Religión Confidencial

Una parroquia de Madrid organiza una cena de Navidad para 120 pobres y ya tiene 160 solicitudes

 

San Ramón No Nato es una de las iglesias más emblemáticas de Vallecas, un popular barrio de Madrid. Su párroco, don José Manuel Horcajo, organiza una cena de Navidad para que las personas más desfavorecidas de la zona tengan abrigo, alimento y, sobre todo, una familia con la que pasar una fecha tan señalada.

“Hace tres años empezamos con una cena de Navidad para 60 o 70 personas”, recuerda don José Manuel en declaraciones para Religión Confidencial, “y el segundo año ya pasamos de los cien asistentes. Para este año, en principio, contábamos con 120 personas, pero ya vamos por las 160 solicitudes”.

El párroco madrileño reconoce que son muchas las personas que viven situaciones dramáticas. Y Los salones de la iglesia, de nuevo, se han puesto a disposición de esta gente, para que así puedan cenar en un ambiente familiar y entrañable. Don José Manu indica que, con esta cena, no pretenden llegar a las 1.494 personas que atiende Cáritas en su parroquia, sino a los más desfavorecidos. “De estas 1.494 personas muchos tiene la posibilidad de cenar con su familia. Pero hay otros que por soledad, o porque viven en la calle, o porque malviven en habitaciones, no tiene sitio donde pasar la Noche Vieja. A ellos está dirigida la cena”.

Hay que precisar que no se trata de una cena cualquiera, sino que destaca por su elegancia y por el cuidado con el que se pone en cada detalle. “Todo se prepara muy bonito. Nos ayuda una ONG que se llama Avanza.ong. Llevan varios meses preparándolo. El plato fuerte es un venado, una persona nos lo regaló hace tiempo. Y todo lo preparamos lo mejor que podemos. Al final, catamos villancicos con los niños y lo que quieren se quedan a la Misa”.

El perfil de los asistentes es muy variado. Aunque Cáritas, en San Ramón No Nato, atiende a  27 nacionalidades distintas, entre los que destaca por su número los ecuatorianos, españoles y marroquíes, en la cena de Navidad la mayor parte serán españoles, de Europa del Este y latinoamericanos. “El español siempre tiene más familia. Los latinoamericanos, en cambio, suelen estar muy solos”, precisa don José Manuel.

¿Y cómo se explica el auge de la demanda para formar parte de la cena? El párroco aduce una doble causa: cada vez hay más necesidad y cada vez se conoce más. “El primer año tampoco sabían qué iban a encontrarse. Pero el primer año se encontraron una cena estupenda y corre el boca a boca. Gracias a los voluntarios, este año nos han dejado un salón en frente de la parroquia -un antiguo colegio que estaba cerrado y nos ha dejado la planta baja- y cada vez acogemos a más gente”.