José Aumente es el director de la Pastoral de la Carretera de la Conferencia Episcopal Española. Esta pastoral actúa como servicio que la Iglesia ofrece para alentar el anuncio y la vivencia de la fe cristiana de los profesionales, conductores, peatones y viajeros, en el uso de la vía pública y de los vehículos. José nos concede esta entrevista a Agencia SIC para contarnos el nacimiento de esta comisión, la relación entre Fe y carretera, cómo se alienta a las víctimas de la carretera, entre otras cosas.

P. ¿Cuál es la función o misión de la Pastoral de la Carretera dentro de la Iglesia en España? ¿Qué relación hay entre carretera y Fe?

R. La pastoral de la Carretera nace, como las cosas de Dios, inesperadamente, el día de nochebuena del año 1962 cuando, el párroco de Somosierra de Madrid, tiene que hacer autostop para subir de un pueblo a otro y no para nadie a recogerle, sino, un camionero que iba hasta Burgos un tanto enfadado, porque no iba a poder llegar a tiempo  poder cenar con la familia.

Más tarde la Conferencia Episcopal asume la preocupación pastoral por esta gente de la movilidad y en el año 1968 los obispo de Migraciones publican una Exhortación Pastoral sobre el  “ESPÍRITU CRISTIANO Y TRAFICO”. Todos debemos proteger la vida propia y ajena, pero como decía el lema de 2013: LA FE TE RESPONSABILIZA AL VOLANTE.

P. El pasado domingo 16 de noviembre se celebró el Día Mundial de las Víctimas de Accidente de Tráfico, ¿Qué hicieron desde la Pastoral para recordar a estas víctimas?

R. En octubre de 2005, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución, que instaba a los gobiernos a declarar el tercer domingo de noviembre como “Día mundial en recuerdo de las víctimas de accidente de tráfico”. El día se creó con el objetivo de ofrecer reconocimiento a las víctimas de accidentes y a la difícil situación de los familiares, que se enfrentan a las consecuencias emocionales y prácticas de estos trágicos sucesos.

La OMS alienta a los gobiernos y a las organizaciones no gubernamentales de todo el mundo a conmemorar ese día, con el fin de llamar la atención sobre este gran problema de “salud pública”, que provoca, anualmente, la muerte de cerca de 1,3 millones de personas y daños o alguna discapacidad en otros 50 millones.

En España, estos años desde el Departamento de Pastoral de la Carretera, se está insistiendo a todas las diócesis para que organicen algún acto litúrgico donde acoger a las víctimas y a las familias y darles unas palabras de aliento y consuelo, aparte de rezar por los fallecidos. En Madrid, y por primera vez, tuvimos una Eucaristía en la iglesia de San Jerónimo el Real presidida por su arzobispo don Carlos Osoro y estuvieron presentes  las Asociaciones de Víctimas y autoridades. Queremos que Madrid arrope a todos aquellos que han sufrido un accidente o familiares que han perdido a algún ser querido.

P. Recordamos el accidente del autobús en Cieza y las víctimas, ¿Cómo alienta y acompaña la Iglesia a los familiares de las víctimas en estos casos?

R. Desde este departamento nos hicimos presentes con unas palabras de aliento y de esperanza a la vez que ofrecíamos oraciones por los heridos, como por los muertos y sus familias.

En caliente, no es fácil encontrar palabras adecuadas que den sentido al gran dolor que ese accidente ha llevado a tantas familias y al pueblo entero. Muchas, veces el silencio es más elocuente que las palabras, y no olvidemos, que el sentido común tiene que estar muy presente en momentos como este para saber estar y cómo estar. El Obispo de la diócesis, en este caso, y parte de su presbiterio, se hizo presente. Como iglesia damos lo mejor que tenemos: nuestra fe en Jesús muerto y resucitado el cual ha prometido, como dice san Pablo, que él nos resucitará y llevará con él.

P. Cada año se realizan campañas de sensibilización contra los accidentes de tráfico… ¿Ha calado en la sociedad, después de tantos años, lo que nos jugamos en la carretera?

R. A nivel de Pastoral de la carretera el primer cartel aparece en las navidades de 1968 con el lema: “Dios nace también en tu coche cuando le recuerdas en el camino” desde entonces se institucionalizó la Jornada: “DIA DE ORACIÓN POR EL TRAFICO” que posteriormente pasó a llamarse, hasta el día de hoy: “JORNADA DE RESPONSABILIDAD EN EL TRAFICO” y lo solemos hacer entorno a san Cristóbal, 10 de julio, patrono de los conductores.

Pienso que en estos años se ha hecho mucho, pero, creo que queda aún mucho más por hacer para que todos tomemos conciencia de los peligros que encierra la carretera, cuando no la usamos con el debido respeto.

P. Si echamos la vista atrás vemos una evolución en cuanto a las normas de tráfico y un endurecimiento de las leyes. ¿Realmente sirve esto para que conduzcamos con más conciencia?

Sí, creo que sí. Es verdad que hacemos más caso a las sanciones y a la pérdida de puntos que al buen comportamiento por convicción; pero sea por lo que sea, bendito sea Dios que en estos últimos años hemos logrado bajar los accidentes y los muertos de nuestras carreteras muy considerablemente. Hemos pasado de los 5517 muertos en el año 2001 a los 1128 del año 2013.

Este año llevamos ya 948 fallecidos. ¿Son muchos? Sí, son muchos aunque fuesen dos, porque no podemos convertir en cifran la pérdida de un ser humano, ni el dolor inmenso que un accidente deja en los que lo sufren o en las familias, de los que han perdido a un ser querido.

En el año 1960 se comenzó a llevar la estadística de los fallecidos en nuestras carreteras, pues bien, en estos 54 años, (hasta noviembre de este año) han fallecido la friolera cifra de  285.629 personas.

Por todo lo expuesto, como creyentes, no solamente tenemos que recordar y rezar por estos hermanos nuestros que han fallecido en accidente de tráfico, sino, ser más conscientes y responsables, para que la carretera sea lugar seguro donde, pueda desplazarme por necesidad, trabajo o placer, sin sobresaltos. Y, no olvidemos que Dios, que es el Dios de la vida, me prohíbe expresamente “matar” a los que él ha creado a imagen y semejanza suya.

 (Lourdes Artola – Agencia SIC)