Solidaridad
Del 1 al 15 de octubre, en Madrid

El Domund pensado para toda la familia. Novedosa exposición para dar a conocer la labor de los misioneros españoles en el mundo

En su afán de llevar el mensaje de las misiones a la calle, OMP ha diseñado una atractiva y moderna exposición para enseñar a grandes y pequeños qué hacen los más de 13.000 misioneros españoles que llevan el Evangelio a todos los rincones del mundo. Entre las novedades, en juego interactivo para los niños y un recorrido histórico por el Domund.

 

El Domund está muy presente en el recuerdo de los españoles, a atraves de sus carteles, des sus huchas, de los sobres que se siguen repartiendo en colegios y parroquias ese domingo de octubre en el que se celebra la Jornada Mundial de las Misiones, pero los cambios en la estructura sociológica del país habían sacado el Domund de las calles. Por eso, la apuesta de a obras Misionales Pontificias en este 2014 ha sido recuperar "la historia tejida con hilos de amor a Dios que estaba guardad en los archivos".

De esa memoria viva se compone una exposición que está pensada por y para las familias, porque tiene elementos para todos los públicos. El cardenal Antonio María Rouco Varela quiso acompañar a los misioneros en la inauguración de esta muestra y recordó como la primera labor misionera pasa por la profesión de la propia fe, de ahí que alimentar la fe desde la infancia, en la familia, y dar a conocer la labor y la vocación misionera sea tan importante.

Por eso se ha montado una muestra que combina los contenidos con una dirección artística novedosa, poco habitual en la Iglesia, rompedora, cercana al público adulto en la presentación, y al público infantil con un juego de preguntas y respuestas.

El objetivo de la muestra, como explicaba el director de Obras Misionales Pontificias en la inauguración, no es recaudar dinero. De hecho, no hay dónde depositarlo. Es solo dar a conocer esta importante y silenciosa tarea de los misioneros, algo más presente ahora En la sociedad por los dos fallecimientos de ébola de religiosos de San Juan de Dios. "La exposición no es para ver ni para mirar, es para contemplar", sentenciaba Anastasio Gil.