ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 23 de diciembre de 2014

La frase del día martes 23

"La serenidad no es estar a salvo de la tormenta, sino encontrar la paz en medio de ella". (Thomas de Kempis). 

 


El papa Francisco

Carta del Santo Padre a los cristianos de Oriente Medio
'Las notas de los villancicos estarán mezcladas con lágrimas y suspiros'. Pidió 'una postura clara y valiente de todos los líderes religiosos', que condene la violencia 'sin ambigüedades'

Iglesia y Religión

Cardenal Bagnasco: ¿Anular el pesebre en nombre de la tolerancia?
Pide evitar un concepto desviado de respeto y tolerancia. la integración no significa anular la identidad y los rostros, pero recíproco conocimiento, valorización y entendimiento

Mirada al mundo

1914, cuando los soldados 'enemigos' confraternizaron por Navidad
Durante la Primera Guerra Mundial. Salieron de sus trincheras recordando que eran cristianos. Los mandos militares se alarmaron y tomaron medidas para evitar que el hecho se repitiera

Navidad en Siria, entre miedo y esperanza
Un ex guía turístico cuenta el drama que viven, y que a pesar de la guerra las iglesias siguen llenas

China: aumenta el número de cruces destruidas
Más de 400 fueron arrasadas, En Henan, un pastor fue condenado a 12 años de prisión a pesar de que la iglesia fue construida con todos los permisos

Contra el ébola se necesita ayuda a largo plazo
Delegado de Cáritas explica la situación que se viven en Sierra Leona y Liberia

Espiritualidad

Santa Paola Elisabetta Cerioli - 24 de diciembre
«Su vida pone de manifiesto la supremacía del amor, fuente de gracia y de virtud que se nutrió en la adversidad. Desposada con un hombre mayor, lo perdió a él y a sus hijos. Fue una madre para los huérfanos que acogió en su palacio»


El papa Francisco


Carta del Santo Padre a los cristianos de Oriente Medio
'Las notas de los villancicos estarán mezcladas con lágrimas y suspiros'. Pidió 'una postura clara y valiente de todos los líderes religiosos', que condene la violencia 'sin ambigüedades'

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 23 de diciembre de 2014 (Zenit.org) - El santo padre Francisco ha escrito una carta a los cristianos de Oriente Medio, con fecha del 21 de diciembre, cuarto domingo de Adviento. La ha difundido este martes, la oficina de prensa de la Santa Sede.

Queridos hermanos y hermanas
«¡Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo, que nos consuela en cualquier tribulación nuestra hasta el punto de poder consolar nosotros a los demás en cualquier lucha, mediante el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios!» (2 Co 1,3-4).

Fueron estas palabras del apóstol Pablo las que se me vinieron a la mente cuando pensaba dirigirme a vosotros, hermanos cristianos de Oriente Medio. Lo hago a las puertas de la Navidad, a sabiendas de que para muchos de vosotros las notas de los villancicos estarán mezcladas con lágrimas y suspiros. Sin embargo, el nacimiento del Hijo de Dios en nuestra carne humana es un misterio inefable de consolación: «Pues se ha manifestado la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres» (Tt 2,11).

Por desgracia, nunca han faltado tribulación ni aflicción en Oriente Medio tanto en el pasado como recientemente. En los últimos meses se han agravado debido a los conflictos que afligen a la Región, pero especialmente por la actividad de una reciente y preocupante organización terrorista, de unas dimensiones nunca antes vistas, que comete todo tipo de abusos y prácticas inhumanas, golpeando especialmente a aquellos de vosotros que han sido brutalmente expulsados de sus tierras, en las que los cristianos están presentes desde la época apostólica.

Al dirigirme a vosotros, no puedo olvidarme de otros grupos religiosos y étnicos que sufren también la persecución y las consecuencias de estos conflictos. Sigo cada día las noticias del inmenso sufrimiento de tantas personas en Oriente Medio. Pienso especialmente en los niños, las madres, los ancianos, los desplazados y refugiados, los que pasan hambre, los que tienen que soportar la dureza del invierno sin un techo bajo el que protegerse. Este sufrimiento clama a Dios y apela al compromiso de todos nosotros, con la oración y todo tipo de iniciativas. Deseo hacer llegar a todos mi cercanía y solidaridad, así como la de la Iglesia, y dar una palabra de consuelo y esperanza.

