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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 01 de febrero de 2015

La frase del día - 1 de febrero

"Sólo el amor es creador". (San Maximiliano Kolbe)

 


El papa Francisco

El Papa en el ángelus: '¡El Evangelio es capaz de cambiar a las personas!'
Texto completo. Francisco anuncia que el 6 de junio viajará a Sarajevo, en Bosnia y Herzegovina. Recuerda que hoy se celebra en Italia la Jornada por la Vida

Francisco insta al nuevo jefe de Estado italiano a promover la concordia
El Papa envió un telegrama de felicitación al presidente Sergio Mattarella. Tras la renuncia de Giorgio Napolitano, el jurista fue elegido este sábado por el Parlamento de la República Italiana

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Sólo en Estados Unidos ya ha recaudado 40 millones de dólares desde su estreno

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Espiritualidad

La fiesta de la Candelaria
'Palabra y Vida' del arzobispo de Barcelona

Qué me dicen Jesús
Catequesis para toda la familia

San Jean-Théophane Vénard - 2 de febrero
«Théophane aprendió a sublimar lo ordinario para convertirlo en extraordinario. Fue por ello un referente inequívoco para Teresa de Lisieux. Ella vio en el joven una persona sin aparente brillantez que, sin embargo, conquistó la santidad»


El papa Francisco


El Papa en el ángelus: '¡El Evangelio es capaz de cambiar a las personas!'
Texto completo. Francisco anuncia que el 6 de junio viajará a Sarajevo, en Bosnia y Herzegovina. Recuerda que hoy se celebra en Italia la Jornada por la Vida

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 01 de febrero de 2015 (Zenit.org) - Como cada domingo, el papa Francisco rezó la oración del ángelus desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico, ante una multitud que le atendía en la Plaza de San Pedro.

Dirigiéndose a los fieles y peregrinos venidos de todo el mundo, que le acogieron con un largo y caluroso aplauso, el Pontífice argentino les dijo:

"Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El pasaje evangélico de este domingo (cfr. Mc 1, 21-28) presenta a Jesús que, con su pequeña comunidad de discípulos, entra en Cafarnaún, la ciudad en la que vivía Pedro y que en aquellos tiempos era la más grande de Galilea. Y Él entra en aquella ciudad.

El evangelista Marcos relata que Jesús, siendo aquel día un sábado, fue inmediatamente a la sinagoga y se puso a enseñar (cfr. v. 21). Esto hace pensar en la primacía de la Palabra de Dios, Palabra que hay que escuchar, Palabra que hay que acoger, Palabra que hay que anunciar. Al llegar a Cafarnaún, Jesús no posterga el anuncio del Evangelio, no piensa primero en la disposición logística, ciertamente necesaria, de su pequeña comunidad, no se detiene en la organización. Su preocupación principal es la de comunicar la Palabra de Dios con la fuerza del Espíritu Santo. Y la gente en la sinagoga permanece asombrada, porque Jesús "les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas" (v. 22).

¿Qué significa "con autoridad"? Quiere decir que en las palabras humanas de Jesús se sentía toda la fuerza de la Palabra de Dios, se sentía la misma autoridad de Dios, inspirador de las Sagradas Escrituras. Y una de las características de la Palabra de Dios es que realiza lo que dice. Porque la Palabra de Dios corresponde a su voluntad. En cambio, nosotros con frecuencia pronunciamos palabras vacías, sin raíz, o palabras superfluas, palabras que no corresponden a la verdad. En cambio la Palabra de Dios corresponde a la verdad, está unida a su voluntad y hace lo que dice. En efecto, Jesús, después de haber predicado, demuestra inmediatamente su autoridad liberando a un hombre, presente en la sinagoga, que estaba poseído por el demonio (cfr. Mc 1, 23-26).

Precisamente la autoridad divina de Cristo había suscitado la reacción de satanás, escondido en aquel hombre; Jesús, a su vez, reconoció inmediatamente la voz del maligno y "ordenó severamente: ¡Cállate y sal de este hombre!" (v. 25). Sólo con la fuerza de su palabra, Jesús libera a la persona del maligno. Y una vez más los presentes permanecen asombrados: "Pero este hombre, ¿de dónde viene? Da órdenes a los espíritus impuros, ¡y estos le obedecen!" (v. 27). La Palabra de Dios provoca asombro en nosotros. Tiene esa fuerza: nos asombra, bien.

