México: acusan al grupo de coaching “Vivir” de someter a sus miembros a condiciones inhumanas

Habitantes de Huauchinango (Puebla, México) alertaron sobre el reclutamiento de personas, principalmente jóvenes, por parte de una secta denominada “Vivir”, con supuesta sede en la ciudad de Puebla, y que utiliza técnicas de entrenamiento coercitivo para quebrar la voluntad de la gente, alejarla de sus familias y amigos y someterlos, según informa E-Consulta, en un artículo de Leticia Ánimas Vargas.

Familiares de uno de los asistentes que abandonó el “curso de superación personal para proyectar amor”, y que pidieron su derecho al anonimato por temor a represalias, indicaron que las maratónicas sesiones se realizan en el salón social Eriyess, ubicado en la colonia El Paraíso de esta cabecera municipal, en horarios poco habituales.

“Por ejemplo, a las sesiones de Conciencia I asistieron 42 personas, de las que sólo 36 se graduaron hace 20 días: jueves y viernes de 2 de la tarde a 2 de la madrugada y de 11 de la mañana a 3 de la madrugada. Sin hablar entre los participantes, sin debatir, sin hablar de política, ni de religión”, explicaron.

Agregó que del 11 al 14 de diciembre, con horarios de 11 de la mañana a 4 o 5 de la madrugada del día siguiente, no se les permitió dormir porque se les dio el segundo módulo: Transformación I. Lo iniciaron con insultos de los entrenadores que sólo se presentaron ante ellos como Martín y José, quienes les dijeron groserías que iban de puto para arriba. Les hicieron quitarse la ropa. Les decían que no valen nada y los invitaban (a) entregar su voluntad con frases como: “no razones, déjate llevar”.

Técnicas de proselitismo y entrenamiento

Los participantes deben haber sido reclutados por alguna persona que haya hecho la experiencia, por ejemplo, en el caso de su pariente fue una profesora de la escuela Secundaria Niños Héroes de Chapultepec quien lo invitó. Además deben firmar una especie de contrato en la que manifiestan que aceptan estar “encerrados bajo llave, que están bien de salud y, en el caso de las mujeres, que no se encuentran embarazadas”.

De acuerdo con quien abandonó el curso, la última noche de este módulo los hicieron beber agua por lo que especula que podría tener alguna sustancia porque a partir de ese momento se sintió “en las nubes, con cansancio extremo, como fuera de la realidad”. A pesar de ello afirmó que recibió una promesa: si resistes, es que vas a cumplir todos tus sueños y ellos saben exactamente por dónde llegarte, porque en la primera sesión te hacen que escribas tu vida, tu relación con tus padres, etc.”.

Cada sesión tiene un costo, la primera de 2.500 pesos, aunque con beca del 50 por ciento, la segunda costó 1.250 pesos y la tercera costará 4.000 pesos, aunque les dijeron que podrían pagarla en abonos de mil pesos con la condición de llevar más asistentes. “En esta última fase dijeron que nos llevarían a otro lugar, pero nunca especificaron a dónde. Cada vez son más los jóvenes de 22 años que están enrolando con la oferta de que serán muy ricos y que tendrán dinero fácil y pues no les dicen cómo”, explicó.

“Además nos pidieron no comentar nada con nuestra familia e incluso nos invitaron a dejarlos si ellos no comprendían nuestras actividades. Ellos saben exactamente qué ofrecernos porque previamente les entregamos toda nuestra información”, señaló.

Afectan a personas influenciables

De acuerdo con la psicóloga Yolanda Muñoz, este tipo de cursos, sus horarios y dinámicas, tienen la intención de reducir la capacidad de discernimiento y de pensamiento crítico de los asistentes por lo que funcionan muy bien con personas que son altamente influenciables, que no forman parte de ningún grupo y que sienten grandes deseos de sentirse realizados.

También es común que con estas técnicas de choque se rompa la estabilidad emocional de las personas para moldear sus reacciones de la manera en que lo necesitan los entrenadores. “Algunos caen en depresión, otros intentan suicidarse o se suicidan. Se han registrado divorcios y separación de amistades”, expresó.

A cada participante, dijo, le inventan un mundo artificial para sacar ventaja de su bolsillo y tenerlo atrapado. Y cuando las cosas no funcionan como les dijeron, las personas entran en crisis severas con brotes sicóticos y distorsión de la realidad.