Queridos hermanos y hermanas, que con valentía dais testimonio de Jesús en vuestra tierra bendecida por el Señor, nuestro consuelo y nuestra esperanza es Cristo. Por tanto, os animo a permanecer unidos a Él, como los sarmientos a la vid, seguros de que ni la tribulación, la angustia o la persecución podrán separarnos de Él (cf. Rm 8,35). Que la prueba que estáis atravesando fortalezca vuestra fe y fidelidad.

Rezo para que viváis la comunión fraterna a ejemplo de la primera comunidad de Jerusalén. La unidad querida por nuestro Señor es más necesaria que nunca en estos tiempos difíciles; es un don de Dios que interpela a nuestra libertad y espera nuestra respuesta. Que la Palabra de Dios, los sacramentos, la oración y la fraternidad, alimenten y renueven continuamente vuestras comunidades.

La situación en que vivís es una fuerte llamada a la santidad de vida, como así lo han atestiguado los santos y mártires de diversa pertenencia eclesial. Recuerdo con afecto y veneración a los Pastores y fieles a los que en los últimos tiempos se les ha pedido el sacrificio de la vida, a menudo por el mero hecho de ser cristianos. También pienso en las personas secuestradas, entre las cuales se encuentran algunos Obispos ortodoxos y sacerdotes de diversos ritos. ¡Ojalá puedan volver pronto sanos y salvos a sus casas y comunidades! Le pido a Dios que tanto sufrimiento unido a la cruz del Señor dé frutos abundantes para la Iglesia y los pueblos de Oriente Medio.

En medio de las enemistades y los conflictos, la comunión vivida entre vosotros, con fraternidad y sencillez, es un signo del Reino de Dios. Me alegro de las buenas relaciones y la cooperación entre los Patriarcas de las Iglesias orientales católicas y los Ortodoxos, así como entre los fieles de las diversas Iglesias. El sufrimiento que padecen los cristianos constituye una aportación inestimable a la causa de la unidad. Se trata del ecumenismo de la sangre, que requiere abandonarse confiadamente a la acción del Espíritu Santo.

¡Que podáis dar siempre testimonio de Jesús en medio de las dificultades! Vuestra presencia es valiosa para Oriente Medio. Sois un pequeño rebaño, pero con una gran responsabilidad en la tierra en que nació y se extendió el cristianismo. Sois como la levadura en la masa. Antes que cualquiera de las actividades de la Iglesia en el ámbito de educativo, sanitario o asistencial, tan valoradas por todos, la mayor riqueza para la región son los cristianos, sois vosotros. Gracias por vuestra perseverancia.

Vuestros intentos por colaborar con personas de otras religiones, con judíos y musulmanes, es otro signo del Reino de Dios. El diálogo interreligioso es tanto más necesario cuanto más difícil es la situación. No hay otro camino. El diálogo basado en una actitud de apertura, en la verdad y el amor, es también el mejor antídoto contra la tentación del fundamentalismo religioso, que es una amenaza para los creyentes de todas las religiones. El diálogo es a la vez un servicio a la justicia y una condición necesaria para la tan deseada paz.

La mayor parte de vosotros vive en un ambiente de mayoría musulmana. Podéis ayudar a vuestros conciudadanos musulmanes a presentar con discernimiento una imagen más auténtica del Islam, como quieren muchos de ellos, que repiten que el Islam es una religión de paz, que se puede armonizar con el respeto de los derechos humanos y favorecer la convivencia de todos. Será algo bueno para ellos y para toda la sociedad. La dramática situación que viven nuestros hermanos cristianos en Irak, y también los Yazidíes y los miembros de otras comunidades religiosas y étnicas, exige por parte de todos los líderes religiosos una postura clara y valiente, para condenar unánimemente y sin rodeos esos crimines, y denunciar la práctica de invocar la religión para justificarlos.

Queridos hermanos, casi todos vosotros sois ciudadanos nativos de vuestros países y, por lo tanto, tenéis el deber y el derecho de participar plenamente en la vida y crecimiento de vuestra nación. En la Región estáis llamados a ser constructores de paz, de reconciliación y desarrollo, a promover el diálogo, construir puentes, según el espíritu de las bienaventuranzas (cf. Mt 5,3- 12), a proclamar el evangelio de la paz, dispuestos a colaborar con todas las autoridades nacionales e internacionales.

