Monseñor Diego Padrón Sánchez, presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, y Obispo de Cumaná, antes de volver a Venezuela tras participar  en el Sínodo Extraordinario de la Familia, ha querido pasar por España. Ha concedido una entrevista a este medio y  le hemos preguntado sobre el Sínodo, la situación en Venezuela y el futuro.

P. Es uno de los Obispos latinoamericanos que ha participado en el reciente Sínodo de la Familia ¿Qué mensajes saca de este sínodo?

R. Ante todo que la familia salió ganando con este Sínodo porque la Iglesia reafirmó la doctrina propia del Evangelio. Al mismo tiempo la Iglesia tiene en consideración las graves situaciones y sufrimientos de muchas familias en todos los órdenes, desde el espiritual hasta el económico y sobre todo el caso que mas se ha conocido en los medios, el de los divorciados vueltos a casar, que se sienten excluidos de la participación en la Iglesia y sobre todo en la Eucaristía.

El Sínodo después de analizar muy seria y ampliamente todas las situaciones de la familia reconoce que en todas hay elementos positivos para rescatar, incluso en los matrimonios puramente civiles, no católicos o en los matrimonios con problemas, en concreto los divorciados vueltos a casar.

La Iglesia quiere acompañar en estas situaciones familiares y quiere abrir la puerta a la participación en las comunidades cristianas a los divorciados y vueltos a casar. Yo he percibido que hay una gran apertura a que los divorciados vueltos a casar comulguen. El Sínodo como era extraordinario, casi un sínodo preparatorio al del año que viene, por supuesto, no ha tomado decisiones ni sus documentos son definitivos.

P. ¿Qué repercusión ha tenido el Sínodo en América Latina?¿Y en concreto en Venezuela?

R. Para América Latina ha sido también una buena noticia porque en primer lugar tenemos los mismos problemas en las familias como en cualquier continente. A nosotros nos interesa sobre todo la iniciación cristiana. Precisamente mi tema, el presentado oficialmente en le Sínodo, trató de cómo recuperar la familia para que sea el lugar originario de la iniciación cristiana, de la formación de discípulos misioneros o como dice el documento, la formación de mejores cristianos.

P. Usted describió que una jornada normal para una madre venezolana es todo un reto ¿A qué dificultades se enfrentan las familias en Venezuela?

R. Hay un elemento que es necesario tener en cuenta, la familia venezolana está muy golpeada, o bien porque están en un 53% desunidas, en las que no esta presente el padre, y en segundo lugar, la pobreza y el desempleo.

La mujer tiene que ser padre y madre y además responder a todas las necesidades, dejar a los niños en casa para ir a trabajar, lo que crea un cuadro de mucha angustia y peligro para los niños. Esta situación la hemos planteado en el Sínodo, aparece reflejado en la ultima relación y por supuesto nuestro compromiso es acompañar a estas mujeres que son unas heroínas y que transmiten, además, mucha esperanza y valentía. De manera que tenemos que reconocer que son mujeres que aportan mucho a la formación de los hombres y mujeres de América Latina.

P. Hablemos de la situación en Venezuela…En unas recientes declaraciones a un medio, trasladó su preocupación por la mala situación, la salud precaria y la violencia en las calles de Venezuela, ¿de qué maneras la Iglesia Católica en su país, ayuda ante estas dificultades?

R. Ayuda de dos maneras: en primer lugar, analiza constantemente la situación del país. Es un análisis desde la Iglesia, una visión pastoral no política. Este análisis nos hace tener una visión muy clara de lo que está sucediendo y es lo que nos permite entablar un diálogo con el gobierno, aunque sea a cuenta gotas, y sobre todo hacerle ver que el camino es también el dialogo. Por esto, estamos impulsando el dialogo entre el gobierno y la oposición.

En segundo lugar es acompañar en su realidad. Yo mismo vivo en una zona muy popular, en la que a 200 metros tengo la cárcel, el cementerio, tengo un Mercal (supermercados del gobierno venezolano) al lado, y sé cuanto sufre la Iglesia cuando ve todos los días a la gente soportar colas de 2 y 3 horas para conseguir cualquier alimento.

P. La incertidumbre y el miedo están presentes hoy en la sociedad venezolana ¿Qué horizonte se presenta para el 2015?

R. El horizonte, es más incertidumbre.

P. En Venezuela, además de la falta de recursos básicos, ahora se incorpora el problema del virus del Chikungunya ¿cómo está afectando este virus a la población venezolana?

R. Muy fuertemente. El número de personas hace 3 semanas pasaba los 65.000 afectados por el virus, de los cuales ya ha habido varios muertos. Produce dolores muy fuertes pero el peligro es que no hay medicinas para el tratamiento.

