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Servicio diario - 30 de diciembre de 2014

La frase del día - 30 de diciembre

"Es Navidad cada vez que permites al Señor renacer para darlo a los demás". (Beata Teresa de Calcuta)

 


El papa Francisco

Mensaje del Papa para la Jornada Mundial del Enfermo 2015
Francisco invita a acoger la verdadera sabidurí­a del corazón

'Asia es una de las grandes fronteras de la Iglesia para Francisco'
El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede hace balance de la actividad del Papa en 2014. Destaca la apuesta del Santo Padre por la cultura del encuentro

Mirada al mundo

En el 2014 fueron asesinados 26 agentes pastorales en el mundo
Por sexto año consecutivo, el número más alto de muertes se ha registrado en América. Han fallecido de forma violenta doce sacerdotes, un religioso y un seminarista

Lanzan una nueva App para enseñar a rezar a los niños de 3 a 8 años
'Hola Jesús!' contiene historias de santos, parábolas cantadas, cuentos y oraciones sencillas, entre otros materiales. Su desarrollador es el sacerdote español José Pedro Manglano

'El padre Jorge Loring fue un predicador incansable'
Crónica de la Santa Misa, en el primer aniversario del fallecimiento del conocido sacerdote jesuita. Autor de 'Para Salvarte', con más de un millón de ejemplares vendidos en 73 ediciones

Espiritualidad

San Juan Francisco de Regis - 31 de diciembre
«Este ardiente defensor de la fe frente a la herejía calvinista, piadoso desde la cuna, fue modelo para el Cura de Ars; acudió a su tumba creyendo que le ayudaría, y partió seguro de que por encima de sus limitaciones sería sacerdote»

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Evaluación de fin de año
Reflexiones del obispo de San Cristóbal de Las Casas, Mons. Felipe Arizmendi Esquivel


El papa Francisco


Mensaje del Papa para la Jornada Mundial del Enfermo 2015
Francisco invita a acoger la verdadera sabidurí­a del corazón

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 30 de diciembre de 2014 (Zenit.org) - La oficina de Prensa de la Santa Sede ha difundido este martes el Mensaje del papa Francisco para la XXIII Jornada Mundial del Enfermo, que se celebrará el próximo 11 de febrero de 2015.

En su mensaje, el Santo Padre se dirige a todos los que llevan "el peso de la enfermedad" y de diferentes modos están unidos "a la carne de Cristo sufriente"; así como a los profesionales y voluntarios en el ámbito sanitario. El Pontífice argentino les invita a meditar la expresión del Libro de Job "Era yo los ojos del ciego y del cojo los pies" (Jb 29,15). 

El Papa señala en el texto que "cuando la enfermedad, la soledad y la incapacidad predominan sobre nuestra vida de donación, la experiencia del dolor puede ser lugar privilegiado de la transmisión de la gracia y fuente para lograr y reforzar la sapientia cordis [la sabiduría del corazón]". 

La sabiduría del corazón ''no es un conocimiento teórico, abstracto o fruto de razonamientos'', precisa Francisco, sino una ''actitud infundida por el Espíritu Santo en la mente y en el corazón de quien sabe abrirse al sufrimiento de los hermanos y reconoce en ellos la imagen de Dios''.

Por este motivo, el Pontífice pide al Espíritu Santo la gracia de comprender "el valor del acompañamiento, con frecuencia silencioso, que nos lleva a dedicar tiempo a estas hermanas y a estos hermanos que, gracias a nuestra cercanía y a nuestro afecto, se sienten más amados y consolados". 

Por último, el Santo Padre afirma también que "las personas sumidas en el misterio del sufrimiento y del dolor, acogido en la fe, pueden volverse testigos vivientes de una fe que permite habitar el mismo sufrimiento, aunque con su inteligencia el hombre no sea capaz de comprenderlo hasta el fondo". A continuación, publicamos el texto íntegro del Mensaje para la Jornada Mundial del Enfermo de 2015.

Sapientia cordis. «Era yo los ojos del ciego y del cojo los pies» (Jb 29,15)

Queridos hermanos y hermanas:

Con ocasión de la XXIII Jornada Mundial de Enfermo, instituida por san Juan Pablo II, me dirijo a vosotros que lleváis el peso de la enfermedad y de diferentes modos estáis unidos a la carne de Cristo sufriente; así como también a vosotros, profesionales y voluntarios en el ámbito sanitario.

El tema de este año nos invita a meditar una expresión del Libro de Job: «Era yo los ojos del ciego y del cojo los pies» (29,15). Quisiera hacerlo en la perspectiva de la sapientia cordis, la sabiduría del corazón.

1. Esta sabiduría no es un conocimiento teórico, abstracto, fruto de razonamientos. Antes bien, como la describe Santiago en su Carta, es «pura, además pacífica, complaciente, dócil, llena de compasión y buenos frutos, imparcial, sin hipocresía» (3,17). Por tanto, es una actitud infundida por el Espíritu Santo en la mente y en el corazón de quien sabe abrirse al sufrimiento de los hermanos y reconoce en ellos la imagen de Dios. De manera que, hagamos nuestra la invocación del Salmo: «¡A contar nuestros días enséñanos / para que entre la sabiduría en nuestro corazón!» (Sal 90,12). En esta sapientia cordis, que es don de Dios, podemos resumir los frutos de la Jornada Mundial del Enfermo.