Deseo expresar mi especial reconocimiento y gratitud a todos vosotros, queridos hermanos Patriarcas, Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, que acompañáis con solicitud el camino de vuestras comunidades. ¡Qué preciosa es la presencia y actividad de los que se han consagrado totalmente al Señor y lo sirven en los hermanos, especialmente en los más necesitados, testimoniando su grandeza y su amor infinito! ¡Qué importante es la presencia de los Pastores junto a su rebaño, especialmente en los momentos de dificultad!

A vosotros, jóvenes, os mando un abrazo paternal. Rezo por vuestra fe, por vuestro crecimiento humano y cristiano, y para que vuestros mejores proyectos se cumplan. Y os repito: «No tengáis miedo ni vergüenza de ser cristianos. La relación con Jesús os hará disponibles para colaborar sin reservas con vuestros conciudadanos, con independencia de su afiliación religiosa» (Exh. ap. Ecclesia in Medio Oriente, 63).

A vosotros, ancianos, hago llegar mis sentimientos de aprecio. Sois la memoria de vuestros pueblos; espero que esta memoria sea semilla de crecimiento para las nuevas generaciones.

Me gustaría alentar a aquellos de vosotros que trabajan en las áreas tan importantes de la caridad y de la educación. Admiro el trabajo que estáis haciendo, especialmente a través de Cáritas y con la ayuda de otras organizaciones caritativas católicas de diferentes países, ayudando a todos sin distinción. A través del testimonio de la caridad, ofrecéis el apoyo más valioso a la vida social y también contribuís a la paz, de la que la Región está tan hambrienta como de pan. Pero también en el ámbito de la educación está en juego el futuro de la sociedad. Qué importante es la educación en la cultura del encuentro, del respeto de la dignidad de la persona y del valor absoluto de todo ser humano.

Queridos hermanos, aunque pocos en número, sois protagonistas de la vida de la Iglesia y de los países en los que vivís. Toda la Iglesia está con vosotros y os apoya, con gran afecto y estima por vuestras comunidades y vuestra misión. Vamos a seguir ayudándoos con la oración y otros medios disponibles.

Al mismo tiempo, sigo instando a la Comunidad internacional para que venga en ayuda de vuestras necesidades y de las otras minorías que sufren; en primer lugar, promoviendo la paz a través de la negociación y la actividad diplomática, tratando de atajar y detener cuanto antes la violencia que ya ha causado demasiado daño. Reitero la más firme condena del tráfico de armas. Necesitamos en cambio proyectos e iniciativas de paz, para promover una solución global a los problemas de la Región. ¿Hasta cuándo tendrá que seguir sufriendo Oriente Medio por la falta de paz? No podemos resignarnos a los conflictos como si no fuera posible un cambio. En sintonía con mi peregrinación a Tierra Santa y el posterior encuentro de oración en el Vaticano con los Presidentes israelita y palestino, os invito a seguir orando por la paz en Oriente Medio. Que quien se vio obligado a abandonar sus tierras, pueda regresar y vivir con dignidad y seguridad. Que la asistencia humanitaria se incremente, siempre buscando el bien de la persona y de cada país, respetando su propia identidad, sin anteponer otros intereses. Que toda la Iglesia y la Comunidad internacional sean cada vez más conscientes de la importancia de vuestra presencia en la Región.

Queridos hermanas y hermanos cristianos de Oriente Medio, tenéis una gran responsabilidad y no estáis solos frente a ella. Por eso he querido escribiros para animaros y para deciros lo valiosa que es vuestra presencia y vuestra misión en esta tierra bendecida por el Señor. Vuestro testimonio me hace mucho bien. Gracias. Todos los días rezo por vosotros y vuestras intenciones. Os doy las gracias porque sé que vosotros, en vuestros sufrimientos, rezáis por mí y por mi servicio a la Iglesia. Realmente espero tener la gracia de ir en persona a visitaros y confortaros. Que la Virgen María, la Santísima Madre de Dios y Madre nuestra, os acompañe y proteja siempre con su ternura. A todos vosotros y a vuestras familias imparto la Bendición Apostólica con el deseo de que viváis la Santa Navidad en el amor y la paz de Cristo Salvador.

