La Eucaristía de Beatificación del Siervo de Dios don Pedro de Asúa y Mendía, sacerdote de la diócesis de Vitoria, tendrá lugar en la Catedral de María Inmaculada (Vitoria-Gasteiz), este sábado 1 de noviembre. La ceremonia, que comenzará a las cinco de la tarde de mañana, estará presidirá por el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, en representación del Papa Francisco.

En el pasado mes de enero, Francisco firmaba el decreto por el que se reconoce el martirio del sacerdote Pedro Asúa Mendía (1890-1936), “asesinado por odio a la fe” en Liendo (Cantabria) el 29 de agosto de 1936.

El domingo 16 de noviembre, al mediodía (12:00 horas), tendrá lugar en la parroquia san Severino (Balmaseda), la Eucaristía de Acción de Gracias , que presidirá el el Obispo de la Diócesis de Bilbao, Mons. Mario Iceta.

Don Pedro de Asúa y Mendía

Pedro de Asúa nació en Balmaseda (Vizcaya) el 30 de agosto de 1890. Cursó estudios de bachillerato en Orduña (Vizcaya) entre 1900 y 1906. Posteriormente marchó a Madrid a realizar estudios de arquitectura, hasta 1914.

Fue un estudiante responsable, muy vinculado a su familia. También un cristiano militante y apóstol activo.  Entre 1915 y 1919 ejerció su profesión de arquitecto entre Bilbao y Madrid. En 1917 fundó la Adoración Nocturna en Balmaseda.

A los 29 años, se decidió a dejarlo todo al tomar la decisión de ser sacerdote. Solo desde la experiencia de seguimiento y relación profunda con Cristo en la oración y en la actividad apostólica se explica el paso de arquitecto recién estrenado y valorado por los resultados a aspirar a ser sacerdote diocesano.

Estudió latín en la preceptoría de Gordejuela y en 1920 ingresó en el Seminario de Vitoria. Ese mismo año se construyeron las Escuelas Mendía, en Balmaseda. Siendo todavía seminarista recibió el encargo de realizar los planos del Nuevo Seminario de Vitoria.

El 14 de junio de 1924 fue ordenado sacerdote. Durante doce años  (1924 – 1936) fue sacerdote en Balmaseda, además de arquitecto diocesano. La radicalidad con la que dio el paso a ser sacerdote le acompañará durante estos años. Se caracterizó, al mismo tiempo, por una profunda contemplación y una intensa y amplísima actividad pastoral. Llegó a encarnar perfectamente la espiritualidad sacerdotal de  “Solo sacerdote, sacerdote siempre y en todo sacerdote”, presentada en aquel entonces por D. Rufino Aldabalde.
Dirigió la construcción del Seminario de Vitoria entre 1926 y 1930.

En 1936 fue detenido y asesinado por ser sacerdote el 29 de agosto. La vida evangélica de D. Pedro y el martirio van de la mano; no se extrañan, se conocen. D. Pedro mártir no se entiende sin su vida sacerdotal enteramente entregada. “Aceptó la muerte como consecuencia de su opción por Cristo y por el sacerdocio”.