2. Sabiduría del corazón es servir al hermano. En el discurso de Job que contiene las palabras «Era yo los ojos del ciego y del cojo los pies», se pone en evidencia la dimensión de servicio a los necesitados de parte de este hombre justo, que goza de cierta autoridad y tiene un puesto de relieve entre los ancianos de la ciudad. Su talla moral se manifiesta en el servicio al pobre que pide ayuda, así como también en el ocuparse del huérfano y de la viuda (vv.12-13).

Cuántos cristianos dan testimonio también hoy, no con las palabras, sino con su vida radicada en una fe genuina, y son «ojos del ciego» y «del cojo los pies». Personas que están junto a los enfermos que tienen necesidad de una asistencia continuada, de una ayuda para lavarse, para vestirse, para alimentarse. Este servicio, especialmente cuando se prolonga en el tiempo, se puede volver fatigoso y pesado. Es relativamente fácil servir por algunos días, pero es difícil cuidar de una persona durante meses o incluso durante años, incluso cuando ella ya no es capaz de agradecer. Y, sin embargo, ¡qué gran camino de santificación es éste! En esos momentos se puede contar de modo particular con la cercanía del Señor, y se es también un apoyo especial para la misión de la Iglesia.

3. Sabiduría del corazón es estar con el hermano. El tiempo que se pasa junto al enfermo es un tiempo santo. Es alabanza a Dios, que nos conforma a la imagen de su Hijo, el cual «no ha venido para ser servido, sino para servir y a dar su vida como rescate por muchos» (Mt 20,28). Jesús mismo ha dicho: «Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve» (Lc 22,27).

Pidamos con fe viva al Espíritu Santo que nos otorgue la gracia de comprender el valor del acompañamiento, con frecuencia silencioso, que nos lleva a dedicar tiempo a estas hermanas y a estos hermanos que, gracias a nuestra cercanía y a nuestro afecto, se sienten más amados y consolados. En cambio, qué gran mentira se esconde tras ciertas expresiones que insisten mucho en la «calidad de vida», para inducir a creer que las vidas gravemente afligidas por enfermedades no serían dignas de ser vividas.

4. Sabiduría del corazón es salir de sí hacia el hermano. A veces nuestro mundo olvida el valor especial del tiempo empleado junto a la cama del enfermo, porque estamos apremiados por la prisa, por el frenesí del hacer, del producir, y nos olvidamos de la dimensión de la gratuidad, del ocuparse, del hacerse cargo del otro. En el fondo, detrás de esta actitud hay frecuencia una fe tibia, que ha olvidado aquella palabra del Señor, que dice: «A mí me lo hicisteis» (Mt 25,40).

Por esto, quisiera recordar una vez más «la absoluta prioridad de la "salida de sí hacia el otro" como uno de los mandamientos principales que fundan toda norma moral y como el signo más claro para discernir acerca del camino de crecimiento espiritual como respuesta a la donación absolutamente gratuita de Dios» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 179). De la misma naturaleza misionera de la Iglesia brotan «la caridad efectiva con el prójimo, la compasión que comprende, asiste y promueve» (ibíd.).

5. Sabiduría del corazón es ser solidarios con el hermano sin juzgarlo. La caridad tiene necesidad de tiempo. Tiempo para curar a los enfermos y tiempo para visitarles. Tiempo para estar junto a ellos, como hicieron los amigos de Job: «Luego se sentaron en el suelo junto a él, durante siete días y siete noches. Y ninguno le dijo una palabra, porque veían que el dolor era muy grande» (Jb 2,13). Pero los amigos de Job escondían dentro de sí un juicio negativo sobre él: pensaban que su desventura era el castigo de Dios por una culpa suya. La caridad verdadera, en cambio, es participación que no juzga, que no pretende convertir al otro; es libre de aquella falsa humildad que en el fondo busca la aprobación y se complace del bien hecho.

La experiencia de Job encuentra su respuesta auténtica sólo en la Cruz de Jesús, acto supremo de solidaridad de Dios con nosotros, totalmente gratuito, totalmente misericordioso. Y esta respuesta de amor al drama del dolor humano, especialmente del dolor inocente, permanece para siempre impregnada en el cuerpo de Cristo resucitado, en sus llagas gloriosas, que son escándalo para la fe pero también son verificación de la fe (Cf Homilía con ocasión de la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, 27 de abril de 2014).

También cuando la enfermedad, la soledad y la incapacidad predominan sobre nuestra vida de donación, la experiencia del dolor puede ser lugar privilegiado de la transmisión de la gracia y fuente para lograr y reforzar la sapientia cordis. Se comprende así cómo Job, al final de su experiencia, dirigiéndose a Dios puede afirmar: «Yo te conocía sólo de oídas, mas ahora te han visto mis ojos» (42,5). De igual modo, las personas sumidas en el misterio del sufrimiento y del dolor, acogido en la fe, pueden volverse testigos vivientes de una fe que permite habitar el mismo sufrimiento, aunque con su inteligencia el hombre no sea capaz de comprenderlo hasta el fondo.

6. Confío esta Jornada Mundial del Enfermo a la protección materna de María, que ha acogido en su seno y ha generado la Sabiduría encarnada, Jesucristo, nuestro Señor.

