Los obispos de Costa de Marfil que acaban de efectuar su quinquenal visita ”ad Limina”, han sido recibidos esta mañana por el Santo Padre que, en el discurso que les ha entregado subraya la necesidad del diálogo y la fraternidad entre los prelados y sus sacerdotes así como de una acertada inculturación de la fe.
”La comunión fraternal que reúne en torno a Cristo a los obispos
de una nación -escribe- es indispensable tanto para el
crecimiento de la Iglesia como para el progreso de la sociedad.
Y esto es todavía mas verdadero en un país que ha sufrido serias
divisiones y necesita vuestro testimonio y vuestro compromiso
firme para reconstruir la fraternidad. ¡No dejemos que nos roben
el ideal del amor fraternal!. Siendo, entre vosotros, realmente
hermanos, abiertos al diálogo en la confianza mutua, escuchando
a todos -también cuando hay diferencias o contradicciones – y
dejando un lugar a cada uno, especialmente a los más jóvenes
entre vosotros, daréis un nuevo impulso misionero y
transformaréis realmente la sociedad, para que responda más al
ideal evangélico”.
”Por lo tanto -prosigue- no puedo por menos que invitaros a
tomar la parte que os corresponde en la tarea de reconciliación
nacional, rechazando cualquier implicación personal en las
disputas políticas a expensas del bien común. Pero es importante
que mantengáis relaciones constructivas con las autoridades de
vuestro país así como con los distintos componentes de la
sociedad, a fin de difundir un verdadero espíritu evangélico de
diálogo y la colaboración. El papel de la iglesia – que es
apreciada y escuchada – puede ser crucial. …Os animo a continuar
el diálogo con los musulmanes, a fin de desalentar cualquier
deriva violenta y cualquier errónea interpretación religiosa del
conflicto por el que habéis atravesado”.
”Por supuesto no estáis solo en la enorme tarea de la
evangelización y la conversión de los corazones que se abre ante
vosotros: estáis apoyados por clero, generoso y motivado, cuyo
número crece sin cesar… -reconoce el Obispo de Roma- Pero para
evitar las dificultades y carencias que conocen algunos
sacerdotes, la mejor manera es sin duda la calidad de su
formación, inicial y permanente, el impulso de una fraternidad
sacerdotal que supere las divisiones étnicas y, en especial, la
proximidad y la atención que, como padres amorosos y atento,
tenéis que dar a cada uno de ellos. Utilizad, siempre que sea
posible, la dulzura, la persuasión y el estímulo para despertar
el celo pastoral, mejor que las sanciones apresuradas y la
severidad. Os invito a visitar a menudo a vuestros sacerdotes
con el fin de escucharles para conocerlos cada vez más.. La
formación de un ”presbyterium” fraternal y unido, alrededor de
su obispo es lo que hace que los sacerdotes se apeguen a su
propia diócesis y lo que les lleva a concederle la prioridad, ya
que muchos sienten la tentación de partir lejos, en detrimento
del pueblo de Dios que necesita su ministerio”.
El Papa
agradece calurosamente a los religiosos y religiosas ”la
considerable tarea que llevan a cabo, junto a los laicos unidos
a ellos. en los sectores de la educación, la salud y desarrollo.
Es un trabajo apreciado por todos y, además, absolutamente
indispensable porque hay una conexión íntima entre
evangelización y promoción humana”. También invita a los obispos
a hacer sentir su cercanía pastoral a todos los fieles laicos,
especialmente a las familias, que hoy en día ”son muy frágiles,
tanto por el proceso de secularización, que experimenta ya la
sociedad de Costa de Marfil, o por el movimiento de la población
y las divisiones causadas por el conflicto, así como por
propuestas, menos exigentes moralmente que surgen por doquier”.
No olvida el Pontífice a los ancianos que ”a pesar de la
mentalidad africana tradicional que los rodea de una especial
veneración muchos de ellos se encuentran en estos tiempos solos
o abandonados, porque la cultura del ”descarte” ya ha aparecido
en vuestras sociedades. Pero su participación es indispensable
para el equilibrio de un pueblo y la educación de la juventud”.
Francisco concluye expresando su alegría y gratitud por la gran
tarea de evangelización que se realiza en Costa de Marfil. ”Sin
embargo -advierte- la fe sigue siendo frágil y se percibe un
viento contrario. A menudo -como han demostrado, por desgracia,
los conflictos recientes- el particularismo étnico se sobrepone
a la fraternidad evangélica, muchos bautizados, cansados o
decepcionados, se alejan de la luz de la verdad para adherirse a
propuestas más fáciles, otros no ponen en práctica en sus vidas
las exigencias de la fe. Indudablemente la clave para el futuro
se encuentra en parte, en el radicarse más profundo de la
Palabra de Dios en los corazones. Y, ciertamente, es necesario
profundizar en el diálogo con la realidad cultural, religiosa y
tradicional con el fin de lograr una verdadera inculturación de
nuestra fe rechazando, sin ambigüedades, lo que es contrario
pero acogiendo y llevando a cumplimiento lo que es bueno. Os
animo, por tanto, a continuar sin cesar en la obra de
evangelización.. Así, la Iglesia en Costa de Marfil podrá hacer
frente, con serenidad, a los retos del futuro”.