El Evangelio es palabra de vida: no oprime a las personas, al contrario, libera a cuantos son esclavos de tantos espíritus malvados de este mundo: tanto el espíritu de la vanidad, el apego al dinero, el orgullo, la sensualidad… El Evangelio cambia el corazón, El Evangelio cambia el corazón, cambia la vida, transforma las inclinaciones al mal en propósitos de bien. ¡El Evangelio es capaz de cambiar a las personas! Por tanto, es deber de los cristianos difundir por doquier su fuerza redentora, llegando a ser misioneros y heraldos de la Palabra de Dios.

Nos lo sugiere también el mismo pasaje de hoy que concluye con una apertura misionera y dice así: "Su fama --la fama de Jesús-- se extendió inmediatamentee por todas partes, en los alrededores de Galilea" (v. 28). La nueva doctrina que Jesús enseña con autoridad es la que la Iglesia lleva al mundo, junto con los signos eficaces de su presencia: la enseñanza competente y la acción liberadora del Hijo de Dios se transforman en las palabras de salvación y los gestos de amor de la Iglesia misionera.

¡Acordaos siempre que el Evangelio tiene la fuerza de cambiar la vida! No os olvidéis de esto. Él es la Buena Nueva, que nos transforma sólo cuando nos dejamos transformar por ella. Por eso os pido siempre que tengáis un contacto cotidiano con el Evangelio, que leáis cada día un fragmento, un pasaje, que lo meditéis y también que lo llevéis con vosotros a todas partes: en el bolsillo, en el bolso… Es decir, que os alimentéiss cada día de esta fuente inagotable de salvación. ¡No os olvidéis! Leed un pasaje del Evangelio cada día. Es la fuerza que nos cambia, que nos trasforma: cambia la vita, cambia el corazón.

Invoquemos la materna intercesión de la Virgen María, Aquella que ha acogido la Palabra y la ha generado para el mundo, para todos los hombres. Que Ella nos enseñe a ser oyentes asiduos y anunciadores competentes del Evangelio de Jesús". 

Al término de estas palabras, el Santo Padre rezó la oración del ángelus:

Angelus Domini nuntiavit Mariae...

Al concluir la plegaria, el Pontífice anunció un nuevo viaje apostólico a Bosnia y Herzegovina:

"Queridos hermanos y hermanas,

deseo anunciar que el sábado 6 de junio, si Dios quiere, voy a ir a Sarajevo, capital de Bosnia y Herzegovina. Os pido que desde este momento recéis para que mi visita a esas queridas poblaciones sea un estímulo para los fieles católicos, suscite fermentos de bien y contribuya a la consolidación de la fraternidad y de la paz, del diálogo interreligioso, de la amistad".

A continuación, llegó el turno de los saludos que tradicionalmente realiza el Santo Padre:

"Saludo a los presentes, llegados para participar en el IV Congreso Mundial organizado por Scholas Occurrentes, que se llevará a cabo en el Vaticano del 2 al 5 de febrero, sobre el tema "Responsabilidad de todos en la educación para una cultura del encuentro".

Saludo a las familias, las parroquias, las asociaciones y a todos los que han venido de Italia y de muchas partes del mundo. En particular, a los peregrinos del Líbano y Egipto, los estudiantes de Zafra y Badajoz (España); los fieles de Sassari, Salerno, Verona, Módena, Scano Montiferro y Taranto".

El Obispo de Roma se refirió también a la Jornada por la Vida en Italia:

"Hoy se celebra en Italia la Jornada por la Vida, que tiene como tema "Solidarios para la vida". Dirijo mi aprecio a las asociaciones, a los movimientos y a todos aquellos que defienden la vida humana. Me uno a los obispos italianos para solicitar "un renovado reconocimiento de la persona humana y un cuidado más adecuado de la vida, desde el concebimiento hasta su fin natural" (Mensaje para la 37 Jornada nacional para la Vida).

Cuando nos abrimos a la vida y se sirve a la vida, se experimenta la fuerza revolucionaria del amor y de la ternura (cfr. Evangelii gaudium, 288), inaugurando un nuevo humanismo: el humanismo de la solidaridad, el humanismo de la vida.

Saludo al Cardenal Vicario, a los docentes universitarios de Roma y a cuantos están comprometidos en promover la cultura de la vida".

Como de costumbre, el papa Francisco concluyó su intervención diciendo:

"Os deseo a todos un buen domingo. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!"