Vaticano, 21 de Diciembre de 2014, IV Domingo de Adviento. 

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Iglesia y Religión


Cardenal Bagnasco: ¿Anular el pesebre en nombre de la tolerancia?
Pide evitar un concepto desviado de respeto y tolerancia. la integración no significa anular la identidad y los rostros, pero recíproco conocimiento, valorización y entendimiento

Por Redacción

ROMA, 23 de diciembre de 2014 (Zenit.org) - ¿Prohibir los pesebres en los lugares públicos y en los colegios en nombre del respeto hacia las otras religiones, y en nombre de la tolerancia? “Sería un concepto desviado de lo que es el respeto y la tolerancia”. Lo dijo el cardenal italiano Angelo Bagnasco, arzobispo de Génova y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana durante la rueda de prensa que anualmente se realiza con los periodistas. Calificó además como “un acto de miopía cultural”, la idea de prohibir que se armen belenes en lugares públicos o en las escuelas.

Como casi todos los años no falta alguien que pide la abolición de los símbolos religiosos en nombre de un mal entendido concepto de laicidad, que lo confunde lo el de laicismo. Además sobre el pesebre, que habla de paz, de amor entre los hombes, y de esperanza.

Mientras por laicidad se entiende la sana separación entre la Iglesia y Estado, permitiendo la autonomía de cada uno de ellos, el laicismo es la hostilidad hacia la religión. 

“Si vamos a otros países con diversas tradiciones culturales --explicó el presidente de los obispos italianos-- a nadie se le ocurriría sentirse ofendido, delante a los símbolos religiosos, culturales o de las tradiciones de los diversos continentes. Me parece que esto sea un concepto desviado de respeto y tolerancia”.

De acuerdo con el cardenal Bagnasco “la integración no significa anular la identidad y los rostros, pero el recíproco conocimiento, valorización y entendimiento”. Aunque precisó “No digo que signifique aceptación inmediata de los símbolos y de las tradiciones”.

El cardenal concluyó recordando lo que escribió en la carta de Navidad para los niños del catequismo de la diócesis de Génova. “Les he dicho --ha afirmado-- que sean una sonrisa para sus familias, para sus papás, en la propia escuela, en los propios ambientes de vida”.

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Mirada al mundo


1914, cuando los soldados 'enemigos' confraternizaron por Navidad
Durante la Primera Guerra Mundial. Salieron de sus trincheras recordando que eran cristianos. Los mandos militares se alarmaron y tomaron medidas para evitar que el hecho se repitiera

Por H. Sergio Mora

ROMA, 23 de diciembre de 2014 (Zenit.org) - En la vigilia de Navidad de 1914, sin que nada hubiera sido concordado, los soldados del frente occidental, de las dos diversas alianzas cesan el fuego. Se encienden velas, se cantan himnos navideños. Los alemanes iniciaron con el Stille Nacht y los británicos respondieron con villancicos en inglés. 

Comienzan a hacerse los saludos de Navidad de una trinchera a otra. Hasta que alguien sale al descubierto para encontrar al enemigo y apretarle la mano. Se intercambian pequeños regalos como whisky, cigarrillos, etc.

Un hecho histórico extraordinario, conocido como 'La tregua de Navidad' que nació entre los soldados 'enemigos' movidos por el sentimiento cristiano de humanidad y hermandad. Las fotos llegaron a los diarios de la época. El Daily Mirror escribe sobre la imagen: 'Un grupo histórico, soldados británicos y alemanes fotografiados juntos'.

Por un lado se encontraba la Triple Alianza, integrada por las Potencias Centrales: el Imperio alemán y Austria-Hungría. Por otro lado se encontraba la Triple Entente, formada por el Reino Unido, Francia y el Imperio ruso. Ambas alianzas sufrieron cambios durante la guerra que se prolongó hasta 1918. El Imperio otomano y Bulgaria se unieron a la Triple Alianza. Italia, Japón y Estados Unidos se unieron a la Triple Entente.

Más de 70 millones de militares, incluyendo 60 millones de europeos, se movilizaron y combatieron en un conflicto que dejó 9 millones de muertos.

