Confunde Señor, divide sus lenguas

Leemos en el segundo libro de Crónicas 

Y ahora ha puesto Yavé el espíritu de mentira en la boca de todos estos tus profetas, pues ha decretado Yavé el mal contra ti.

(2ª Cro 18,22)

Y dice el salmista:

Confunde, Señor, divide sus lenguas, porque veo en la ciudad la violencia y la discordia. Día y noche giran en torno a sus murallas, y en medio de ella la iniquidad y la maldad. Dentro de ella la insidia; de sus plazas no se apartan la mentira y el fraude.
Que no es un enemigo quien me afrenta, pues lo soportaría. No es uno de los que me aborrecen el que se insolenta contra mí; me ocultaría de él. Pero eres tú, un hombre como yo, mi familiar y mi conocido, con quien gustaba de secretas confidencias; íbamos juntos entre la turba a la casa de Dios.
Los sorprenderá la muerte, descenderán vivos al seol, porque no hay sino maldad en sus moradas, dentro de ellos.
Yo, empero, invocaré a Dios, y Yavé me salvará.

(Salmo 55,10-15)

Y habla el profetas Oseas:

Perece mi pueblo por falta de conocimiento; por haber rechazado tú el conocimiento, te rechazaré yo a ti de mi sacerdocio; por haber olvidado tú la ley de tu Dios, yo me olvidaré también de tus hijos. Cuantos son ellos, tantos fueron sus pecados contra mi; trocaron su gloria por la ignominia. Se alimentan de los pecados de mi pueblo y codician sus iniquidades. Y lo que del pueblo será, eso será también del sacerdote. Yo los castigaré según sus caminos y los retribuiré según sus obras.

(Os 4,6-8)

Más dice el profeta Abdías:

Pero en el monte de Sión habrá una porción salvada, y será santa

(Abd 17)

Preguntó nuestro Señor:

…cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?

(Luc 18,8)

Mas también nos dijo:

No temas, rebañito mío, porque vuestro Padre se ha complacido en daros el Reino.

(Luc 12,32)

Y:

Tened ceñidos vuestros lomos y encendidas las lámparas, y sed como hombres que esperan a su amo de vuelta de las bodas, para que, al llegar él y llamar, al instante le abran.

(Luc 12,35-36)

Y:

Yo reprendo y corrijo a cuantos amo: ten, pues, celo y arrepiéntete. Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno escucha mi voz y abre la puerta, yo entraré a él y cenaré con él y él conmigo.

(Ap 3,19-20)

Así que sabiendo que:

todos los que aspiran a vivir piadosamente en Cristo Jesús, sufrirán persecuciones.

(2 Tim 3,12)

Y que:

Los hombres malos y seductores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados.

(2 Tim 3,13)

Debemos:

… tú permanece en lo que has aprendido y te ha sido confiado, considerando de quiénes lo aprendiste.

(2 Tim 3,14)

Porque:

… nosotros no somos de los que se ocultan para perdición, sino de los que perseveran fieles para ganar el alma. 

(Heb 10:39)

 

El Dios de la paz, que sacó de entre los muertos, por la sangre de la alianza eterna, al gran Pastor de las ovejas, nuestro Señor Jesús, os haga perfectos en todo bien, para hacer su voluntad, cumpliendo en nosotros lo que es grato en su presencia, por Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén” (Heb 13,20-21).

Amén.

Luis Fernando Pérez Bustamante