Más de 200 educadores amigonianos se dieron cita este pasado fin de semana en las Escuelas Profesionales Luis Amigó de Godella (Valencia). Bajo el título “La respuesta amigoniana a los conflictos adolescentes”, la vigésimo segunda edición del Encuentro Nacional de Educadores Amigonianos trató de desdramatizar los conflictos en los adolescentes, aprovechándolos como momentos de crecimiento personal, así como de facilitar las estrategias de afrontamiento desde el proyecto educativo amigoniano. Además, los trabajos trataron de fomentar una gestión positiva de los mismos, desde un enfoque preventivo y proactivo.

Las dos jornadas de trabajo fueron organizadas por la Congregación de los Terciarios Capuchinos –Amigonianos-, la Fundación Amigó y los Colegios Amigonianos.  Más de 20 años avalan el éxito de unas jornadas en las que educadores amigonianos de toda España comparten aprendizaje y experiencias.

El arranque del Encuentro contó con el saludo del Superior Provincial de la Congregación y presidente de la Fundación Amigó, José Angel Lostado. El religioso hizo hincapié en la vigencia de la pedagogía amigoniana en el contexto actual. “Es en este tipo de eventos, en los que nos damos cuenta con más realismo de que la pedagogía amigoniana sigue estando despierta y de que está creciendo y desarrollándose en contacto con la vida”, afirmó. El superior provincial de los Terciarios Capuchinos aseguró que la acción educativa de todos los profesionales amigonianos es más que un simple y legítimo trabajo, “es una vocación. Una vocación que no se vive sin pasión, ni se comprende sin compasión”, apuntó, haciendo así alusión al lema que preside los actos de celebración del 125 Aniversario de la Congregación.

El encargado de impartir la primera ponencia fue Emilio Mas Banacloig, psicólogo del Servicio Especializado de Atención a la Familia e Infancia (SEAFI) en el Ayuntamiento de Valencia. En su discurso, abordó el conflicto adolescente y las pautas de afrontamiento incidiendo en las oportunidades que dicho conflicto brinda, convirtiéndose en una palanca para el cambio. “El conflicto no es negativo. Lo entendemos como lo que sucede en determinados momentos de la adolescencia en el que las familias enferman”, explicó.

El psicólogo insistió en que los padres, en muchas ocasiones, no tienen resueltos conflictos de sus familias anteriores, y los proyectan sobre los hijos. “A veces, la pareja no puede resolver sus diferencias y las vuelca en sus progenitores. Todo ello puede expresarse en forma de rabia. La violencia del adolescente representa el brazo armado de los conflictos interrelacionales de los padres”, añadió.

Por otra parte, la psicóloga de la Fundación Amigó, Mª José Ridaura, fue la encargada de desarrollar la segunda ponencia del Encuentro, en la que aludió directamente al título del mismo. La respuesta amigoniana a los conflictos de los adolescentes creó un clima de diálogo entre los educadores que no dudaron en poner en común algunas de sus experiencias. “Debemos de entender el conflicto como parte de la vida”, afirmó Ridaura. La ponente denunció que la mayor parte de los manuales escritos sobre adolescencia guardan títulos negativos, incidiendo en el lado más peyorativo de esta etapa vital del ser humano.

Para Mª José, el amor hacia los menores con los que trabaja es fundamental, teniendo presente que el chico o la chica son los protagonistas. “Siempre debemos de centrarnos en el respeto hacia ellos y querer más al que más problemas tiene”, incidió. La importancia de dialogar con los menores y de saberlos escuchar rigen las pautas de trabajo de cualquier educador amigoniano, que ha de ser siempre un buen compañero.

“La mayor contención que practicamos con los chicos es transmitirles que estamos con ellos”, defendió. Porque para la directora del Centro de Menores El Cabanyal de la Fundación Amigó, “ser amigoniano es una forma de entender la vida”.

Tras las ponencias, los asistentes participaron hasta en siete equipos de trabajo y talleres en los que se trataron temas como las dificultades de aprendizaje en el aula, las repercusiones emocionales del conflicto en el educador o del acompañamiento a las familias en los conflictos conductuales. Además, profesionales como Milagros Fuentes o Asier Ramos e Inés Prieto, impartieron sus clases sobre trastornos relacionados con el conflicto en la adolescencia o los conflictos afectivos en ese momento vital.