“Mientras observaba el campo que aún dormía --narra una de las cartas de los soldados-- mis ojos vieron un resplandor en la oscuridad. A aquella hora de la noche una luz en la trinchera enemiga era algo raro y pasé la voz. No había aún concluido que en la trinchera alemana se encendía una luz después de otra. Enseguida, cerca de nuestras posiciones, tan cerca que me hizo apretar fuerte el fusil, sentí una voz. No era posible confundir ese acento, con su timbre ronco. Abrí los oídos, y me quedé escuchando, y eh aquí que llegó a lo largo de nuestra línea un saludo nunca antes escuchado en esta guerra: 'Soldado inglés ¡Feliz Navidad, feliz Navidad!'”

En la 'tierra de nadie' se realizó un entierro de los caídos las horas anteriores. Británicos y alemanes se reunieron recitaron juntos el salmo 23. El Señor es mi pastor, nada me falta. Sobre pastos verdes me hace reposar, por aguas tranquilas me conduce...

Estos hechos fueron asumidos con perplejidad por los mandos militares, al punto que en los años siguientes se tomaron medidas para evitar episodios de este tipo. Y no faltó quien calificó el hermoso hecho como una “despreciable fiesta pacifista”.

Roberto Morozzo della Rocca, docente de historia contemporánea en la Universidad de Roma III, indicó en una entrevista a Radio Vaticano que “las treguas fueron siempre prohibidas por los mandos militares, porque permitían a los soldados reconocerse como seres humanos, hijos de Dios. Y porque desenmascaraban la propaganda de guerra que describía al enemigo como una bestia”.

A cien años de distancia de esa 'inútil masacre', como la definió el papa de la época, Benedicto XV, es posible releer las cartas enviadas desde el frente que cuentan este gesto e interrogarse si es realmente imposible construir un mundo pacífico y solidario. 'La tregua di Natale. Lettere dal fronte', es el libro publicado en italiano por Edizioni Lindau, una compliación a cargo del abogado A. Del Bono.  

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Navidad en Siria, entre miedo y esperanza
Un ex guía turístico cuenta el drama que viven, y que a pesar de la guerra las iglesias siguen llenas

Por Luca Marcolivio

ROMA, 23 de diciembre de 2014 (Zenit.org) - Los crisitanos en Siria se sienten abandonados y arriesgan su vida cada día, entretanto las iglesias están activas y están llnas de fieles durante las misas. Lo indicó a ZENIT, Damaan Daoud, que era un guía turístico de los italianos antes del inicio de la guerra. Samaan es uno de los católicos sirios que tuvo el coraje de quedarse en su país.

Dadoud ha hablado también de las tradiciones navideñas en su país, que vivirá las festividades en una mezcla de desesperación y esperanza, auténtico símbolo de la pasión de Jesús en la cruz.

¿Cuál era su actividad en Siria?
-- Dadoud: Inicié como guía turística con grupos de italianos en 1994, pero desde el 2011 he perdido este trabajo. Sigo trabajando como guía, pero no para turistas, sino a periodistas en los campos de batalle del conflicto. Me encontraba en Maalula cuando en septiembre de 2013 la ciudad fue tomada por los fundamentalistas de al-quaeda del frente Al-Nusra. Actualmente también hago traducción de libros de los salesianos.

¿Cómo viven los sirios la Navidad? ¿Hay tradiciones particulares?
-- Dadoud: Navidad es una fiesta nacional en la que todo el pueblo participa: solamente los cristianos hacen el pesebre. Entretanto la mayoría de los sirios arma el árbol de Navidad en su casa. Hay cristianos que hacen también el ayuno navideño, que dura cuarenta días y que representa una antigua tradición cristiana en Oriente Medio. Además en este mes hay muchos conciertos en las iglesias y teatros.
Las calles son decoradas con adornos navideños, pero en los últimos tres años estos adornos no se ven más, porque tantas familias perdieron a sus seres queridos y el país está medio destruido. En estos tres años en Siria han destruido unos 3 millones de casas.
En la vigilia todos los cristianos va a la iglesia para la misa, después por la noche cenan. El día de Navidad todas las familias se reúnen en donde está el 'jefe' de la familia y cada zona de Siria tiene su plato tradicional. Por ejemplo el más famoso en Damasco es el Kibbebh, (grano molido fino con carne de cabrito, pistacho, cebolla y con yogurt cocido.