Oh María, Sede de la Sabiduría, intercede, como Madre nuestra por todos los enfermos y los que se ocupan de ellos. Haz que en el servicio al prójimo que sufre y a través de la misma experiencia del dolor, podamos acoger y hacer crecer en nosotros la verdadera sabiduría del corazón.

Acompaño esta súplica por todos vosotros con la Bendición Apostólica.

Vaticano, 30 de diciembre de 2014

Memorial de San Francisco Javier

Franciscus

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'Asia es una de las grandes fronteras de la Iglesia para Francisco'
El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede hace balance de la actividad del Papa en 2014. Destaca la apuesta del Santo Padre por la cultura del encuentro

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 30 de diciembre de 2014 (Zenit.org) - El padre Federico Lombardi, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, ha hecho balance de la actividad del papa Francisco en 2014. En declaraciones a Radio Vaticano, el padre Lombardi ha valorado los cinco viajes internacionales del Pontífice argentino a Tierra Santa, Corea, Albania, Estrasburgo y Turquía.

En primer lugar, el portavoz del Vaticano ha recordado una de las claves de la visita del Santo Padre a Tierra Santa: “Siempre es un poco volver a las raíces de nuestra fe, las raíces del cristianismo, a los lugares de la Historia de la Salvación, y esto tiene un poder simbólico y espiritual formidable. Recuerdo los momentos en los que el Papa, conmovido, en las orillas del Jordán, en los lugares del bautismo, naturalmente en el Santo Sepulcro, y así sucesivamente. Por lo tanto, son cosas fundamentales para nuestra fe y es justo que el Papa pueda también, en nombre de todos nosotros, regresar a aquellos lugares para recordarnos de dónde venimos, el misterio del encuentro de Cristo con la humanidad”.

También ha destacado la importancia del aspecto ecuménico de alguno de estos viajes: “Tanto la reunión en Jerusalén, como el encuentro luego en Constantinopla con el Patriarca Bartolomé habla de cuán intensa es esta amistad, la relación personal que Francisco ha establecido con el primero de los Patriarcas de la ortodoxia, y cómo esto es un signo de esperanza para nuestro futuro camino ecuménico”.  

Haciendo referencia a las visitas del Pontífice en Asia (a Corea y en las próximas semanas a Sri Lanka y Filipinas), el padre Lombardi ha subrayado cómo este continente constituya una de las grandes fronteras de la Iglesia de nuestro tiempo: “Estos grandes viajes de Francisco hablan de una atención renovada de la Iglesia hacia esta parte importante de la humanidad de hoy y mañana, desde un punto de vista también demográfico, de presencia humana impresionante desde el punto de vista de sus dimensiones y de su dinámica y, para la Iglesia, una tierra sin fronteras de evangelización, de anuncio del Evangelio en situaciones culturales, sociales, políticas, muy diferentes, a menudo muy difíciles. Por lo tanto, es una de las grandes fronteras de la Iglesia de nuestro tiempo, y el Papa Francisco nos la indica con estos entusiastas viajes suyos”.

Además, el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha señalado que, en Europa, “hubo un viaje muy breve a Albania, pero significativo por el hecho de que el Papa quiere partir tal vez más de las periferias para llegar al corazón de un continente”. El viaje en Estrasburgo --ha proseguido-- sigue siendo “un punto de referencia para muchas otras intervenciones” que podrá hacer el Papa en muchas situaciones que tienen que ver con el continente. “Viaje corto pero importante, porque dio --quisiera decir finalmente, tal vez-- la ocasión al Papa de hacer un discurso para Europa, para los países europeos y para el continente, un discurso amplio, articulado, completo de tantas perspectivas, que de alguna manera --para el Papa que viene de fuera de Europa-- era muy esperado. Y ahora sigue siendo un punto de referencia para muchas otras intervenciones que el podrá hacer para determinados pueblos o en muchas situaciones que tienen que ver con nuestro continente”.

En Turquía, y en otras ocasiones, el diálogo interreligioso ha tenido un gran peso: “El Papa es muy consciente también de la situación del Islam en el mundo moderno y trata de encontrar los caminos para una relación constructiva, también en el diálogo, en cuanto sea posible por supuesto, naturalmente evitando los excesos y condenando todos los excesos, como el uso violento de la religión”.

Un pequeño detalle que quisiera recordar de estos viajes es la dimensión del martirio, ha concluido el padre Lombardi: “Tanto en Corea, donde la historia de la Iglesia se caracteriza por el martirio, en Albania, donde el martirio en tiempos recientes, bajo el comunismo ha sido muy fuerte, como en Oriente Medio, donde el martirio es también la realidad actual para los muchos problemas que ocurren allí, el Papa encuentra esta realidad y nos recuerda la importancia de esta dimensión en la vida de la Iglesia de todos los tiempos y también en el nuestro”.