P. Trasmitir la Fé en un país donde falta libertad de expresión y el cierre de medios de comunicación, también transmisores de esta Fé,  está a la orden del día, tiene que ser difícil…

R. Hay un elemento que se debe de considerar. El gobierno se ha dado cuenta de que la Iglesia tiene un poder de convocatoria muy grande y que lo religioso, en concreto en América Latina, es un vinculo que une a la gente y que motiva muchísimo, por eso el gobierno no se opone al mensaje del mensaje cristiano. El gobierno gracias a Dios no nos interrumpe, quizás nosotros no hemos sabido utilizar suficientemente los medios de comunicación…

P.¿Cuáles con las principales amenazas a las que se enfrenta la Fé Católica en Venezuela? Se habla de santería…

R. Por una parte, efectivamente las sectas sea de origen santero o de origen cristiano que apartan de la Iglesia. La otra gran amenaza es la poca formación de nuestros cristianos, darle mucho valor a la simple religiosidad y poco valor a la formación cristiana. Esa formación es nuestra responsabilidad.

P. Según unas encuestas publicadas hoy mismo, la popularidad de Maduro baja, el chavismo pierde adeptos y Leopoldo López, líder de la oposición, tiene una evaluación muy positiva, ¿el pueblo venezolano está hablando y quiere un cambio?

R. Estoy convencido de que cada día el pueblo va entrando más en conciencia de que ya no puede vivir así, sin dignidad, porque le falta libertad y lo esencial para vivir: la comida, medicinas…etc. Hay desempleo e inseguridad.

El pueblo va despertando y va tomando conciencia de que esta llamado a vivir con mayor dignidad y calidad de vida.

P. Cuando el año pasado visitó junto a otros miembros de la Conferencia Episcopal Española Venezolana al Santo Padre, éste les pidió que la Iglesia en Venezuela tenía que ser una Iglesia muy cercana y abierta a todos, que promueva la paz y la reconciliación en el país. ¿La situación, en cuanto al diálogo entre las dos partes, ha mejorado respecto a la del año anterior?

 R. En primer lugar está muy bien informada (sonríe). En segundo lugar, la relación con el gobierno no es que haya mejorado pero al menos hay ventanas abiertas y algo se puede hacer. Tenemos ciertos contactos muy concretos, pero eso nos permite ir avanzando. Espero que llegue un momento en que el gobierno se de cuenta de que es necesario más diálogo.

P. ¿Tiene previsto algún encuentro inmediato con el gobierno venezolano?

R. Está anunciado un posible encuentro con el gobierno.

P. Muchos inmigrantes venezolanos están viniendo a nuestro país para buscar una forma de vida más digna ¿qué le diría a los españoles que acogen a este pueblo venezolano ante esta situación?

R. La actitud fundamental es lograr entender por qué salen de allí. Los jóvenes salen porque dicen que no tienen futuro en Venezuela, se gradúan pero luego no encuentran trabajo y otros muchos salen por la inseguridad, que ha crecido. No quieren vivir en esa situación. Los motivos son muy fuertes para venirse aquí, donde hay libertad y se puede caminar por las calles con seguridad, y a pesar del alto desempleo que hay en España, es posible encontrar un trabajo. Hay que acogerles.

P. ¿Qué proyectos presenta la Conferencia Episcopal Venezolana para el 2015?

R. Nuestro reto fundamental es un trabajo evangelizador concreto. Cada vez más concreto. No se trata de una teoría evangelizadora, se trata por ejemplo de cómo hacer que nuestra familia sea un sitio donde la educación religiosa, la integración y la unidad sean puntos clave, y que la calidad de vida en todos los ordenes: cultural, espiritual, económico; sea mejor. Al mismo tiempo nos preocupa mucho la educación en Venezuela. Estamos esforzándonos mucho para mejorar la educación, para tener una educación en valores.

El gran proyecto de la Iglesia en Venezuela es lograr la reconciliación del país. Estamos trabajando fuertemente en ello.

P. Para hablar de esperanza tenemos que recordar a los más de 6.000 jóvenes venezolanos que participaron en la última JMJ en Brasil. ¿la Fé en Venezuela está viva a pesar de las dificultades?

R. Sí .¡¿Cómo no?!. Es más, creo que la Fe ha crecido. Hemos notado que en momentos como en Navidad o Semana Santa, la gente antes se iba a la playa, pero hoy, estas familias acuden a las celebraciones. El numero ha crecido mucho y es signo de que la gente busca algo más fuerte a lo que sostenerse y ese es Dios. Por otra parte encontramos también que la Conferencia Episcopal Venezolana se ha convertido en lugar donde mucha gente va a pedir consejo, ayuda y fortaleza.

Tenemos una esperanza muy buena: el año que viene celebramos los 500 años de la ciudad de Cumaná, mi diócesis, que se llamó Nueva Andalucía por la conquista de españoles, y que es la primogénita del continente. La Conferencia Episcopal Venezolana se va a unir a estas celebraciones con mucho gozo.

P. La IV Edición del Congreso Misionero en Maracaibo, según su propias palabras “sacudió fuertemente tanto la conciencia individual como la eclesial”¿ se han ido viendo frutos tras este encuentro?

R. Sí, pero ha habido un detenimiento, porque en los meses de febrero hasta mayo tuvimos una violencia muy grande en toda Venezuela y eso impidió los contactos y las reuniones. Pero una vez que ya retomamos la tranquilidad, se ha vuelto a retomar el trabajo de seguimiento de este congreso. Entonces ahora estamos llevando a la práctica todas las conclusiones que sacamos del congreso.

(Lourdes Artola – Agencia SIC)