¿Cómo pasaran la Navidad en Siria? ¿Se siente miedo? 
-- Dadoud: Los cristianos en Siria tienen miedo y viven con mucha preocupación. Están en la mira del fanatismo y del radicalismo islámico. Somos un objetivo fácil de atacar y hemos tenido muchos mártires cristianos en esta absurda guerra. Casi la mitad de los cristianos huyeron del país, la mayor parte de la comunidad cristiana, que se encuentra en Aleppo, se encuentra en peligro porque sea el Califato islámico (ISIS por sus siglas en inglés) y sus milicianos, que los de Al-Nusra, los amenazan continuamente.
Los cristianos huyen de Alepo: estuve allí un mes atrás y vi tanto sufrimiento y miedo. Lo mismo vale para los cristianos del Noreste de Siria, en la zona de Al-Qamishli en donde en Isis circunda la zona y ha asesinado y secuestrado a tantos cristianos, apropiándose también de sus terrenos.
Es imposible quedarse en Siria si no se garantiza paz y seguridad. Es imposible pedirle a los cristianos que se queden. En Occidente algunos nos critican porque estamos con el régimen de Damasco, pero no entienden que la oposición al régimen es más sanguinaria que el mismo. El milagro es que a pesar de las enormes dificultades, los desplazados y refugiados cristianos mantienen una fuerte fe en Jesús. El Emanuel, y las iglesias están llenas de fieles.

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China: aumenta el número de cruces destruidas
Más de 400 fueron arrasadas, En Henan, un pastor fue condenado a 12 años de prisión a pesar de que la iglesia fue construida con todos los permisos

Por Redacción

ROMA, 23 de diciembre de 2014 (Zenit.org) - En China sigue la campaña para eliminar los cruces de las iglesias, que inició en Zhejiang y se extiende a otras regiones del país. Según la Asociación China Aid, en Zhejiang sólo, hasta el final de noviembre, 426 cruces fueron destruidas. El número se refiere sólo a las iglesias protestantes. A esto se suman la destrucción de iglesias católicas y otra cruz destruido el pasado 19 de diciembre en Dingqiao, cerca de Hangzhou.

Lo indicó hoy la agenciad e noticias Asia News, precisando que más de 100 personas, incluidos los miembros de los Asuntos Religiosos y de los trabajadores se enfrentaron con los fieles de la Iglesia de Dingqiao en el vano intento de detener la destrucción. Algunos de ellos fueron heridos y siguen hospitalizados.

La campaña contra las cruces y los edificios cristianos ha sido lanzada al inicio del año, cuando Xia Baolong, secretario del partido de Zhejiang señaló que mirando al horizonte de Wenzhou, una de las ciudades de la provincia, se ve "demasiados cruces". Los fieles sospechan que la verdadera razón es reducir el impacto y la influencia de l comunidad cristiana, oficial y clandestina, en la sociedad china, que asiste a un aumento de las conversiones.

Otra razón es que, en 2013, se puso en marcha el plan para que la zona de Zhejiang, sea de gran proyección económica para el año 2020. Debido a esto, el gobierno provincial está llevando a cabo una campaña para "embellecer" la región mediante la eliminación de las estructuras ilegales.

El gobierno provincial asegura que las demoliciones afectan a todas las comunidades y lugares privados indistintamente. Pero es un hecho que la campaña está dirigida principalmente a los sitios cristianos, incluso los que se han construido con todos los documentos necesarios y ya aprobado por el gobierno.

Durante estos meses, la campaña se ha extendido a otras regiones: en Shandong, Anhui y Henan. En esta última provincia, el pasado 18 de diciembre se ha destruido la cruz de la iglesia de Nanle. El edificio, construido con todos los permisos, está en el centro de un tira y afloja con las autoridades locales que se han apoderado de la tierra propiedad de la iglesia y condenado a 12 años de prisión a su pastor Zhang Shaojie.

La Oficina de Asuntos Religiosos también incautó 4 millones de yuanes (unos 400 mil euros) de la cuenta bancaria de la comunidad que los fieles han recogido en los últimos años para su posible nueva construcción de edificios sagrados.

En los últimos meses, el obispo oficial de Wenzhou y los sacerdotes de la diócesis han firmado un llamado l gobierno para detener las demoliciones y la destrucción de las cruces, que aumentan la inestabilidad social en China.