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Mirada al mundo


En el 2014 fueron asesinados 26 agentes pastorales en el mundo
Por sexto año consecutivo, el número más alto de muertes se ha registrado en América. Han fallecido de forma violenta doce sacerdotes, un religioso y un seminarista

Por Redacción

MADRID, 30 de diciembre de 2014 (Zenit.org) - En 2014 han sido asesinados 26 agentes pastorales en el mundo, tres más que el pasado año. Así, han muerto de forma violenta 17 sacerdotes, un religioso, seis religiosas, un seminarista y un laico. Por sexta vez consecutiva, el número más alto de asesinatos se ha registrado en América. En los últimos diez años (2004-2013) han fallecido en el mundo 230 agentes pastorales, de los cuales tres obispos, según los datos recogidos por la Agencia Fides.

Por continentes, este año han sido asesinados en América 14 agentes pastorales (12 sacerdotes, un religioso y un seminarista); en África, siete agentes pastorales (dos sacerdotes y cinco religiosas); en Asia, dos agentes pastorales (un sacerdote y una religiosa); en Oceanía, dos agentes pastorales (un sacerdote y un laico); y en Europa, un sacerdote. 

El informe --difundido este martes por la Agencia Fides-- menciona también a los que han muerto por el virus del Ébola, que se está cobrando miles de víctimas en África occidental, donde las estructuras católicas, y no sólo las sanitarias, se han movilizado desde el primer brote de la epidemia. La familia religiosa de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios ha perdido en Liberia y Sierra Leona cuatro hermanos, una hermana y trece empleados de los hospitales en Monrovia y Lunsar, al haber contraído el virus en su generoso compromiso de cuidar a los enfermos. “Nuestros hermanos han dado su vida por los demás, como Cristo, hasta el punto de morir infectados por esta epidemia”, escribió el Prior General, fray Jesús Etayo. Una suerte similar a la que corrieron las seis religiosas misioneras italianas de las Hermanas Poverelle de Bergamo, que murieron en el Congo en 1995 por haber contraído el virus del Ébola al no dejar a la población sin atención sanitaria. Para ellas, se abrió el proceso de beatificación en 2013. 

Como sucede desde hace algún tiempo, la lista no se refiere sólo a los misioneros ad gentes en sentido estricto, sino a todos los agentes pastorales asesinados de forma violenta. "No se utiliza el término “mártires”, si no en su sentido etimológico de “testigos”, para no entrar en el juicio que la Iglesia podrá dar a algunos de ellos, y también por las pocas noticias que se consigue recoger sobre su vida y las circunstancias de la muerte", explica Fides. 

"Una vez más la mayor parte de los agentes pastorales asesinados en el 2014 ha encontrado la muerte como resultado de intentos de robo o hurto, y en algunos casos agredidos con ferocidad, una señal del clima de decadencia moral, de pobreza económica y cultural, que genera violencia y desprecio por la vida humana", añade.

"Ninguno de ellos ha realizado acciones atroces o gestos increíbles, pero han vivido con perseverancia y humildad su compromiso diario de dar testimonio de Cristo y de su Evangelio en este tipo de situaciones. Algunos fueron asesinados por las mismas personas a las que ayudaban, otros abrieron la puerta a quienes pedían ayuda y fueron atacados, otros fueron asesinados durante un robo, para otros el motivo de los asaltos y secuestros que terminaron trágicamente no esta claro, y tal vez nunca se sepa las verdaderas causas", apunta. 

Por otra parte, en 2014 han sido condenados los mandantes del homicidio del obispo de La Rioja (Argentina), Mons. Enrique Angelelli, 38 años después del asesinato del prelado, que trato de camuflarse con un accidente de coche; también han sido condenados los mandantes y los ejecutores del asesinato de Mons. Luigi Locati, vicario apostólico de Isiolo (Kenia), asesinado en 2005; se ha arrestado además a los responsables de la muerte del rector del Seminario de Bangalore (India), padre Thomas, asesinado en 2013.  

Además, sigue siendo motivo de gran preocupación el destino de otros agentes pastorales secuestrados o desaparecidos, como es el caso de los tres sacerdotes congoleños Agustinos de la Asunción, secuestrados en Kivu del Norte, en la República Democrática del Congo en octubre de 2012, del jesuita italiano Paolo Dall'Oglio, secuestrado en Siria en 2013, o del padre Alexis Prem Kumar, que fue secuestrado el pasado 2 de junio en Herat, Afganistán.

El 24 de mayo, fueron beatificados el misionero del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras (PIME), padre Mario Vergara, y el catequista laico Isidoro Ngei Ko Lat, asesinados por odio a la fe en Birmania, en 1950. “Que su heroica fidelidad a Cristo pueda ser estímulo y ejemplo para los misioneros y especialmente los catequistas que en las tierras de misión desempeñan una labor apostólica valiosa e irreemplazable”, dijo el papa Francisco. 

A la lista provisional elaborada anualmente por la Agencia Fides, "hay que añadir siempre el largo elenco de muchos, de los cuales tal vez nunca se tendrá noticia o de quienes no se sabe el nombre, que en todos los rincones del planeta sufren y pagan con la vida su fe en Jesucristo", concluye el informe.