(Texto traducido y transcrito del audio por ZENIT)

© Copyright - Libreria Editrice Vaticana

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Francisco insta al nuevo jefe de Estado italiano a promover la concordia
El Papa envió un telegrama de felicitación al presidente Sergio Mattarella. Tras la renuncia de Giorgio Napolitano, el jurista fue elegido este sábado por el Parlamento de la República Italiana

Por Redacción

ROMA, 01 de febrero de 2015 (Zenit.org) - El papa Francisco envió un telegrama de felicitación al nuevo presidente de la República Italiana, elegido este sábado, el jurista Sergio Mattarella, al que instó a promover la unidad y la concordia. "Deseo que pueda ejercitar su alto cargo especialmente al servicio de la unidad y la concordia del país", reza el mensaje difundido ayer por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

En su misiva, el Santo Padre invocó para Mattarella, de 73 años, "la constante asistencia divina para una iluminada y eficaz acción de promoción del bien común inspirado en los auténticos valores humanos y cristianos que constituyen el admirable patrimonio del pueblo italiano".

El telegrama del Pontífice argentino concluye con la bendición apostólica para el nuevo jefe de Estado y toda la nación italiana.

El Parlamento italiano designó a Sergio Mattarella, magistrado del Tribunal Constitucional y ministro en distintas carteras con los gobiernos de Giulio Andreotti y Massimo D'Alema, como decimosegundo presidente de la República con 665 votos a favor, tras la renuncia de Giorgio Napolitano, quien dimitió el 14 de enero por "las limitaciones y las dificultades" derivadas de su edad, 89 años.

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Rome Reports


De Japón al Vaticano en kimono para recordar a los primeros jesuitas del país (Ví­deo)
Entregaron una carta al Papa para que visite Nagasaki

Por Rome Reports

ROMA, 01 de febrero de 2015 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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Selma, la pelí­cula sobre Martin Luther King y su lucha pacífica por la igualdad (Ví­deo)
Sólo en Estados Unidos ya ha recaudado 40 millones de dólares desde su estreno

Por Rome Reports

ROMA, 01 de febrero de 2015 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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Organización norteamericana ayuda a matrimonios y parejas en crisis (Vídeo)
Ofrece su ayuda a 100.000 familias de 43 paí­ses

Por Rome Reports

ROMA, 01 de febrero de 2015 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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Espiritualidad


La fiesta de la Candelaria
'Palabra y Vida' del arzobispo de Barcelona

Por Cardenal Lluís Martínez Sistach

BARCELONA, 01 de febrero de 2015 (Zenit.org) - Mañana, 2 de febrero, celebramos la fiesta de la Presentación de Jesús en el templo por María y José. Cuarenta días después del nacimiento de Jesús, celebramos esta fiesta, muy antigua y originaria de Jerusalén. Recordemos aquel hecho que narra el Evangelio de Lucas: cuando José y María fueron al templo para cumplir lo que mandaba la ley de Moisés para la purificación de las madres y la presentación de los hijos primogénitos a Dios, tuvo lugar el encuentro con el anciano Simeón, que proclamó que aquel niño era una luz para todos los pueblos, y con la profetisa Ana, que contaba a todos que aquel niño era el Salvador esperado por Israel.

Esta es una fiesta del Señor, como lo expresa su título. Pero también es una fiesta de María. Bien podemos en ella recordar a la Virgen, que es quien nos da a Jesús para que sea nuestra luz.

El elemento que caracteriza más esta fiesta es la bendición y la procesión con las candelas, con la que reafirmamos nuestra fe en lo que proclamó Simeón. La candela es un símbolo; un símbolo bellísimo y muy expresivo. Ahora que, en muchos ámbitos culturales, se revaloriza el lenguaje simbólico como más polivalente y más emotivo y sugerente que el lenguaje meramente racional, deberíamos hacer un esfuerzo para dar todo su sentido a los símbolos cristianos. Gaudí nos dio un gran ejemplo en todo su templo de la Sagrada Familia, que impresiona por la genialidad de su técnica constructiva, pero también por la variedad y riqueza de sus símbolos.

Leyendo el libro titulado Mente abierta, corazón creyente, que recoge las meditaciones de los ejercicios espirituales dirigidos por el papa Francisco cuando era arzobispo de Buenos Aires, me ha impresionado el valor que da al símbolo de la candela en la fiesta que celebramos cada año el 2 de febrero. Explica que hay luz en el templo cuando entra Jesús, porque entra el que es la Luz: "Luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel". Y añade: "Es el día de la candela, de la luz tenue, que se convertirá en un gran cirio adornado la noche de Pascua -precisamente en la gran celebración de la Vigilia Pascual o de la Resurrección- y se hará sol resplandeciente al final la historia. Las personas que mañana llevan las candelas en las manos -dice el Papa- lumen requirunt lumine"; que quiere decir precisamente eso: que a través de una lucecita buscan al que es la Luz, es decir, a Jesucristo mismo, Dios y hombre verdadero.