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Contra el ébola se necesita ayuda a largo plazo
Delegado de Cáritas explica la situación que se viven en Sierra Leona y Liberia

Por Redacción

ROMA, 23 de diciembre de 2014 (Zenit.org) - El presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, en estos días se encuentra en Sierra Leona y Liberia, los países más golpeados por la epidemia de ébola. Con él estuvo Mons. Robert Vitillo, delegado de la Cáritas Internacional junto a la ONU en Ginebra, quien acaba de llegar a Italia.

Entrevistado por Radio Vaticano, Mons. Vitillo indicó que “la situación en Sierra Leona es muy grave. Hay mucho miedo y pánico entre la población. Las escuelas están cerradas sea en Sierra Leona que el Liberia”. El delegado de la Cáritas recordó que muchas veces cuando los papás tienen que trabajar, los niños se quedan solos y esto es otro de los problemas, porque el Sierra Leona el número de las adolecentes en cinta está aumentando y es necesario proteger a estos jóvenes y niños.

El sacerdote explicó que en Sierra Leona hay entre2.500 e 5.000 huérfanos y en muchos casos las familias no quieren adoptarlos porque temen que puedan transmitir enfermedades, aunque que no las tengan o se hayan curado del virus. “Muchos niños se encuentran por las calles, y en este momento hay programas de la Iglesia para acogerlos y animar a sus parientes que los adopten” dijo.

El delegado de la Cáritas precisó que hay consecuencias que van más allá del ébola: “Mucha gente no trabaja, porque las escuelas y las oficinas públicas están cerradas”. Además muchos no tienen un sueldo, y se vuelve un problema dar de comer a la propia familia y a los hijos, y como consecuencia "se produce un aumento de la violencia".

“Esto durará también después del ébola, porque el impacto en estas poblaciones con una economía débil es ya muy profundo” aseguró.

Por ello “es muy importante que se siga incrementando la respuesta, no solamente con el envío de médicos y enfermeros, sino también de dinero para estabilizar la situación económica y reforzar las infraestructuras sanitarias y sociopolíticas”.

Recordó además que “en algunas regiones de estos países la Iglesia tiene las únicas estructuras sanitarias que funcionan”. Y si bien la Iglesia, la Cáritas y las congregaciones religiosas están haciendo mucho, “es necesario enviar más ayuda”.

Y concluyó recordando que la Navidad es el momento justo para ser solidarios con tanta gente que está en situación de necesidad y de sufrimiento. Y si bien en Sierra Leona, donde ha trabajado el sacerdote, hay gente que ha perdido a tantos familiares, “las iglesias están llenas porque es una población que tiene fe”.

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Espiritualidad


Santa Paola Elisabetta Cerioli - 24 de diciembre
«Su vida pone de manifiesto la supremacía del amor, fuente de gracia y de virtud que se nutrió en la adversidad. Desposada con un hombre mayor, lo perdió a él y a sus hijos. Fue una madre para los huérfanos que acogió en su palacio»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 23 de diciembre de 2014 (Zenit.org) - La fortaleza de un ser humano se mide especialmente en el infortunio. Constanza Cerioli lo demostró con creces. Su particular tragedia, neutralizada por su incondicional entrega a Dios, se trocó en bálsamo para los desfavorecidos. Fue conducida a la vida religiosa tras dramáticas experiencias personales de sufrimiento, si bien el dolor fue para ella árbol fecundo.

Nació el 28 de enero de 1816, en Soncino, Cremona, Italia, con una constitución tan débil que sus padres, los nobles y acaudalados Francesco Cerioli y Francesca Corniani, que ya tenían una numerosa prole, rogaron que se le administrara el bautismo inmediatamente, temiendo que pudiera morir. Pero Constanza sobrevivió, aunque su salud sería frágil el resto de su vida. Se formó junto a las Hermanas de la Visitación en Alzano Maggiore, Bergamo, hasta los 16 años. A los 19, una edad en la que tantas jóvenes sueñan con un futuro feliz, tuvo que desposarse por acuerdo de sus padres, que así lo habían apalabrado, con Gaetano Busecchi, que rozaba los 60 –casi un anciano para la época– y era el rico heredero de los condes Tassis de Comonte de Sériate, Bergamo.