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Lanzan una nueva App para enseñar a rezar a los niños de 3 a 8 años
'Hola Jesús!' contiene historias de santos, parábolas cantadas, cuentos y oraciones sencillas, entre otros materiales. Su desarrollador es el sacerdote español José Pedro Manglano

Por Redacción

MADRID, 30 de diciembre de 2014 (Zenit.org) - El sacerdote español José Pedro Manglano ha lanzado la aplicación para dispositivos móviles "Hola Jesús! Rezar con los niños", que permite a los padres y educadores enseñar a orar a los más pequeños de una manera diferente, dinámica e interactiva a través de un contenido variado y atractivo

La nueva App supone un recurso catequético muy útil para chicos y chicas de 3 a 8 años, informa la página web del desarrollador. Contiene historias de santos, parábolas cantadas, pasajes del Evangelio, reflexiones de niños para los propios niños, cuentos, oraciones sencillas y una galería de imágenes, entre otros materiales. Ya está disponible para los sistemas operativos IOS de Apple y Android, y se irá actualizando y renovando continuamente en contenido y forma. 

Manglano es uno de los escritores de espiritualidad más importantes de España. Autor de numerosos 'best seller', en la actualidad dirige la colección Planeta Testimonio. Desde hace muchos años, el conocido sacerdote ha trabajado intensamente para facilitar la oración a la gente joven haciendo asequibles y cercanas las prácticas de piedad. También es autor de la aplicación "Rezar en el metro", que lleva más de un millón de descargas, y de otras App como "iNavidad", "iMisa", "iPasión", e "iMaria".

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'El padre Jorge Loring fue un predicador incansable'
Crónica de la Santa Misa, en el primer aniversario del fallecimiento del conocido sacerdote jesuita. Autor de 'Para Salvarte', con más de un millón de ejemplares vendidos en 73 ediciones

Por Redacción

MADRID, 30 de diciembre de 2014 (Zenit.org) - Por su interés publicamos la crónica de la Misa en el primer aniversario del fallecimiento del padre Jorge Loring, SJ, celebrada el pasado 26 de diciembre en la iglesia de Santiago Apóstol de Cádiz (España). Su autor es el director espiritual del seminario de Cádiz-Ceuta, el sacerdote y periodista argentino José Antonio Medina Pellegrini. 

El padre Jorge Loring, un predicador incansable

Por el Pbro. Lic. José Antonio Medina Pellegrini*

La Iglesia de Santiago Apóstol en Cádiz se halla en la misma plaza de la Catedral y es parte de una de las postales más conocidas de la trimilenaria ciudad gaditana. Edificada en 1567 fue hasta el 2007 templo conventual de los padres jesuitas. En su interior se encuentran bellísimos retablos barrocos del siglo XVII, siendo el más destacado el Retablo Mayor obra de Alejandro Saavedra.

Este templo es testigo de una historia privilegiada: allí ejerció su ministerio el legendario padre Jorge Loring, SJ. Llegó a ella en 1957, un año después hizo allí sus votos definitivos en la Compañía de Jesús, allí tuvo durante 57 años su confesionario, y un día de 2006 lo vio lucir orgulloso su título de “Hijo adoptivo de Cádiz”. Y fue en ella donde el 11 de enero de 2014, el Obispo de Cádiz y Ceuta, Don Rafael Zornoza Boy, presidió el Solemne Funeral, según la última voluntad del padre Loring, ya que no podría haberse rezado en otro templo, sino en su Iglesia de Santiago Apóstol.

El pasado viernes 26 de diciembre se celebró la Santa Misa en sufragio por su alma, celebrada en la Iglesia Santiago Apóstol de la ciudad de Cádiz, España, al cumplirse un año de su fallecimiento (25 de diciembre de 2013). La Misa fue presidida por el Rvdo. P. Fernando Marrero, SJ, Superior de las Comunidad de Jesuitas del Puerto de Santa María, concelebrando el Rvdo. P. José Alberto Heredero, SJ, y el Pbro. José Antonio Medina Pellegrini, quien tuvo a su cargo la homilía de la misma.

Un nutrido grupo de sus más cercanos colaboradores y amigos estuvieron presentes en la Santa Misa dando a la celebración una agradecida presencia por tanto bien que recibieron del ministerio sacerdotal del recordado jesuita.

Texto completo de la homilía:

Queridos hermanos: como lo hicimos en varias oportunidades los 25 de mes, en esta Iglesia de Santiago Apóstol de Cádiz, nos volvemos a encontrar para elevar a Dios nuestra plegaria agradecida en la Santa Misa en sufragio por el alma de nuestro querido padre Jorge Loring, al haberse cumplido ayer, día de la Natividad del Señor, un año de su fallecimiento.

Solía comentar las razones en las que fundamentó su vocación con estas palabras: “La felicidad del hombre está en servir al prójimo. Si yo me pongo al frente de la fábrica de mi padre podré dar trabajo a varios centenares de familias. Pero si me hago jesuita ayudaré a salvar almas, lo cual es muchísimo mejor. Lo más grande que puedo hacer en la vida es colaborar con Cristo a la salvación de las almas”.

Esta certeza le acompañó siempre y la expresó fuerte y vibrante diciendo: “Yo pego voces pero es Dios quien toca los corazones”. En el recordatorio de su Misa por sus 50 años de sacerdote el 15 de julio de 2004, escribió: “Jesucristo me ha ungido sacerdote para repartir Su Cuerpo, Su Palabra y Su Perdón”.

