Ecocalendario

 

Recuerdo desde niño el taco calendario del Corazón de Jesús de toda la vida, que lleva editándose nada menos que desde 1886 con gran éxito de crítica y público. ¿Quién de nosotros no lo ha visto, utilizado, regalado? Un formato sencillo con cosas que venían muy bien: santoral, fiestas litúrgicas, frases para pensar, reflexiones, humor… un calendario útil, ortodoxo, sencillo, amable, simpático. Si es que lo tiene todo.

Año tras año se lo fui regalando a mi madre que lo tenía colgado en su rincón de siempre. Ahora que ella ya no está en casa, lo hablaba con mis hermanas ayer mismo, tengo que comprar el de este próximo año para que no falte en su sitio de toda la vida.

La editorial Mensajero, antes Mensajero del Corazón de Jesús (que yo no sé qué habrá hecho el Corazón de Jesús para que dé cosa que vaya en el nombre de la editorial), además del taco calendario de toda la vida, edita otros que tienen su atractivo: con iconos, arte románico, frases del papa Francisco… No está mal.

Lo que me ha dejado con los ojos como platos es que este año presentan una novedosísima novedad más trillada que mies de pobre. Sorpréndanse: nada menos que un… tachín, tachín… ECOCALENDARIO. Sí señor, que a modernos no nos gana nadie.

Lo de la apuesta por la ecología y la madre tierra es cosa la que gente como Leonardo Boff hay que ver el jugo que la están sacando. Servidor de ecológico tiene lo justo quizá porque tuve la suerte de crecer en un pueblo y ver lo que era el contacto del hombre con la naturaleza. Lo que hoy se vende como ecología es otra cosa, es ideología sandiaria, es decir, que so capa de verde amable se esconde un fondo de rojez que tira de espaldas, aunque quizá esté exagerando un poco.

Que editoriales como “Pepito Pérez e hijos”, “Saltimbanquis for ever”, “El gusarapo alegre” o “La vida feliz por el ajo y el limón” editen un supuesto calendario ecológico me puede parecer más o menos acertado y ellos sabrán en qué arriesgan los euros. Ahora bien, encontrarte una editorial católica, na menos que Mensajero ex del Corazón de Jesús, que se supone que está para lo que está, dedicando su tiempo y sus recursos a un llamado “Ecocalendario”, pues como que me chirría.

Me he dado una vuelta por la web de la editorial Mensajero por si acaso uno, quizá picajoso en exceso, estuviese en lamentos antes de conocer el percal. A lo mejor, me he dicho, es la edición del taco de toda la vida en papel reciclado o una forma de llevar el evangelio a la gente a través de la llamada agricultura sostenible, que todo es posible, aunque no me pareciera fácil mezclar ambas dos, pero todo pudiera ser.

Lo primero que he podido observar en su portada es lo de siempre: ni un solo signo religioso ni la mención siquiera a la editorial. Definitivamente cada día estoy más tiquismiquis.

Bueno, pues el caso es que el llamado ecocalendario sí tiene el santo del día –como el calendario de siempre- y el resto pues cultura amable del tipo “contenidos sobre vida saludable, recetas ecológicas, elaboración de productos naturales, economía sostenible, grupos de consumo, testimonios, ecología y justicia, el huerto mes a mes (qué plantar, cuándo y cómo), agricultura ecológica, recursos para la educación medioambiental y actividades escolares, vida urbana y ecología, consumo responsable, y curiosidades ecológicas”.

Ni fu ni fa, simplemente que me parece que quizá una editorial de la categoría de Mensajero (del Corazón de Jesús, recuerden) debería ocuparse principalmente en otros menesteres. Es como si un servidor, por ejemplo, dedicase un ciclo de charlas en la parroquia al cultivo de la fresa en terraza urbana, que no está mal pero hay cosas mejores a que dedicar tiempo y esfuerzo en una parroquia. Eso sí, lo de un calendario ecológico ”mola”, y aquí de lo que se trata es de ser actuales.

Yo no, yo tengo que comprar el taco de toda la vida, y colocarlo en casa de mi madre donde siempre. Decididamente no tengo arreglo.