Historias del economato: Paco, María y Javier

 

Parado de muy larga duración y sin cualificar. Malviviendo de cuatro perras que saca como puede. Un usuario más del economato. Dicen los voluntarios, especialmente las voluntarias, que no conocen a nadie que haga la compra mejor que Javier. Calculando al céntimo y sabiendo lo que necesita, lo importante, sin que se le vaya una moneda en algo que no sea estrictamente necesario.

En estos días, cómo no, hemos puesto a disposición de las familias turrones y dulces navideños. A precio de economato, como debe ser. Los turrones clásicos, jijona y almendra, a un euro la tableta.

Hace unos días vino nuestro Javier a hacer su compra. Al llegar a caja, una pregunta de las voluntarias: ¿no llevas algo de turrón? Y este buen hombre responde: pues no, porque con ese euro que me cuesta el turrón, me llevo un poco de chorizo para los macarrones y como varios días.

Un servidor andaba por la trastienda. La voluntaria llegó a contármelo con los ojos enrojecidos. ¿Qué hacemos? Porque claro, la gente tiene su dignidad… Pues dale un par de tabletas y le dices que las estoy regalando yo porque…. Por lo que se te ocurra.

Claro que al economato llegará gente con menos conciencia y algunos si pueden te la liarán. Pero no nos vamos a rasgar las vestiduras por ello cuando las cárceles se nos van llenado de políticos, empresarios y banqueros  y los imputados por fraude son ya legión. También hay mucho Javier.

Y mucha María, que el otro día al llegar a caja con un par de docenas de huevos escuchó a un voluntario decir que andábamos escasos y dejó una docena por si a alguien le faltaba. Y mucho Paco, que el jueves pasado entregó el carnet porque le ha salido algo…

De los voluntarios no cuento nada porque me leen y se enteran de todo. Pero ay si contara…