De esta manera, la fiesta de la Candelaria es como un puente que une la Navidad, la Pascua y la manifestación de Jesucristo al final de los tiempos. Siempre, pero sobre todo este año, por voluntad del Papa dedicado especialmente a los religiosos y las religiosas -como Año de la Vida Consagrada-, debemos orar ese día y agradecer el servicio que hacen a la Iglesia y a nuestras sociedades los religiosos y las religiosas, tanto los de vida monástica como los de vida activa en los diversos campos del trabajo educativo, social y asistencial.

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Qué me dicen Jesús
Catequesis para toda la familia

Por Eva Carreras del Rincón

MADRID, 01 de febrero de 2015 (Zenit.org) - Ya llegamos al punto que nos interesa a cada uno de nosotros. Ya sabemos lo que quería decir el autor sagrado y como lo debemos interpretar desde el Misterio Pascual de Cristo. Ahora nos va a hablar directamente a nosotros y nos va a decir lo que debemos hacer para llegar al cielo.

Jesús, el Buen Pastor, el que da la vida por sus ovejas, es el que nos habla. Nos ama con locura y sólo quiere nuestro bien. Su amor es incondicional; nos quiere y nos va a querer siempre, hagamos lo que hagamos y digamos lo que digamos.

Partiendo de aquí escucharemos lo que Jesús nos quiere decir y tendremos el corazón preparado para acoger sus palabras y que estas nos ayuden a seguir, con nuestras obras, el camino del cielo.

Este domingo leeremos el Evangelio según San Marcos 1,21-28.

"Entraron en Cafarnaún, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar.
Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Y había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar:
"¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios".
Pero Jesús lo increpó, diciendo: "Cállate y sal de este hombre".
El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando un gran alarido, salió de ese hombre.
Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: "¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!".
Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea.

LENGUAJE SIMBÓLICO...

Sólo Jesús , el Hijo de Dios, tiene poder sobre los demonios y el pecado. Sólo Él puede sacar y limpiar de nuestro corazón todo lo que nos aleja de nuestro Padre Dios.

QUÉ ME DICE JESÚS...

"Te espero en el confesionario. Quiero escucharte y consolarte. Quiero curarte las heridas. Lo hago a través del sacerdote. Sólo te pido que estés arrepentido y no quieras volver a hacerlo”.

A los niños les gusta que Jesús les hable en primera persona. También les podríamos recordar y explicar lo que es necesario para confesarse bien: examen de conciencia, dolor de los pecados, propósito de enmienda, decir los pecados al confesor y cumplir la penitencia.

Nos puede ayudar escuchar o leer lo que dice el Santo Padre todos los días en sus homilías. A partir del Evangelio nos va marcando el camino. Él es también el Buen Pastor, el dulce Cristo en la tierra.

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San Jean-Théophane Vénard - 2 de febrero
«Théophane aprendió a sublimar lo ordinario para convertirlo en extraordinario. Fue por ello un referente inequívoco para Teresa de Lisieux. Ella vio en el joven una persona sin aparente brillantez que, sin embargo, conquistó la santidad»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 01 de febrero de 2015 (Zenit.org) - Las alas de la indecisión son los miedos. Los santos las cercenan. A la doctora de la infancia espiritual, Teresa de Lisieux, que se había propuesto sobrenaturalizar lo ordinario adentrándose con paso firme en este sendero de la perfección, le impactó sobremanera el gesto valiente de un niño que a sus 9 años tuvo claro que quería ser mártir, determinación que llevó hasta el final. Era Théophane, cuya festividad celebra la Iglesia junto a la de otros santos y beatos en este día de la Presentación del Señor. Y lo que especialmente llamó la atención de la santa al leer su vida, fue que, a diferencia de Luís Gonzaga -cuya trayectoria también conocía-, que había sido un prodigio de virtud, Théophane encarnaba a esa persona que sin brillantez especial alguna, al menos en apariencia, alcanza la santidad. Se sentía identificada con él y quiso emularle partiendo a las misiones. No pudiendo marchar, en su clausura se ofreció por estos misioneros.

