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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 05 de octubre de 2014

LA FRASE DEL DOMINGO 5 DE OCTUBRE

La familia es la primera célula esencial de la sociedad humana. (Juan XXIII)

 


Primera Plana

El Papa abre el Sí­nodo de los Obispos con la misa de apertura en la Basí­lica
En la homilí­a, Francisco ha recordado que las asambleas sinodales sirven para cultivar y guardar mejor la viña del Señor

El Santo Padre invita en el ángelus a rezar por el Sí­nodo
Texto completo de las palabras del Papa en la oración mariana de este domingo

El papa Francisco

Francisco: El Espíritu nos da esa sabiduría que va más allá de la ciencia
Texto completo de la homilí­a del Santo Padre en la misa de apertura de la III Asamblea General Extraordinaria del Sí­nodo de los Obispos

Rome Reports

Vaticano organiza congreso para analizar el papel de los católicos en la I Guerra Mundial (Vídeo)
Abordará la actuación de la Santa Sede y de los Papas Pío X y Benedicto XV

Miles de personas viajan a Roma para celebrar la beatificación de Álvaro del Portillo (Vídeo)
Veneraron sus restos mortales y participaron en la audiencia general del Papa

Este pez es un pato. El mundo según Escher, artista inconfundible (Vídeo)
Metamorfosis imposibles, juegos visuales... Roma reúne 150 obras del genio holandés

SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA

Santa Faustina Kowalska
«Esta mística es mundialmente aclamada como apóstol de la Divina Misericordia, cuyo culto propagó. Maestra de la vida espiritual, profeta de nuestro tiempo y secretaria de Jesús misericordioso»


Primera Plana


El Papa abre el Sí­nodo de los Obispos con la misa de apertura en la Basí­lica
En la homilí­a, Francisco ha recordado que las asambleas sinodales sirven para cultivar y guardar mejor la viña del Señor

Por Rocío Lancho García

CIUDAD DEL VATICANO, 05 de octubre de 2014 (Zenit.org) - En la basílica de San Pedro, con la misa de apertura -presidida por el papa Francisco y concelebrada por cardenales, patriarcas, arzobispos, obispos y presbíteros-, ha dado inicio el Sínodo Extraordinario de los Obispos sobre la familia. En este Sínodo "estamos llamados" a "trabajar por la viña del Señor", según ha recordado el papa Francisco en la homilía. Asimismo, ha explicado que "las Asambleas sinodales no sirven para discutir ideas brillantes y originales, o para ver quién es más inteligente... Sirven para cultivar y guardar mejor la viña del Señor, para cooperar en su sueño, su proyecto de amor por su pueblo".

Antes de dar comienzo la celebración eucarística, el Papa ha incensiado las reliquias de santa Teresa de Lisieux y sus padres Luis y Celia Martín, en un relicario conjunto.

Durante la homilía, Francisco ha afirmado que "el Señor nos pide que cuidemos de la familia, que desde los orígenes es parte integral de su designio de amor por la humanidad". Al respecto, ha advertido sobre la tentación de 'apoderarnos' de la viña, "a causa de la codicia que nunca falta en nosotros, seres humanos". Por eso, ha indicado que "el sueño de Dios siempre se enfrenta con la hipocresía de algunos servidores suyos". Y es que -ha proseguido- podemos 'frustrar' el sueño de Dios si no nos dejamos guiar por el Espíritu Santo. Es el Espíritu quien da "esa sabiduría que va más allá de la  ciencia, para trabajar generosamente con verdadera libertad y humilde creatividad", ha subrayado el Santo Padre.

Dirigiéndose a los presentes, el Pontífice ha señalado que para cultivar la viña, "es preciso que nuestro corazón y nuestra mente estén custodiados en Jesucristo por la paz de Dios, que supera todo juicio". Y así, "nuestros pensamientos y nuestros proyectos serán conformes al sueño de Dios: formar un pueblo santo que le pertenezca y que produzca los frutos del Reino de Dios".

Por otro lado, comentando las lecturas del día, el Papa ha explicado la imagen de la viña del Señor que usa tanto el profeta Isaías y el Evangelio. "La viña del Señor es su 'sueño', el proyecto que Él cultiva con todo su amor, como un campesino cuida su viña". Por eso ha recordado que la vid es una planta que requiere muchos cuidados. "El 'sueño' de Dios es su pueblo: Él lo ha plantado y lo cultiva con amor paciente y fiel, para que se convierta en un pueblo santo, un pueblo que dé muchos frutos buenos de justicia", ha afirmado Francisco.

