17.09.14

Acertada iniciativa: Pin Parental

A las 10:40 AM, por Reme
Categorías : General

 

Me llega este mail de Alicia Rubio, responsable de Libres para Educar de Profesionales por la Ética, que creo puede ser de gran utilidad para muchos padres que consideran que la sexualidad es una parte muy importante de la vida del ser humano que no podemos ignorar. De ahí que los padres debemos poner todos los medios a nuestro alcance para encontrar y poner en práctica, el auténtico y más adecuado programa de educación sexual.

Como ya escribí hace unos años, los padres debemos poner todos los medios a nuestro alcance para encontrar y poner en práctica, de una manera u otra, el programa más apropiado para cada uno de nuestros hijos un programa de educación la sexualidad veraz y completa, integral e integradora.

Un programa que debe ser claro, a la vez que gradual y equilibrado, conforme a los principios antropológicos fundamentales de la naturaleza y la dignidad de la persona humana.

Un programa que, por un lado enriquezca las facultades del hombre –inteligencia y voluntad–, por las que nos diferenciamos del resto de seres vivos, y por otro, que nos capacite en el desarrollo libre, razonado e integral de nuestra personalidad, al servicio de una sexualidad sana y responsable.

Un programa que nos ayude, como primeros y principales educadores de los hijos, a estar en guardia y preparados para enseñarles que el amor no es un capricho, ni una apetencia sexual, sino una elección libre y generosa por la que se procura el bien del otro. Y porque se es libre, se es responsable.

Un derecho y una responsabilidad de los padres que son prioritarios, intransferibles, innegociables, indelegables e insustituibles. De ahí, que los padres tengamos la obligación de ejercer nuestro derecho y nuestra responsabilidad en la educación de la sexualidad, como nos recordaba el Dr. Marañón: “Son las manos infinitamente cuidadosas de los padres y no ningunas otras, por sabias que sean, las que tienen la máxima eficacia para llevar a cabo la iniciación sexual”.

No podemos olvidar que la educación sexual debe incluir la educación de la afectividad, de los sentimientos y las emociones. No se limita a la “temida” conversación sobre de dónde vienen los niños, qué es un preservativo o por qué Fulanito vive con Pepito si son los dos hombres… La educación de la sexualidad forma parte de la educación para la vida, la educación hacia el respeto y el conocimiento propio y ajeno, apoyada en la necesaria e imprescindible comunicación padre-hijo que se establece desde las primeras experiencias en el seno familiar.

Más aún, como señala el novelista francés, Maxence van der Meersch, los padres no podemos, ni debemos, caer en el error de limitarnos a enseñarles “los más diversos conocimientos. Les proporcionamos los maestros más eminentes. Pero en lo que se refiere a este instinto sagrado que nace en ellos y que gobernará su vida de hombres, de maridos y de padres, callamos vergonzosamente. Dejamos que se instruyan entre sí.

Dejamos a un chiquillo de 14 años, más precozmente “informado” que nuestro hijo, el cuidado de ilustrar a éste acerca del más grande de los misterios de la vida”.

Por ello, os dejo esta iniciativa muy acertada para empezar este nuevo curso con un nuevo reto personal, familiar y educativo.

Querido amigo,

Con motivo del inicio del curso empieza a llegar a los centros educativos las oferta de de talleres de educación afectivo-sexual. Y así, la educación afectivo-sexual de los alumnos se cuela en las aulas de nuestros sin hijos en el tiempo dedicado a tutoría, con el pretexto de la educación para la salud o como actividad extraescolar.

No tenemos ninguna duda de la calidad de algunos de los planes de educación afectivo-sexual que se imparten y el gran apoyo que son para la labor educativa de los padres. Pero también somos conscientes de que la gran mayoría son nocivos y pretenden inculcar desde muy pequeños una información falsa, desorientadora, destructiva y absolutamente contraria al criterio de los padres.

Los padres tenemos que estar muy atentos porque, sin que lo sepamos, nuestros hijos pueden estar siendo adoctrinados en materias tan delicadas como la afectividad y la sexualidad en contra de nuestras convicciones y visión de la vida y la persona. Por eso necesitamos protegerles y ejercer nuestro derecho como primeros educadores de nuestros hijos.

La legislación nacional e internacional garantiza el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones. La libertad se defiende ejerciéndola. Los padres únicamente necesitamos ejercer ese derecho sin complejos: no pueden imponer a nuestros hijos una educación afectiva y sexual con la que no estemos de acuerdo.

Por eso desde LIBRES PARA EDUCAR, una iniciativa de Profesionales por la Ética, os proponemos a los padres que entreguéis en la secretaría del centro educativo al que acudan vuestros hijos un escrito de Solicitud de información previa y consentimiento expreso, es como un Pin Parental en el que los padres exigen ser informados previamente de las actividades, cursos y talleres de educación afectivo-sexual y materias similares. Puedes descargar el Pin Parental aquí

De la misma manera que se nos pide la autorización para que asistan a cualquier actividad extraescolar, debemos exigir que no asistan a ninguna actividad sin nuestra previa autorización.

Reenvía esta información y el Pin Parental a todos los padres que conozcas, por tus hijos y por los de los demás. El derecho a la libertad educativa de los padres y la protección de nuestros hijos está en juego y la generalización del uso del Pin Parental la garantiza.

Son tus hijos, es tu decisión. PIN PARENTAL.