Pertenece a la Prelatura del Opus Dei

El P. Joan Carreras asegura que «la defensa a ultranza del derecho a la vida es simple y llanamente ideología»

 

En un artículo titulado «La vida y el derecho a la vida son verdades relativas», publicado en su blog «Nupcias de Dios», el sacerdote Joan Carreras, promotor de la iniciativa «Blogueros católicos con el Papa», y miembro de la prelatura del Opus Dei, asegura que «la defensa a ultranza del derecho a la vida como si se tratara de una verdad absoluta no es una actitud realista y, por tanto, no está fundada en el Evangelio. Es simple y llanamente ideología». El sacerdote asegura que «estos días presenciando ataques fundamentalistas contra los católicos que ejercitan su libertad política en conciencia».

30/09/14 6:42 AM


(InfoCatólica) El P. Joan Carreras inicia su artículo asegurando que «sólo existe una verdad católica absoluta: "tanto amó Dios al mundo que envió a su Hijo unigénito para que todo el que crea en Él no muera, sino que tenga vida eterna" (Jn 3, 16)».

Y añade:

Las demás verdades -incluida la vida y el derecho a la vida- son relativas. Esta es la única manera de evitar que los creyentes caigan en el fundamentalismo, sea éste del signo que sea.

Tras preguntarse:

¿Cómo es posible que una sociedad haya vuelto la espalda a la vida y no comprenda el horror que supone el aborto, que una madre termine con la vida de su hijo? Si éste es el primero y más fundamental de los derechos humanos, como se repite una y otra vez desde las filas católicas, como si se tratara de un eslogan, ¿cómo es posible que toda una civilización no lo vea ni lo entienda así?

Responde:

La explicación no sólo cabe encontrarla en la realidad del pecado y el oscurecimiento de la conciencia que lleva consigo, sino también en el hecho de que la defensa a ultranza del derecho a la vida como si se tratara de una verdad absoluta no es una actitud realista y, por tanto, no está fundada en el Evangelio. Es simple y llanamente ideología.

Más adelante realiza la siguientes afirmaciones:

La vida no es una verdad absoluta. Lo que es absoluto es el sentido que debemos dar a la vida: su apertura a la eternidad, que toda persona puede descubrir si razona con sensatez y no se deja engañar por las ideologías, de uno o de otro signo.

El P. Carreras sostiene que «tanto la vida como el derecho a la vida son también verdades relativas porque deben ser contempladas en el contexto de la Evangelización». Y lo explica así:  

Esta expresión -en el contexto de la evangelización- es tanto más importante cuanto menos entendida por los católicos que sólo ven un modo de frenar el fundamentalismo relativista de la cultura occidental con el fundamentalismo católico que absolutiza las verdades de la naturaleza humana.

Obispos fundamentalistas

Ante el hecho de que varios obispos han indicado que no se puede votar a los partidos políticos españoles con representación parlamentaria porque no defienden el derecho a la vida y son estructuras de pecado, el sacerdote Carreras les acusa de fundamentalistas:

Estamos en estos días presenciando ataques fundamentalistas contra los católicos que ejercitan su libertad política en conciencia. Otros católicos les dicen qué es lo que tienen que votar o qué no tienen que votar. O les exigen que dimitan de sus cargos y abandonen la dirección o la militancia en aquellos partidos mayoritarios que han renunciado a defender la vida inocente desde el primer instante de la concepción hasta la muerte natural.

Artículo completo

Magisterio de la Iglesia

Exhortación apostólica Sacramentum Caritatis, 83

Es importante notar lo que los Padres sinodales han denominado coherencia eucarística, a la cual está llamada objetivamente nuestra vida. En efecto, el culto agradable a Dios nunca es un acto meramente privado, sin consecuencias en nuestras relaciones sociales: al contrario, exige el testimonio público de la propia fe. Obviamente, esto vale para todos los bautizados, pero tiene una importancia particular para quienes, por la posición social o política que ocupan, han de tomar decisiones sobre valores fundamentales, como el respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas. Estos valores no son negociables. Así pues, los políticos y los legisladores católicos, conscientes de su grave responsabilidad social, deben sentirse particularmente interpelados por su conciencia, rectamente formada, para presentar y apoyar leyes inspiradas en los valores fundados en la naturaleza humana. Esto tiene además una relación objetiva con la Eucaristía (cf. 1 Co 11,27-29). Los Obispos han de llamar constantemente la atención sobre estos valores. Ello es parte de su responsabilidad para con la grey que se les ha confiado.