Cuatrocientos expertos provenientes de todo el mundo, junto a representantes de catorce religiones, participan en el Coloquio Internacional sobre el tema “La complementariedad entre el hombre y la mujer”, que comenzó este lunes día 17 de noviembre en el Vaticano y concluirá este miércoles día 19, por la tarde.

Son cuatro los dicasterios vaticanos involucrados en el evento: los Pontificios Consejos para la Familia, el Diálogo Interreligioso, la Unidad de los Cristianos y la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuyo prefecto, el cardenal Gerhard Müller, inauguró los trabajos.

Ésta fue su reflexión en Radio Vaticano, ante el micrófono del programa de Paolo Ondarza:

R.- Este coloquio ha sido preparado desde hace mucho tiempo. Están involucrados cuatro dicasterios de la Curia Romana. El Santo Padre Francisco ha subrayado la importancia del matrimonio, de la familia: un gran tema de este Pontificado porque es un tema muy urgente para toda la humanidad. El matrimonio no es sólo un tema de la teología católica de nuestra Iglesia, sino que está incluido en el orden de la creación. Para todas las grandes religiones del mundo la relación entre hombre y mujer en el matrimonio es un tema fundamental. Sin familia, sin hijos, no hay un futuro, no hay esperanza; sin el amor del padre y de la madre hacia los hijos no hay una buena evolución de la identidad personal y relacional del individuo y de la sociedad. La dignidad humana no es sólo garantizada por las instituciones públicas, sino que comienza por la experiencia de ser amados por los propios padres, del crecer junto con los hermanos, abuelos y tíos.

P.- Al inaugurar los trabajos del coloquio, el Papa ha recordado como hoy el valor de la familia, del matrimonio está en crisis, puesto en crisis por una cultura de lo provisorio: a menudo el concepto de familia, así como la diferencia entre hombre y mujer son conceptos instrumentalizados y malentendidos por una visión ideológica.

R.- Sí, el Santo Padre dijo en modo muy claro que el concepto de familia, de matrimonio, no es un concepto cultural, nacido con una cultura y por lo tanto, destinado a desaparecer, sino que es una dimensión básica, elemental, que es parte de la esencia humana. No debemos dejarnos confundir y asustar por las ideologías de hoy. Nosotros tenemos los mejores argumentos de parte nuestra: es evidente que sin familia, que pasa por el matrimonio, por el amor entre hombre y mujer, no hay desarrollo de la humanidad. Todos nosotros somos creados a imagen de Dios. Podemos expresar el amor que Dios tiene hacia nosotros, a través de la pareja. En la pareja un hombre y una mujer se transforman en padre y madre de sus hijos.

P.- Por lo tanto es importante hablar y dar valor al concepto de ley natural, quizás mal comprendido en el debate contemporáneo.

R.- Lex naturalis, ley natural, no es una ley emitida por un parlamento, sino que es una ley en sentido analógico. La lex naturalis es el plan salvífico que Dios ha dado a su creación; es su amor, presente en nuestra conciencia, en nuestra capacidad de distinguir entre lo que está bien y lo que está mal, en el reconocer lo verdadero de lo falso, de la mentira. Presupone también la inteligencia, la razón del hombre.

P.- Para concluir, su auspicio para estas jornadas de estudio y de confrontación…

R.- Que sea evidenciada la importancia del amor-unión de un hombre y de una mujer, que acaece en libertad; la responsabilidad hacia los hijos, que tienen necesidad de la presencia del amor de sus padres. El amor de los padres es como el sol y la lluvia para los hijos: sin este sol y esta lluvia ninguna planta puede crecer.