Coincidiendo con el Día Universal del Niño, que se celebra mañana 20 de noviembre, la red Cáritas reitera su llamamiento a los Estados y a la comunidad internacional a adoptar las medidas necesarias para proteger los derechos fundamentales de los niños, en particular la igualdad, la vida y el desarrollo, la alimentación, la educación, la salud, el juego y la expresión.

Justo cuando se cumple el 25 aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada en 1989, Cáritas recuerda a los países que la han ratificado –la  mayoría de los Estados miembros de la ONU– la necesidad de adaptar su legislación para garantizar que las disposiciones recogidas en la misma se implementen de forma efectiva.

Cáritas está especialmente preocupada por los niños que son víctimas de la violencia, la explotación infantil o la pobreza, situaciones que vulneran sus derechos fundamentales y les obligan a huir de sus propios hogares donde no se sienten protegidos para buscar un lugar seguro y con futuro. “La migración de niños que viajan solos es una preocupación creciente para Cáritas, porque son especialmente vulnerables al abuso”, explica Martina Liebsch, directora de Incidencia Política de Cáritas Internationalis.

Los miembros de la red internacional de Cáritas, y en especial Cáritas Española, trabajan de forma activa para proteger en todo el mundo los derechos de estos niños en situación de vulnerabilidad, a través de la puesta en marcha, por ejemplo, de programas de educación (Haití), de nutrición infantil (Ecuador), o de apoyo a niños migrantes (Marruecos) y refugiados (Myanmar), o que viven en la calle (Senegal y Mali).

Acogida a niños de la calle en el Sahel

El Sahel, una región subsahariana donde las hambrunas y los conflictos armados son constantes desde hace años, es otra de los lugares donde la Cáritas lleva a cabo acciones de protección a la infancia vulnerable en países como Mauritania, Malí, Burkina Faso, Níger, Senegal y Chad.

Los conflictos bélicos que asuelan la región, junto a otros factores sociales, culturales y religiosos, han llevado a la vulneración extrema de los derechos de los niños y a la aparición de una dramática realidad común en toda la zona del Sahel: la que representan los miles de niños solos que viven en las calles de sus ciudades. Algunos de ellos provienen de escuelas coránicas y otros han sido abandonados por su familia o han tenido que dejar sus hogares acosados por la violencia o el hambre. En la calle se enfrentan a situaciones de extrema vulnerabilidad y riesgo de explotación, contra las que Cáritas lucha desde hace años.

Cáritas Española trabaja desde 2013 en proyectos de infancia en Senegal y Mali, una acción a la que, a partir del próximo mes de diciembre, su sumará Chad, y que se centra en el apoyo a los centros de menores ubicados en las ciudades de Segou (Malí) y Saint Louis (Senegal).

En estos centros, especializados en la atención a menores que se ven obligados a mendigar para procurarse el sustento, los niños, además de ser escuchados y acogidos, reciben atención médica, alimento y educación. Además, se investiga su situación familiar para facilitar la vuelta al hogar, que es el objetivo final. En el caso de que ese regreso no sea posible, en el hogar de Cáritas se les ofrece atención psicológica, formación escolar y ayudas económicas para su reinserción sociolaboral.

Apoyo a la infancia en Ucrania

Una experiencia significativa sobre el trabajo que acompaña Cáritas Española para defender los derechos de los niños es el que se realiza en Ucrania, un país donde la situación de desamparo de los niños es un drama social, producto de una crisis política, económica y social, que se arrastra desde hace varios años y que no tiene visos de mejora a corto plazo. Muchos de estos menores, además, son hijos de personas que han emigrado al extranjero en busca de trabajo, lo que agrava su situación de desamparo.

Cáritas Española apoya desde 2009 varios programas de protección a la infancia de Cáritas Ucrania, cuyos objetivos son la integración educativa y la inclusión social de niños con hogares fragmentados, problemas de comportamiento, conductas de riesgo, e incluso, en situaciones límite, que viven solos o están en la calle.

Se trata de una actuación global de protección a la infacia que Cáritas desarrolla en centros de menores de varias ciudades del país, donde ofrece alimentación, acogida, salud, educación y apoyo psicosocial a niños de entre 5 y 18 años en condiciones de gran precariedad.

Garantizar la educación primaria universal

La red Cáritas también trabaja en todo el mundo para conseguir uno de derechos fundamentes de los niños, que es, a la vez, uno de Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM): la Educación Primaria Universal. Es cierto que se han logrado muchos avances en este campo y que, actualmente, el 90 por ciento de los niños en edad escolar acude a centros de educación primaria, pero todavía queda mucho por hacer en los países más pobres del planeta o en los que se encuentran en situación de emergencia a causa de la guerra, el hambre o los desastres naturales.

Una muestra de ello es Haití donde, casi cinco años después del terremoto, Cáritas Española sigue impulsando la educación como una de sus líneas de trabajo prioritarias en el país. Para ello se impulsan diferentes acciones: por un lado, la edificación de escuelas –Cáritas Española ha apoyado económicamente la construcción y rehabilitación de cinco de ellas–; y,  por otro, el apoyo a los programas de educación primaria y la mejora de la formación profesional, que ha permitido la creación de nuevos centros de Formación Profesional en los que miles de jóvenes estudiantes haitianos están aprendiendo diferentes oficios y mejorar sus opciones de encontrar trabajo.

No hay que olvidar que ya antes del terremoto, Haití era el país más pobre de América, con unos servicios sociales (entre ellos, la educación) muy deficientes. Eel seísmo empeoró más estas estructuras, al destruir las pocas escuelas que existían. Ante la falta de colegios públicos, la Iglesia Católica dispone de más 5.000 escuelas parroquiales distribuidas por toda la geografía nacional que atienden a casi el 30% de la población escolar de Primaria.

En este sentido, Cáritas está profundamente involucrada en lograr que en 2025, tanto en Haití como en todo el mundo, todos los niños puedan terminar un ciclo de Primaria completo, tal y como reza el segundo de los ODM. No podemos ignorar que la educación, en cuanto derecho fundamental de la infancia, favorece la igualdad de oportunidades de los niños, les permite acceder a un trabajo y a un futuro digno.

 

(Cáritas)