En el marco de las II Jornadas Católicas por Europa, que se celebran en Madrid hasta el 21 de septiembre, el Rector de la Universidad Eclesiástica de San Dámaso, profesor Javier Mª Prades, ha reflexionado acerca de la contribución de la fe cristiana al presente y al futuro de Europa, especialmente en su concepción de la persona. Lo hacía durante la Primera Sesión de estas Jornadas, que comenzaban ayer jueves por la tarde en el Seminario Mayor Conciliar de la Inmaculada y San Dámaso, para reflexionar sobre “¿Crisis o cambio? ¿Una ocasión única? La imagen de una sociedad europea en constante cambio”. El profesor recordaba a los asistentes algunos riesgos de la concepción de la persona en la cultura contemporánea, que ponen en peligro la concepción cristiana del hombre.

La diferencia entre hombre- mujer y familia

`Durante su intervención se refirió a como para la antropología cristiana  la persona  existe inevitablemente como varón o como mujer. “Una lectura correcta de la antropología cristiana  permitirá, por ejemplo,  corregir  la derivación narcisista de muchas corrientes de comportamiento  y de pensamiento de nuestra cultura occidental, especialmente en el terreno de los afectos”.

“Reivindicamos que la persona y la familia no se consideren  por separado. La familia  -explicaba el Rector de la Universidad de San Dámaso - es el primer ámbito en el que las relaciones  aparecen como una realidad natural”. A continuación, subrayó que “la familia es la matriz de todos los procesos de  civilización”.

“La familia tiene en sí misma derechos. Es un sujeto social que debe ser considerado como tal. En la familia se lleva a término el proceso de comunicación de una visión de la vida, el proceso educativo, y consecuentemente, la familia aparece como un cruce de caminos entre lo privado y lo estatal, entre lo natural y lo cultural, entre lo individual y lo social”.

Para acabar, el profesor Javier Mª Prades finalizó su participación ayer en estas segundas Jornadas Católicas por Europa con esta afirmación: “cuanto más viva sea nuestra pertenencia al Misterio del Dios de Jesucristo, más útil será nuestra contribución intelectual, social y política al futuro de Europa”.