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Ha estado entrando y saliendo de prisión desde 1954 y está en paradero desconocido desde 2001

El Cardenal Zen exige conocer la verdad sobre el destino final de un obispo chino detenido desde hace 14 años

El prelado fue detenido por mantener su fidelidad al Papa

El cardenal Joseph Zen Ze-kiun lideró el pasado sábado las protestas en Hong Kong ante la oficina de enlace con el Gobierno chino exigiendo la confirmación oficial de la muerte del obispo detenido, Cosme Shi Enxiang.

"La noticia de su muerte ha estado circulando durante dos semanas. El Gobierno debe darnos una respuesta. ¿Está realmente muerto? De ser así, ¿cuándo y dónde sucedió? ¿Van a devolver sus restos a su familia?", preguntó el cardenal Zen después de la protesta.

Los familiares dijeron que en enero habían sido informados por los funcionarios provinciales de la provincia de Hebei de que el obispo había muerto, pero otros funcionarios locales, posteriormente y de acuerdo con una fuente de la Iglesia, han negado saber nada sobre el paradero del obispo.

"Un funcionario dijo a la familia que el funcionario que les informó del fallecimiento estaba borracho, mientras que funcionario distinto otro dijo que la familia había entendido mal, indicando que el oficial se acercó a la familia para preguntarles si sabían la situación reciente del obispo", precisó la referida fuente.

"¿No es ridículo que los funcionarios pidieran información a la familia cuando era el Gobierno quien lo detuvo?", señaló el cardenal Zen.

El obispo Shi, quien ha pasado la mayor parte de los últimos 60 años en diferentes prisiones chinas y campos de trabajo después de negarse a denunciar a su lealtad a la Iglesia católica, cumpliría –de estar vivo- 94 años este mes de febrero. Pero no ha habido confirmación oficial por parte de las autoridades chinas de su paradero o si de está vivo o muerto.

Durante una protesta el sábado, el cardenal Zen y los miembros de la diócesis de Hong Kong rezaron ante la oficina de enlace con el Gobierno chino continental y colocaron rosas blancas para conmemorar el clero que han muerto en las cárceles chinas.

Durante la protesta, los peticionarios también reclamaron la liberación de otro prelado, el obispo Santiago Su Zhimin, que desde el año 1997 también está encarcelado en un lugar secreto de China.

"No descarto que el Gobierno esté negando la muerte del obispo Shi por miedo de ser acusado de detención ilegal", señaló O Yan-yan, un funcionario de la Comisión de Justicia y Paz Católica de la diócesis de Hong Kong.

La semana pasada la Santa Sede se había acercado al Gobierno chino a través de canales diplomáticos para tratar de confirmar los informes recientes de la muerte del obispo, pero hasta el momento no ha recibido respuesta. Las evasivas del Gobierno chino para hablar acerca del paradero del obispo Shi podría estar motivado para evitar el debilitamiento de los frágiles lazos que unen a Pequín con el Vaticano.

60 años detenido

Monseñor Cosme Shi Enxiang nació en 1921 y fue ordedado sacerdote en 1947. Estuvo preso de 1954 a 1980 en varias ocasiones. Gran parte de ese tiempo lo pasó haciendo trabajos forzados, inicialmente en un campo de trabajo en la provincia de Heilongjiang, y a continuación, en las minas de carbón en la provincia de Shanxi. Después de regresar a Hebei, fue arrestado y encarcelado brevemente de nuevo en 1981 por ejercer su ministerio. 

En 1982, fue ordenado secretamente obispo auxiliar de Yixian. Mons. Shi fue detenido de nuevo en 1989 y posteriormente liberado en 1993, como resultado de la presión internacional. Se convirtió en el ordinario de Yixian en 1995, después de que su predecesor, el obispo Liu Guandong, se retirase. Fue arrestado, por última vez, el Viernes Santo de 2001.

Tras la muerte de Shi Enxiang, el único obispo clandestino que todavía sigue denetido en un lugar secreto es monseñor Santiago Su Zhimin. El prelado de Baoding --en la provincia de Hebei-- fue arrestado el 8 de octubre de 1997. Muchos gobiernos y asociaciones católicas han reclamado información sobre el obispo Su Zhimin y han solicitado su puesta en libertad. Sin embargo, durante todo este tiempo el gobierno chino nunca se ha pronunciado sobre su estado.

En China, las autoridades permiten la práctica religiosa sólo con personal reconocido y en lugares registrados ante la Oficina de Asuntos Religiosos, bajo el control de la Asociación Patriótica. Los fieles que tratan de salirse de este control, para vivir la fe en comunión con Roma, lo hacen de forma clandestina. Hebei es la región dónde se registra la mayor concentración de católicos del país, con más de un millón de fieles.