En la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha tenido lugar la presentación de la Primera Jornada Internacional de Oración y Reflexión contra la trata de personas. La Jornada se celebra el 8 de febrero fiesta de santa Josefina Bakhita- la esclava sudanesa que una vez liberada se hizo monja canosiana y fue declarada santa en el año 2000 – y su tema es “Enciende una luz contra la trata”. Está promovida por el Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantres e Itinerantes el Pontificio Consejo Justicia y Paz y la Unión Internacional femenina y masculina de Superiores Generales (UISG y USG)

En la rueda de prensa celebrada el martes ha contado con la presencia de los cardenales Joao Braz de Aviz, Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica; Antonio Maria Vegliò, Presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes y Peter Kodwo Appiah Turkson, Presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz. Asimismo han intervenido Sor Carmen Sammut, MSOLA, Presidente de la Unión Internacional de Superiores Generales, y Sor Gabriella Bottani SMC, Coordinadora de Talitha Kum (la Red Internacional de la Vida Consagrada contra la trata de personas), Sor Valeria Gandini SMC y Sor Imelda Poole IBVM, coordinadora de la red europea de Talitha Kum.

En su intervención, el cardenal Turkson ha recordado que hoy en día, ”millones de personas, niños, mujeres y hombres de todas las edades, se ven privados de libertad y obligados a vivir en condiciones similares a la esclavitud. Para aquellos que claman, generalmente en silencio por la liberación, santa Josefina Bakhita es un testigo ejemplar de la esperanza. Todos, tanto las víctimas como sus defensores, deberíamos inspirarnos en su vida y confiar nuestros esfuerzos a su intercesión”.

”El Santo Padre -continuó- nos invita a todos a reconocer que estamos frente a un fenómeno global que excede la competencia de cualquier comunidad o país, y que para eliminarlo, necesitamos una movilización comparable en tamaño a la del propio fenómeno”. El prelado explicó que el Día Internacional contra la trata de personas es una movilización de la conciencia y de la oración a escala global. ”Nuestra conciencia debe ampliarse y extenderse a lo más profundo de este mal y hasta sus alcances más lejanos -añadió-. De la conciencia a la oración, de la oración a la solidaridad, y de la solidaridad a la acción concertada, hasta que la esclavitud y la trata desaparezcan”.

En ocasión de esta primera jornada de oración y reflexión, las diócesis, parroquias, asociaciones, familias y todas las personas están invitadas a reflexionar y rezar para arrojar luz sobre este crimen (de ahí también el tema del 8 de febrero). También se celebrarán vigilias de oración en diferentes países que culminarán con la participación a la oración del Ángelus en la Plaza de San Pedro el 8 de febrero.

Para ese día, los organizadores invitan a rezar la siguiente oración:

”Cuando escuchamos hablar de niños, niñas, hombres

y mujeres engañados y llevados a lugares

desconocidos para explotación sexual, trabajo forzado

y venta de órganos, nuestro corazón siente indignación

y nuestro espíritu sufre, porque su dignidad

y sus derechos son violados con amenazas, engaños y

violencia.

Dios, ayúdanos a contrarrestar con nuestra vida toda

forma de esclavitud. Te pedimos junto a Santa Bakhita

para que la trata de personas termine. Danos la

sabiduría y la fuerza para estar cerca de todos los que

han sido heridos en el cuerpo, en el corazón y en el

espíritu, para que juntos podamos realizar tu promesa

de vida y de amor tierno e infinito por estos

nuestros hermanos y hermanas explotados.

Toca el corazón de quien es responsable de este grave

crimeny apoya nuestro compromiso por la libertad,

tu regalo para todos tus hijos e hijas. Amen”.