Hace un año, en el día de la Natividad del Señor, entregaba su alma al Padre Eterno, luego de haber gastado y desgastado su vida por la predicación del Evangelio. Así fue él, un apasionado por Jesucristo, porque tuvo un corazón enamorado, vivo y despierto, donde no había lugar para la apatía o la abulia, sino exclusiva y excluyentemente la entrega total, generosa y de buen grado a quien tanto amó y en Él a sus hermanos. Tuvo la radicalidad que debe darse en el corazón de todo discípulo del Señor, pues al Dios que ha sido absolutamente generoso y misericordioso al darle a su propio Hijo, y hacerlo su sacerdote, no pudo ni quiso corresponder mezquinamente, a medias tintas.

Su hermano Jaime Loring, también jesuita, subrayó esta faceta principal en la homilía de su funeral: “Jorge ha sido un predicador incansable por todas partes. No paraba de comunicarse, superándose, incorporando las nuevas tecnologías e Internet. Me decía: ‘Tengo 600 correos por contestar’. Y los contestaba a todos. Tenía pasión por comunicar la fe”.

Aquí mismo, en ésta su Iglesia de Santiago Apóstol, -en la ciudad que fue su lugar en el mundo y que le hizo su “hijo adoptivo” porque le había reconocido como su padre- el Obispo de Cádiz y Ceuta, Don Rafael Zornoza Boy, en el funeral que presidió, nos reveló su gran secreto: “El secreto del padre Loring no hay que profundizar mucho para descubrirlo, porque está muy a la vista. El secreto es que ha sido un hombre de Dios. Yo diría era un perfecto jesuita, inspirado en san Ignacio de Loyola y en la misma historia evangelizadora de la Compañía de Jesús. Con la experiencia hecha vida, interiorizada, saboreada, gustada interiormente de quien busca en todas las cosas la mayor gloria de Dios: ‘Ad maiorem Dei gloriam’.”

El padre Fernando Marrero, SJ, su último superior, nos decía al término del funeral: “En esta Iglesia se lo despide, aunque las personas se mueren cuando nadie las recuerda, y yo creo que entonces, esto es imposible, el padre Loring no se va a morir nunca, no!”

¡EL HOMBRE QUE NUNCA VA A MORIR! Creo, y estoy convencido, que con el paso de los meses esta tierna expresión de un hermano en la fe se ha ido convirtiendo en una CERTERA PROFECÍA. Y la voy a certificar con una sola historia, porque el tiempo no permite más. Carlos Díaz Rodríguez, mexicano, bloguero del portal católico en español más visitado “Religión en Libertad”, expresaba el pasado 10 de octubre en su blog “¡Duc in altum!”:

He aquí una anécdota de cómo el P. Loring, desde el cielo, continúa ampliando los horizontes y acercando la fe a las personas. Tenía que hablarle a un grupo de jóvenes en un lapso de 40 a 50 minutos. ¡Todo un reto para los que trabajamos en esta “frontera”! Entonces, decidí dar mi tema y regalarle al P. Loring diez minutos, proyectando uno de sus famosos videos sobre el ateísmo. Los jóvenes de unos 16-17 años, estaban impactados en el buen sentido. Ver a aquel jesuita “danzar” por el escenario con esa voz sarcástica y convincente, les llamó poderosamente la atención. Al terminar, hicimos una lluvia de ideas y todos demostraron haber entendido perfectamente algo tan profundo que les fue explicado en pocos minutos. Ciertamente, el P. Loring ya se fue. ¿Qué significa esto? Simple y sencillamente, que ahora nos toca tomar la estafeta y seguir adelante para dar “razones de nuestra esperanza” (1 Pe 3,15).”

En estos días he tratado de encontrar un versículo de las Sagradas Escrituras que defina su actitud de vida desde sus comienzos vocacionales hasta su último aliento, y creo que puede ser el siguiente, es de II Timoteo, 4, 7:“He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe”. FIDELIDAD: ésta es la palabra que le define y marca la impronta de su santidad sacerdotal. Decía el padre Loring en una entrevista en el 2011: “Me ordené a los 33 años, he cumplido los 90 y no me he arrepentido ni un minuto. Elegí bien. Si volviera a nacer elegiría lo mismo”.

Quiero terminar contándoles un secreto. Cuando le conocí aquí en esta Iglesia un día le propuse grabarle una entrevista para el día de mañana, como una especie de testamento espiritual. Me la concedió. Está inédita y verá la luz siendo el epílogo de un libro que se llamará “Padre Jorge Loring: el hombre que nunca va a morir” y que editará su buen amigo, e hijo espiritual, D. Álex Rosal.

La última pregunta de la entrevista fue esta: ¿Cómo le gustaría que lo recuerden el día de mañana? A lo que me contestó: “Como evangelizador, que es lo que quiero ser, para eso me he hecho jesuita para evangelizar, sí que digan que he sido un buen evangelizador. Pues sí, eso es lo que me interesa, lo único que deseo es servir a Dios, ganarle almas, salvar almas para eso me hecho yo sacerdote, salvar almas, es decir evangelizar, hacerlo bien, hacerlo lo mejor que pueda, evangelizar, con eso me basta. Si quedo en el recuerdo de las personas como un buen evangelizador me contento, no deseo otra cosa”.

Padre Jorge, lo has logrado, descansa en paz, como el servidor bueno y fiel. Amén.