Sin embargo, el Papa ha observado que tanto en la antigua profecía como en la parábola de Jesús, este sueño de Dios queda frustrado. "Con su parábola, Jesús se dirige a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos del pueblo, es decir, a los 'sabios', a la clase dirigente", ha indicado. Y es a quienes Dios ha encomendado de manera especial su 'sueño', es decir, a su pueblo, para que lo cultiven, se cuiden de él, lo protejan de los animales salvajes. Por eso, Francisco ha indicado que "el cometido de los jefes del pueblo es éste: cultivar la viña con libertad, creatividad y laboriosidad".  Asimismo, el Obispo de Roma ha recordado que Jesús dice que aquellos labradores se apoderaron de la viña; "por su codicia y soberbia, quieren disponer de ella como quieran, quitando así a Dios la posibilidad de realizar su sueño sobre el pueblo que se ha elegido". 

De este modo, Francisco ha advertido que la tentación de la codicia siempre está presente, "la codicia del dinero y del poder". Y para satisfacer esta codicia, "los malos pastores cargan sobre los hombros de las personas fardos insoportables, que ellos mismos ni siquiera tocan con un dedo", ha observado.

Este sábado por la tarde, miles de personas se reunieron en la plaza de San Pedro en una vigilia de oración para rezar por el Sínodo, donde también estuvo presente el Santo Padre. Durante la celebración, diversas personas dieron su testimonio antes de que Francisco pronunciara un breve discurso. Así, hablando del Sínodo, el Papa pidió que "además de escuchar, invocamos la disponibilidad de confrontarse con sinceridad, de manera abierta y fraterna, que nos lleve a hacernos cargo de la responsabilidad pastoral, de los interrogativos que este cambio de época lleva consigo".

El itinerario sinodal comenzó con el consistorio de los cardenales del 20 al 21 de febrero de este año, tiene su segunda etapa con la Asamblea Extraordinaria de este mes de octubre y concluirá con la Asamblea Ordinaria de 2015. Los obispos y cardenales que participan del presente sínodo que inicia este domingo 4 y se prolonga hasta el domingo 19 son en total 191, además, de 16 expertos o colaboradores, 38 Auditores, 8 delegados fraternos y 12 parejas de padres y esposos.

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El Santo Padre invita en el ángelus a rezar por el Sí­nodo
Texto completo de las palabras del Papa en la oración mariana de este domingo

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 05 de octubre de 2014 (Zenit.org) - Al finalizar la santa misa celebrada en la Basílica Vaticana por la solemne apertura de la III Asamblea general extraordinaria del Sínodo de los Obispos sobre el tema: Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización (5-19 de octubre 2014), el Santo Padre se ha asomado a la ventana del estudio en el Palacio Apostólico para recitar el ángelus con los fieles y peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro.

Estas son las palabras del Papa para introducir la oración mariana:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

esta mañana, con la concelebración eucarística en la Basílica de San Pedro, hemos inaugurado la Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos. Los padres sinodales, procedentes de todas las partes del mundo, junto conmigo, vivirán dos semanas intensas de escucha y de debate, fecundadas en la oración, sobre el tema "Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización".

Hoy la Palabra de Dios presenta la imagen de la viña como símbolo del pueblo que el Señor ha elegido. Como una viña, el pueblo requiere mucho cuidado, requiere un amor paciente y fiel. Así hace Dios con nosotros, y así somos llamados a hacer nosotros, Pastores. También cuidar de la familia es una forma de trabajar en la viña del Señor, para que produzca los frutos del Reino de Dios.

Pero para que la familia pueda caminar bien, con confianza y esperanza, es necesaria que esté nutrida por la Palabra de Dios. Por esto es una feliz coincidencia que precisamente hoy nuestros hermanos paulinos hayan querido hacer una gran distribución de la Biblia, aquí en la plaza y en muchos otros lugares. Damos las gracias a nuestros hermanos paulinos. Lo hacen en ocasión del centenario de su fundación, por parte del beato Giacomo Alberione, gran apóstol de la comunicación. Entonces hoy, mientras se abre el Sínodo por la familia, con la ayuda de los paulinos podemos decir: ¡Una Biblia en cada familia! ¡Una Biblia en cada familia! 'Pero padre, nosotros tenemos dos, tenemos tres'. 'Pero, ¿dónde las tenéis escondidas?' La Biblia no es para ponerla en una estantería, sino para tenerla a mano, para leerla a menudo, cada día, ya sea de forma individual o juntos, marido y mujer, padres e hijos, quizá en la noche, especialmente el domingo. Así la familia crece, camina, con la luz y la fuerza de la Palabra de Dios.

