las personas bautizadas que no viven las exigencias del Bautismo, para que redescubran la alegría de la fe y el deseo de comprometerse con el Evangelio; 3) y la proclamación del Evangelio a quienes no conocen a Jesucristo o siempre lo han rechazado, porque tienen el derecho de recibir el Evangelio y los cristianos el deber de anunciar y compartir la alegría sin excluir a nadie (cfr. EG 14).

            La salida misionera es el modelo y paradigma de toda obra de la Iglesia. En esta línea, los Obispos Latinoamericanos afirmaron que ya “no podemos quedarnos tranquilos en espera pasiva en nuestros templos” (V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, Documento de Aparecida 2007, n. 548) y que hace falta pasar “de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera” (Ibidem, n. 370).

            El Papa Francisco nos exhorta encarecidamente a “una impostergable renovación eclesial”, cuando afirma: “sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación” (EG 27).

            Pongamos los trabajos y los frutos de nuestra Programación Pastoral Diocesana 2014 – 2015 bajo la protección de nuestra Madre la Virgen Bien Aparecida, estrella de la nueva Evangelización, y supliquemos la intercesión de nuestros patronos San Emeterio y San Celedonio, mártires de la fe en Cristo.

            Con mi afecto de siempre, gratitud y bendición,

 

+ Vicente Jiménez Zamora
Obispo de Santander