*Director espiritual del Seminario San Bartolomé

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Espiritualidad


San Juan Francisco de Regis - 31 de diciembre
«Este ardiente defensor de la fe frente a la herejía calvinista, piadoso desde la cuna, fue modelo para el Cura de Ars; acudió a su tumba creyendo que le ayudaría, y partió seguro de que por encima de sus limitaciones sería sacerdote»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 30 de diciembre de 2014 (Zenit.org) - Este patrón de los jesuitas de la Provincia de Francia nació en Fontcouverte, Languedoc, el 31 de enero de 1597 en una acaudalada familia de terratenientes con árbol genealógico de noble ascendencia. El pequeño creció con tales muestras de piedad que por sus cualidades parecía santo ya desde la cuna. Era dócil, amable, servicial, atento, extremadamente sensible ante cualquier pequeña falta que pudiera afligir a sus padres... ¡Un encanto de criatura! Se sentía inclinado a frecuentar la iglesia y rezaba con visible devoción las oraciones que había aprendido.

Hacia 1610 le enviaron a estudiar con los jesuitas de Béziers. Dejó una honda impresión en quienes le rodeaban por sus gestos de virtud y sus cualidades naturales. Entre otras muchas, poseía sencillez, humildad, fidelidad y sentido del humor. Sus compañeros, seguramente fascinados por su rica personalidad, no se separaban de él y compartían las inquietudes de la edad. Lejos de atraerle lo mundano, se centrbaba en el estudio y la oración. En una ocasión participó en una cacería, hecho inusual en una vida, como la suya, trazada por el ejercicio estricto de la virtud.

En 1616 ingresó en el noviciado jesuita de Toulouse dando pruebas de su celo, fervor y caridad, como había hecho siempre. Se formó en retórica en Cahors y estudió filosofía en Tournon. Fue profesor de gramática en Billom, Puy-en-Velay y en Auch, iniciando su predicación en lugares circundantes. Su anhelo era ser sacerdote para dedicarse enteramente a los demás. Y en 1628 comenzó los estudios teológicos mientras se entregaba a la oración con vehemencia. Tanto le urgía recibir el sacramento del orden que los años de estudio requeridos para ello le parecían un mundo, y convenció a sus superiores para que los acortaran. El testimonio que les había ofrecido con su virtud fue su carta de presentación, y en junio de 1631 ofició su primera misa. En cambio, no pudo emitir la profesión solemne porque no había completado su formación. Cuando la epidemia de peste asoló la región de Toulouse, auxilió a los enfermos con ejemplar caridad. Pero su sueño eran las misiones: «Mi vida ¿para qué es sino para sacrificarla por las almas? ¿Cómo podría probar yo mi amor a Dios, si no ofrezco lo que más se estima en este mundo, la salud y la vida? No me sería grata la vida si no tuviere algo que perder por Jesucristo. Siento un deseo vivísimo de ir a las misiones de los iroqueses y ofrecer mi vida por la salvación de aquellos salvajes».

Ofreció a Dios su frustrado anhelo de evangelizar el Canadá francés, y se centró en la predicación en su país, como le indicaron sus superiores; llovían las bendiciones. Con cierta rudeza en su expresión verbal, y una hondura verdaderamente inspirada, puso en marcha misiones rurales y las llevó a todos los rincones. Cuando alguien cercano le acusó de predicar toscamente, el superior replicó: «Ojalá quisiera Dios que todos los misioneros predicaran con toda unción como este sacerdote. El dedo de Dios está aquí. Si yo viviera en esta región, no me perdería ni un solo sermón de este padre». Sus palabras vibrantes, sencillas, carismáticas, penetraban en el auditorio. Quienes le escuchaban, tanto en el púlpito como en el confesionario al que dedicaba muchas horas, quedaban impregnados de su fe y caridad. «Padre ¿cómo no me voy a convertir a la fe cristiana si usted me lo pide con tanta gracia?», decía un penitente. Los que humanamente fueron encumbrados a la fama siendo considerados como grandes predicadores no tenían nada que hacer a su lado.

Alguien dijo del padre Regis «que no tenía más que a Dios dentro de su alma, a Dios en la boca y a Dios delante de sus ojos». El secreto era sus intensas horas de oración (apenas dormía dos o tres horas en el suelo), su ferviente amor a la Eucaristía, que recibía a diario en una época en la que no era usual, y su tierna devoción por María. Desde que inició la vida apostólica se impuso un rígido ayuno, y no se desprendía de su cilicio. Fue agraciado con el don de milagros y el de penetración de espíritus, entre otros carismas. Muchas veces caía extático. Su corazón inflamado de amor le hacía exclamar: «¡Oh Dios mío, oh amor mío y delicias de mi corazón! ¡Es posible que yo no os pueda amar todo lo que Vos merecéis ser amado, y todo lo que yo deseo amaros!». Las conversiones brotaban a su paso, aunque por su celo apostólico muchas veces fue maltratado física y verbalmente por gentes de mal vivir que él lograba conmover con su paciencia y dulzura. Nadie, menos aún quien tuviera un mínimo ápice de sensibilidad, podía pasar por su lado sin sentirse poderosamente llamado a vivir la santidad. Por algo había sido elegido para hacer frente a la herejía protestante, que combatió con verbo encendido, muchas veces portando en sus manos el crucifijo con el que derrocaba también las aviesas intenciones de bravucones soldados empecinados en atacar a la Iglesia.