Esta es la Biblia que os darán los hermanos paulinos. Una para cada familia. Estad atentos, no seáis pícaros, tomadla con una mano, no con las dos. Con una mano para llevarla a casa.

Invito a todos a apoyar los trabajos del Sínodo con la oración, invocando la materna intercesión de la Virgen María. En este momento, nos unimos espiritualmente a los que en el Santuario de Pompeya, elevan la tradicional 'Súplica' a la Virgen del Rosario. ¡Que conceda la paz, a las familias y al mundo entero!

Angelus Domini…

Queridos hermanos y hermanas,

ayer en Estados Unidos fue proclamada beata sor María Teresa Demjanovich, de las Hermanas de la caridad de Santa Isabel. Damos gracias a Dios por esta fiel discípula de Cristo, que tuvo una intensa vida espiritual.

Hoy, en Italia se celebra la Jornada por la eliminación de las barreras arquitectónicas. Animo a todos los que trabajan por garantizar oportunidades de vida iguales para todos, independientemente de la condición física de cada individuo. Deseo que las instituciones y los ciudadanos particulares estén cada vez más atentos a este objetivo social importante.

Y ahora saludo cordialmente a todos vosotros, fieles romanos y peregrinos procedentes de Italia y de varios países. Saludo particularmente a los estudiantes llegados desde Australia y los de San Bonaventura Gymnasium Dillingen (Alemania), los jóvenes de Jordania, la Asociación San Giovanni de Matha y los fieles de la parroquia de San Pablo de Bérgamo, que les veo allí.

Saludo a todos los peregrinos que han llegado en bicicleta desde Milán en el recuerdo de Santa Gianna Beretta Molla, santa madre de familia, testigo del Evangelio de la vida, y les animo a seguir en sus iniciativas de solidaridad a favor de las personas más frágiles. Por favor no os olvidéis, rezad por el Sínodo, rezad a la Virgen para que custodie esta Asamblea Sinodal.

A todos os deseo buen domingo. Rezad por mí. Buen almuerzo  ¡Hasta la vista!

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El papa Francisco


Francisco: El Espíritu nos da esa sabiduría que va más allá de la ciencia
Texto completo de la homilí­a del Santo Padre en la misa de apertura de la III Asamblea General Extraordinaria del Sí­nodo de los Obispos

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 05 de octubre de 2014 (Zenit.org) - A las 10.00 de este domingo, el santo padre Francisco ha presidido la celebración de la misa en la Basílica Vaticana con ocasión de la apertura de la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos sobre el tema: 'Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización'

Ha concelebrado con el Papa cardenales, patriarcas, arzobispos, obispos y presbíteros miembros del Sínodo.

Publicamos a continuación la homilía del papa Francisco:

El profeta Isaías y el Evangelio de hoy usan la imagen de la viña del Señor. La viña del Señor es su «sueño», el proyecto que él cultiva con todo su amor, como un campesino cuida su viña. La vid es una planta que requiere muchos cuidados.

El «sueño» de Dios es su pueblo: Él lo ha plantado y lo cultiva con amor paciente y fiel, para que se convierta en un pueblo santo, un pueblo que dé muchos frutos buenos de justicia.

Sin embargo, tanto en la antigua profecía como en la parábola de Jesús, este sueño de Dios queda frustrado. Isaías dice que la viña, tan amada y cuidada, en vez de uva «dio agrazones» ; Dios «esperaba derecho, y ahí tenéis: asesinatos; esperaba justicia, y ahí tenéis: lamentos». En el Evangelio, en cambio, son los labradores quienes desbaratan el plan del Señor: no hacen su trabajo, sino que piensan en sus propios intereses.

Con su parábola, Jesús se dirige a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos del pueblo, es decir, a los «sabios», a la clase dirigente. A ellos ha encomendado Dios de manera especial su «sueño», es decir, a su pueblo, para que lo cultiven, se cuiden de él, lo protejan de los animales salvajes. El cometido de los jefes del pueblo es éste: cultivar la viña con libertad, creatividad y laboriosidad.

Pero Jesús dice que aquellos labradores se apoderaron de la viña; por su codicia y soberbia, quieren disponer de ella como quieran, quitando así a Dios la posibilidad de realizar su sueño sobre el pueblo que se ha elegido.