Théophane nació en Saint-Loup-sur-Thouet, Francia, el 21 de febrero de 1829. De familia creyente, que le acompañó espiritualmente y apoyó en su vocación, a esa edad en la que los niños hacen de los juegos su principal ocupación, él ya centraba sus ojos escrutadores en todo lo que tuviera que ver con la fe. En particular le conmovían las noticias que los «Anales de la Propagación de la Fe» traían de las misiones, mientras pastoreaba un rebaño junto a su hermana Melania. Su tierna psicología no quedó dañada por los crueles martirios que conocía a través de este medio. Por el contrario, insufló en su ánimo el deseo de derramar su sangre por Cristo: «¡Yo también quiero ir a Tonkín, yo también quiero ser un mártir!». Tras una primera etapa académica, ingresó en el seminario de Montmorillon y prosiguió estudios en el seminario mayor de Poitiers. Luego se incardinó en la Sociedad de Misiones Extranjeras de París con la venia se su obispo y la previa autorización de su padre, que, aún con dolor, no dudó en desprenderse del hijo al que amaba de forma singular, prestándole incondicional apoyo: «Si sientes la llamada de Dios, cosa que no dudo, obedece sin vacilar. ¡Que nada te retenga! ni siquiera la idea de dejar a un padre afligido».

En esa época Théophane había cambiado radicalmente. Cuando era colegial no estaba adornado de un carácter modélico; más bien cedía a la contrariedad fácilmente predominando en ciertos momentos su tendencia a la ira, al tiempo que exhibía alguna forma de rudeza en los gestos. La oscilación que sufría su conducta ponía de manifiesto una falta de madurez, y ello, unido a su facilidad para la réplica, suscitaba la preocupación del profesorado que le reconvenía. Luego, él mismo se percató de la urgencia de su conversión. Se habituó a rezar el rosario completo, hacía oración, se extremaba en la entrega cotidiana, y fue dando pasos hacia la perfección sin apenas darse cuenta.

La muerte de su madre, que se produjo cuando tenía 13 años, lo encontró dispuesto a afrontar con fortaleza esa difícil separación: «Revistámonos del escudo de la fe en esta ocasión; recurramos a la religión, pues ella sola puede consolarnos en nuestras penas… Y creo poder aseguraros que nuestra buena madre está en el cielo». Parecían las palabras de una persona adulta más que de un adolescente. Ello muestra el paso espiritual que había dado. Después, en el seminario se había caracterizado, sobre todo, por su alegría: «Es menester ánimo en la vida». «A pesar de todo: ¡Viva la alegría!».

En el Seminario de Misiones Extranjeras de París le encomendaron la schola, donde disfrutaba del canto gregoriano por el que sentía predilección. Cuando estaba a punto de ser ordenado enfermó. Encomendándose a la Virgen superó un trance que había estado revestido de cierta seriedad, pero dejó su organismo minado para siempre. En 1851 recibió el sacerdocio, y al año siguiente se embarcó a Hong Kong. En 1854 se hallaba en su ansiado destino: Tonkín, lugar que consideraba «el camino más corto para ir al cielo». Antes de llegar ya sabía que su vida corría peligro. Durante seis años desarrolló su misión apostólica en la sombra, en medio de numerosos contratiempos, sin tener una morada fija, y soportando problemas de salud, como un asma persistente que le agotaba. El estudio de la lengua se le hacía cuesta arriba y así lo reconocía, pero sabía que era un instrumento necesario para poder evangelizar. Incluso tradujo dos libros del Nuevo Testamento.

Era una persona realista y valerosa, que dio pruebas de una fortaleza poco común cuando después de ser capturado a finales de noviembre de 1860 quedó apresado en una minúscula y opresiva jaula de bambú. En ella fue conducido a Hanoi donde fue condenado a muerte. Se liberó de tan inhumano encierro cuando fue ajusticiado. Dos largos e intensos meses que le sirvieron para trazar en la historia esas líneas magistrales de la santidad que rubrican la grandeza de un ser humano, contrapunto también a la barbarie de otros congéneres. Lejos de esta esclavitud atrozmente impuesta, cada día conquistaba palmo a palmo esa morada que le aguardaba en la vida eterna. Llevaba a cabo una apasionada labor evangelizadora, y en ella incluía una correspondencia epistolar de gran riqueza. Teresa de Lisieux, al conocerla, dedicó su oración a las misiones.

Gozosamente aguardó su muerte creyendo que un solo golpe certero bastaría para cercenar el último eslabón que le separaba de la gloria, y así lo comunicó por carta a su padre: «Un ligero sablazo separará mi cabeza, como una flor primaveral que coge el dueño del jardín para su agrado». Se equivocó. El 2 de febrero de 1861 después de negarse a pisotear la cruz de Cristo, un guardia beodo tuvo que asestarle nada menos que cinco golpes de espada para consumar la decapitación. Pío X lo beatificó el 2 de mayo de 1909, y Juan Pablo II lo canonizó el 19 de junio de 1988.  

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