Rechazan ser una secta

En otra nota firmada por Leticia Ánimas Vargas y publicada en el medio Municipios, leemos que, aunque aceptaron que la agrupación “Vivir” utiliza técnicas de entrenamiento coercitivo en los cursos de superación que ofrece, algunas personas indicaron que sí les fueron de utilidad y rechazaron que se trate de una secta. “Es una asociación civil”, precisaron.

Tras la publicación de una nota en la que vecinos de Huauchinango alertaban sobre la presunta cooptación de jóvenes por parte de una “secta” que les ofrece “cumplir sus sueños” pero que utilizaría técnicas de choque y confrontación para “quebrar la voluntad de la gente, alejarla de sus familias y amigos, y someterlos”, miembros de la asociación reclamaron su derecho de réplica que se comprometieron a entregar por escrito, pero a la fecha esto no ha acontecido.

Aclararon, sin acreditarlo legalmente, que son una asociación civil, que las técnicas que usan son denominadas “coaching inteligente” y aseguraron tener una oficina en el local E de la Plaza San Juan en el centro de esta ciudad, lugar a donde acudió este medio y se encontró con un local cerrado en donde hay algunos estantes con papelería. Pero la conserje del lugar dijo desconocer si se trataba del despacho de la presunta asociación y ninguna otra persona pudo dar informes al respecto.

Los directivos de “Vivir” también entregaron a este medio de comunicación un listado de nombres y teléfonos de personas que supuestamente habrían tomado los “cursos” que ofertan y que estarían dispuestas a hablar sobre sus experiencias.

Fueron varios los intentos que hicimos por contactar a algunos de los enlistados. Unos declinaron dar una entrevista sobre el asunto y sólo dos aceptaron conversar al respecto pero solicitando que su nombre permanezca en el anonimato, uno dijo no haber concluido el “entrenamiento”, mientras otro aseguró, incluso, haber sido instructor.

Confirman las técnicas agresivas

Por separado, los entrevistados admitieron que mucho de lo denunciado por quienes lanzaron la alerta “es verdad”. Por ejemplo que en la segunda fase del entrenamiento las personas son insultadas, se les encierra y se les impide dormir, pero justificaron que se usan esas técnicas para “propiciar que cada uno luche por sí mismo y haga un análisis de lo que ha hecho de su vida y por qué atraviesa por situaciones negativas. Para eso se usa la confrontación”.

Uno de ellos rechazó que se les obligue a quitarse la ropa hasta quedar en paños menores, como denunciaron los que abandonaron al grupo, pero dijo que tal vez dependa de quién sea el instructor, pero aceptaron que deben manejarse con confidencialidad ante sus familias y amigos sobre lo que viven en el “entrenamiento”.

Comentaron que durante la primera sesión se les pide que escriban su vida, que hablen de sus relaciones familiares, de su relación con sus padres. “Estos documentos deben destruirse al final del curso”, pero dijeron que no pueden asegurar que esto se haga de esta manera.

Esas  historias de vida, señalaron, permiten a los instructores determinar si una persona es apta para los entrenamientos o cursos de superación personal. “El alumno cuando entra al curso te va soltando mucha información, como por ejemplo si alguien es o ha sido víctima o testigo de violencia intrafamiliar o si sufrió o sufre de agresiones sexuales. A veces uno cree que ese tipo de situaciones sólo las viven personas que habitan las comunidades, pero de pronto te das cuenta de que quien tú menos te puedas imaginar tiene ese tipo de problemática”.

También quienes han vivido en una situación de endogamia, añadieron, y algunos pueden salir adelante de este tipo de vivencias, “más o menos por ahí va el rollo. Pero en definitiva sí son técnicas de confrontación”. Así mismo confirmaron los costos de los entrenamientos que ascienden a 9.000 pesos (algo más de 500 euros) por persona y la obligación de enrolar a otros.

Los rastros

Por otra parte, fuentes de la Policía del Estado revelaron que este tipo de grupos ha estado actuando en diversos municipios del estado, como Cholula, Atlixco, Tehuacán y que el común denominador es que buscan adeptos entre personas con “cierta solvencia moral en la comunidad y también con solvencia económica, a las que muchos han renunciado luego de enrolarse en estas organizaciones”. Además indicaron que se presentan con distintas denominaciones como “Latin American Training”, “Vivir”, “Live Puebla”, “Live Training Puebla”, entre otros.

El coaching coercitivo, coaching ontológico o coaching de vida –que son los nombres con los que suele llamarse a estos entrenamientos– nació en Texas en 1962 y fue liderado por el pastor protestante de origen británico Alexander Everett. En México fueron introducidos por el argentino Gabriel Nossovitch a través del grupo MexWorks.