La tentación de la codicia siempre está presente. También la encontramos en la gran profecía de Ezequiel sobre los pastores, comentada por san Agustín en su célebre discurso que acabamos de leer en la Liturgia de las Horas. La codicia del dinero y del poder. Y para satisfacer esta codicia, los malos pastores cargan sobre los hombros de las personas fardos insoportables, que ellos mismos ni siquiera tocan con un dedo.

También nosotros estamos llamados en el Sínodo de los Obispos a trabajar por la viña del Señor. Las Asambleas sinodales no sirven para discutir ideas brillantes y originales, o para ver quién es más inteligente... Sirven para cultivar y guardar mejor la viña del Señor, para cooperar en su sueño, su proyecto de amor por su pueblo. En este caso, el Señor nos pide que cuidemos de la familia, que desde los orígenes es parte integral de su designio de amor por la humanidad. Todos somos pecadores. También nosotros podemos tener la tentación de «apoderarnos» de la viña, a causa de la codicia que nunca falta en nosotros, seres humanos. El sueño de Dios siempre se enfrenta con la hipocresía de algunos servidores suyos. Podemos «frustrar» el sueño de Dios si no nos dejamos guiar por el Espíritu Santo. El Espíritu nos da esa sabiduría que va más allá de la ciencia, para trabajar generosamente con verdadera libertad y humilde creatividad. Hermanos, para cultivar y guardar bien la viña, es preciso que nuestro corazón y nuestra mente estén custodiados en Jesucristo por la «paz de Dios, que supera todo juicio», como dice san Pablo. De este modo, nuestros pensamientos y nuestros proyectos serán conformes al sueño de Dios: formar un pueblo santo que le pertenezca y que produzca los frutos del Reino de Dios.

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Rome Reports


Vaticano organiza congreso para analizar el papel de los católicos en la I Guerra Mundial (Vídeo)
Abordará la actuación de la Santa Sede y de los Papas Pío X y Benedicto XV

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 05 de octubre de 2014 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí

 

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Miles de personas viajan a Roma para celebrar la beatificación de Álvaro del Portillo (Vídeo)
Veneraron sus restos mortales y participaron en la audiencia general del Papa

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 05 de octubre de 2014 (Rome Reports) - Para ver el vídeo hacer click aquí

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Este pez es un pato. El mundo según Escher, artista inconfundible (Vídeo)
Metamorfosis imposibles, juegos visuales... Roma reúne 150 obras del genio holandés

Por Redacción

ROMA, 05 de octubre de 2014 (Rome Reports) - Para ver el vídeo hacer click aquí

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SANTOS Y BEATOS: EPOPEYAS DE AMOR. EJEMPLO DEL DÍA


Santa Faustina Kowalska
«Esta mística es mundialmente aclamada como apóstol de la Divina Misericordia, cuyo culto propagó. Maestra de la vida espiritual, profeta de nuestro tiempo y secretaria de Jesús misericordioso»

Por Isabel Orellana Vilches

CIUDAD DEL VATICANO, 05 de octubre de 2014 (Zenit.org) - Helena Kowalska nació el 25 de agosto de 1905 en Glogowiec, Polonia, en el hogar de una familia de campesinos, piadosos practicantes. Fue la tercera de diez hermanos. Espiritualmente fue forjada en la fe sobre todo por su madre. Y desde su más tierna infancia manifestó una inclinación religiosa que se apreciaba en su comportamiento. Los suyos conocían perfectamente sus prácticas de oración, la tendencia a procurar todo el bien posible a su alrededor y su marcada predilección por las vidas de santos que le gustaba leer y compartir con otros niños de su edad. A los 7 años fue sellada por la experiencia del amor de Dios. Antes de ir a la escuela, su padre le había enseñado a leer. Luego añadió lo que pudo aprender en la escueta formación académica que recibió, que no llegó a tres años. Los escasos recursos para tan numerosa familia demandaban la pronta ayuda de los hijos mayores. Y ella con 16 años tuvo que ganarse el sustento como empleada de hogar y dependienta. Trabajó en varios hogares y localidades diversas.