No es difícil imaginar el escenario en el que se desenvolvieron casi veinte años de su vida con un matrimonio contraído sin amor y con ese desfase abrumador de edad y experiencia entre su esposo y ella. Pero asumió su destino con la dignidad propia de su noble condición, creyendo que en la voluntad paterna estaba contenida la divina, amparada en los hondos principios de fe y virtud que le habían inculcado. De esta unión nacieron cuatro vástagos. Los tres primeros hijos murieron nada más nacer. Y si dolorosas fueron estas sucesivas pérdidas más lo fue la del cuarto hijo, Carlos, que sobrevivió hasta los 16 años. Unos meses más tarde falleció su esposo, y Constanza se sumió en el más profundo dolor. Tenía 38 años y era heredera de una gran fortuna, pero su corazón latía afligido por tal cúmulo de desgracias. Su sostén fueron los prelados de Bergamo que le ayudaron a aferrarse a la fe. «No sé –reconocería más tarde– cómo he podido sobrevivir, frágil y probada como estaba».

Había madurado a golpes de intenso sufrimiento y volvió los ojos a la Virgen Madre de los Dolores. Conmovida al meditar en ellos, en una ocasión la angustia sufrida fue de tal grado que estuvo a punto de caer desmayada. Convirtió su palacio en un refugio para los necesitados, desamparados y huérfanos a los que socorrió ejerciendo con ellos un apostolado cuajado de esas ternuras que la vida le había impedido dispensar a los de su propia sangre. Primero comenzó con dos huérfanas, pero enseguida fue incrementándose el número de los acogidos. Se lo había vaticinado su hijo Carlos cuando a punto de morir le dijo: «No llores por mi próxima muerte, mamá, porque Dios te dará otros muchos hijos». Ese hogar fue otra Casita de Nazaret donde pudo dar a tan maltrechos corazones el cobijo que nunca tuvieron, y socorrerlos en sus múltiples carencias.

Tomó como modelo a la Sagrada Familia. Ella, junto a su amor a la Santísima Trinidad y a la Virgen de los Dolores, sustentó sus quehaceres marcados por la caridad, confianza en Dios, piedad, humildad y obediencia, virtudes plasmadas en el ejercicio concreto de su espiritual maternidad con los desfavorecidos. La semilla germinó en su palacio a través de los niños que acogió, y fue origen de la fundación de las Hermanas de la Sagrada Familia que impulsó con la aquiescencia de otras seis mujeres que se unieron a ella en 1857. Quiso que todos vivieran la experiencia de la conciencia filial.

Como religiosa tomó el nombre de Paola Elisabetta. Fue fundadora, asimismo, de los Hermanos de la Sagrada Familia, dirigida a la asistencia de los pobres campesinos. En 1863, superando numerosos contratiempos, abrió la primera casa destinada a los hijos de éstos en una de las posesiones que tenía en Villacampagna (Cremona). A ella le sucedieron la creación de escuelas y colegios en los que se proporcionaba a los pequeños una formación humana y espiritual. La santa siempre tuvo en cuenta el valor de la familia para el progreso de la sociedad.

En sus escritos espirituales se refleja su anhelo de conquistar la santidad, la conciencia de su pequeñez… Así en mayo de 1864 anotaba: «Sí, Dios mío, seré humilde de corazón; lo sé, porqueTú me iluminas, que no tengola virtudni eltalento, ni méritos; pero la humildadllenará ese vacío ante Ti de méritos, talento y virtud; compensará miscarencias. Seré humilde,y humildeen todo; enmis palabras, no hablando nunca de mí sino congran circunspección; humildeen missentimientos, humilde en mis acciones, humilde en mi conducta,pero sobre todohumilde para imitarTuejemplo, paramerecer Tugracia, para entrar en Tucorazón,encontrar un lugar en él que sea para siempremi estancia». En agosto de 1865, cuando le faltaban unos meses para su deceso, se percibe que seguía manteniendo vivos estos sentimientos que plasmaba por escrito: «Evitar laspalabras innecesarias, no desperdiciar el tiempo, no buscar mi propia comodidad».

Pero Dios juzgó que ya había cumplido su misión y esta mujer que había sufrido tanto humanamente, le entregaba su alma en Comonte, a los 49 años, el 24 de diciembre de 1865. Pío XII la beatificó el 19 de marzo de 1950. Y Juan Pablo II la canonizó el 16 de mayo de 2004.

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