Pasó por duras pruebas de diversa índole, algunas provenientes de ciertos superiores, y las acogió con verdadera mansedumbre. «Sufrir por Jesucristo es el único consuelo que hallo en este mundo. Señor, dame fuerzas para poder sufrir más y más por tu amor», suplicaba.Murió el 30 de diciembre de 1640. Clemente XI lo beatificó el 18 de mayo de 1716. Y Clemente XII lo canonizó el 5 de abril de 1737. Cuando el santo Cura de Ars visitó su tumba en 1804, aún consciente de sus limitaciones, tuvo la certeza de que sería sacerdote. Y a punto de morir, manifestó: «todo lo bueno que he hecho se lo debo a él».

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Evaluación de fin de año
Reflexiones del obispo de San Cristóbal de Las Casas, Mons. Felipe Arizmendi Esquivel

Por Felipe Arizmendi Esquivel

SAN CRISTóBAL DE LAS CASAS, 30 de diciembre de 2014 (Zenit.org) - VER

Al concluir el año 2014, hay varios motivos para celebrar:

Hemos logrado ordenar nuevos diáconos permanentes, después de varios diálogos con los colaboradores del Papa en Roma y con obispos mexicanos.

Han aumentado las vocaciones sacerdotales, pues empezamos el curso con 69 alumnos:12 en el Seminario Menor, 10 en el Curso Introductorio,25 en Filosofía y 22 en Teología. De ellos, 39 son indígenas.

Realizamos un Congreso Pastoral sobre el cuidado de la madre tierra, para asumir la responsabilidad de cuidar esta obra de Dios.

Hay más participación de fieles en las Misas y ha aumentado el recurso al sacramento de la confesión.

Más jóvenes se integran a grupos parroquiales, coros y servicios pastorales. Esto es muy importante, dado el cambio cultural que están viviendo, con peligro de perder sus raíces y su fe cristiana.

Dedicamos una asamblea diocesana a la pastoral de la familia, pues su realidad está muy deteriorada.

Empezamos la actualización de nuestro Plan Diocesano de Pastoral, después de diez años de vigencia del anterior.

Sin embargo, también hay motivos para lamentar:

Persisten las divisiones en muchas comunidades, por motivos políticos, sociales, culturales, económicos, y hasta religiosos. Son muy pocos los casos de intolerancia religiosa con otras confesiones cristianas. Lo más doloroso es que haya divisiones entre los mismos católicos, por los diferentes modelos de Iglesia. En vez de aceptar la pluralidad, se quiere imponer la uniformidad, que es contraria a la diversidad que genera el Espíritu.

Aunque hay avances de nuestro Estado en infraestructura, educación, salud y combate a la pobreza extrema, persisten graves situaciones de marginación, miseria y falta de oportunidades. El campo no rinde lo suficiente y las plagas han atacado gravemente al café. Muchos siguen saliendo a otros lugares a buscar trabajo.

Han empezado las campañas preelectorales y se destinan muchos recursos a la propaganda, a regalar y prometer muchas cosas, sólo por el interés de lograr el voto mayoritario. Hay luchas internas en los partidos por obtener una nominación, en vez de trabajar juntos por el bien de la comunidad.

El paso de migrantes centroamericanos por Chiapas no se detiene, y persisten graves violaciones a sus derechos humanos.

La violencia social se ha desbordado. Se bloquean carreteras, se destruyen tiendas y centros comerciales, se pintarrajean casas y monumentos culturales, se lanzan ofensas y amenazas por todas partes. Ya no importa quien la deba, sino quien la pague. Con esto, se afecta gravemente el turismo, que es fuente de vida no sólo para empresarios, sino también para muchos pobres. Es lo que ha pasado en Guerrero, Oaxaca, Michoacán. No deseamos este escenario para Chiapas, pues para nuestro pueblo el turismo es esencial para su sobrevivencia y progreso.

PENSAR

El año pasado, dijo el Papa Francisco: “En nuestra historia personal se alternan momentos luminosos y oscuros, luces y sombras. Si amamos a Dios y a los hermanos, caminamos en la luz; pero si nuestro corazón se cierra, si prevalecen el orgullo, la mentira, la búsqueda del propio interés, entonces las tinieblas nos rodean por dentro y por fuera. «Quien aborrece a su hermano –escribe el apóstol San Juan– está en las tinieblas, camina en las tinieblas, no sabe adónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos» (1 Jn 2,11).

La gracia que ha aparecido en el mundo es Jesús, nacido de María Virgen, Dios y hombre verdadero. Ha venido a nuestra historia, ha compartido nuestro camino. Ha venido para librarnos de las tinieblas y darnos la luz. En Él ha aparecido la gracia, la misericordia, la ternura del Padre: Jesús es el Amor hecho carne. No es solamente un maestro de sabiduría, no es un ideal al que tendemos y del que nos sabemos por fuerza distantes; es el sentido de la vida y de la historia, que ha puesto su tienda entre nosotros” (24-XII-2013).

ACTUAR

Tomémonos de la mano de Jesús. En El encontramos el camino, la verdad y la vida, para que este Año sea Nuevo en verdad. Su Palabra y su presencia sacramental son fuentes de amor y paz.

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