Soñaba con la vida religiosa, y en las contadas ocasiones que viajó a su casa paterna expuso este anhelo, recibiendo siempre una negativa como respuesta. En una de ellas ya tenía 18 años. Fue entonces cuando pasó por un corto periodo de tiempo en el que las diversiones ocuparon su tiempo. En su Diario explicó que de ese modo trataba de sofocar las constantes invitaciones que recibía de lo alto para mudar sus hábitos. Pero la predilección divina se extendió sobre ella. Un día en una fiesta, mientras bailaba, vio al divino Redentor lleno de llagas; poniéndose a su altura, le dijo: «Helena, hija mía, ¿cuándo cesarás de ignorarme y cuánto más estarás alejada de mi lado?». Profundamente turbada, como no podía ser menos, acudió presurosa a la catedral de San Estanislao de Kostka. Cristo se manifestó explícitamente ante la pregunta acuciante de la joven, ansiosa por saber qué debía hacer: «Ve inmediatamente a Varsovia; allí entrarás en un convento».

En esa época la dote era condición imprescindible para ingresar en él. Solo cabía la fe, ya que de ningún modo poseía la cantidad exigida. Pero su confianza en Dios no tenía fisuras, y con ella tocó las puertas del convento de las Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia. Para reunir la suma necesaria aún tuvo que trabajar otro año más. Por fin, en 1925 pudo cumplir la indicación de Cristo integrándose en la vida religiosa; tomó la iniciativa sin contar con la venia de sus padres. Ahora bien, no le resultó fácil la consagración. Le acuciaron las tentaciones de volver al mundo y de mirar retrospectivamente su pasado. Cristo le instó a mantenerse fiel para superar las sombras que se cernían sobre ella y, una vez disipadas con su gracia, siguió el camino trazado desempeñando tareas de cocinera, jardinera y portera. El 30 de abril de 1926 profesó en Cracovia con el nombre de Faustina del Santísimo Sacramento, nombre que se le reveló durante el acto litúrgico.

Era humilde, sencilla, trabajadora, muy alegre. Durante el primer año de noviciado vivió la experiencia de la «noche oscura». Hacia mediados de 1930 y después de haber pasado por casi todas las casas de la Orden, llegó al convento de Płock. En febrero de 1931 recibió la primera revelación. En ella Cristo le pedía: «Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma: 'Jesús, en Ti confío'. Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y [luego] en el mundo entero». Esta imagen fue realizada en 1935 por Eugene Kazimierowski siguiendo sus indicaciones. Es venerada en Ostra Brama, Vilma, aunque la más conocida es obra de Adolf Hyla, que la pintó en 1943 en agradecimiento por haber preservado a su familia de la guerra.

Progresivamente, y en sucesivas manifestaciones, Cristo confiaba a Helena la devoción y ejercicio de la virtud de la misericordia: «Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo, ni excusarte, ni justificarte. Te doy tres formas de ejercer misericordia al prójimo: la primera, la acción; la segunda, la palabra; la tercera, la oración. En estas tres formas está contenida la plenitud de la misericordia y es el testimonio irrefutable del amor hacia Mí». En una ocasión, después atender a un enfermo de gravedad, el Redentor le dijo: «Hija mía, me has dado una alegría más grande haciéndome este favor que si hubieras rezado mucho tiempo». Ella respondió: «Si no te he atendido a Ti, oh Jesús mío, sino a este enfermo». Cristo corroboró el alcance de esa virtud: «Sí, hija mía, cualquier cosa que haces al prójimo me la haces a Mí».

Estas revelaciones fueron marcando su vida mística, sellada por profunda aflicción: «Experimento un terrible dolor cuando veo los sufrimientos del prójimo. Todos los dolores del prójimo repercuten en mi corazón, llevo en mi corazón sus angustias de tal modo que me agotan incluso físicamente. Quisiera que todos los dolores cayesen sobre mí para llevar alivio al prójimo». En medio de ello, Cristo la consolaba. Su director espiritual el beato Miguel Sopoćko fue de inmensa ayuda para dilucidar cuánto había de verdad en sus experiencias místicas, y qué debía hacer respecto a la fundación de una nueva Congregación como había percibido. En una de las locuciones Cristo le comunicó su deseo de que instaurase una Fiesta dedicada a la Divina Misericordia. Y ella impulsó esta devoción que contiene la «Coronilla a la Divina Misericordia», oración que Él mismo le dictó, haciéndole saber que quien la rezara recibiría gran misericordia en el momento de la muerte, entre otras gracias.

Mientras, su vida iba deteriorándose paulatinamente con lesiones diversas. La tuberculosis atacó sus pulmones y estómago. Y murió en Łagiewniki, Cracovia, el 5 de octubre de 1938. Había sido agraciada con numerosos carismas. Juan Pablo II la beatificó el 18 de abril de 1993, y la canonizó el 30 de abril de 2000. Determinó también que la Fiesta de la Divina Misericordia se celebre el primer domingo después de la Pascua de Resurrección.

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