Aborto: ¿a quién quieren engañar ahora?

 

Acabo de escuchar en la radio que el partido popular ha registrado en el Congreso de los Diputados una cosita a la que llaman reforma de la ley del aborto y que supone como única novedad con lo que ya tenemos que las menores de edad, para abortar, habrán de contar con el consentimiento paterno. He escuchado además, creo que al ministro de justicia, afirmar que no van a hacer nada más por falta de “consenso”.

Dicho esto, servidor se permite decir dos cosas con claridad para que no haya dudas.

Primera: que me cisco en el consenso.

Lo del consenso, como tantas otras cosas, es un invento que no sé quién se ha sacado de la chistera para conseguir que nada medio decente pueda salir adelante. Entiendo que, por principio, siempre es mejor el consenso que el disenso y salir a leches. Pero cuidadín porque consenso puede significar también renuncia a los propios principios añadida a solemne bajada de pantalones (que es lo que me temo en este caso).

En los principios innegociables no hay negociación ¿queda claro? Ni negociación, ni consenso, ni componendas ni gaitas escocesas o gallegas. Aborto NO. Anda que no es facilito. Corrupción CERO. Enseñanza LIBRE. El matrimonio SOLO entre hombre y mujer. Respeto TOTAL a la libertad religiosa. Estos son principios y para nada tenemos otros de intercambio según nos vayan las encuestas.

Llegar a consensos demasiadas veces se hace a base de renunciar, disculpar, tragarse principios, abandonar creencias y todo por la supuesta convivencia, que al final resulta que ni es convivencia ni nada, porque se basa en pactos demasiado artificiales.

Segunda: que a buenas horas mangas verdes.

Nos queda nada y menos para acabar la legislatura. Mayoría absoluta, uno de los temas estrella la reforma de la ley del aborto y se nos han ido tres años en ver qué hacíamos para hacer sin hacer, pareciendo que se hacía pero no mucho para luego donde dije digo digo Diego y las circunstancias y que traguen ustedes.

Pues nada. Ya sabemos que lo del aborto es complejo, vaya novedad. Pero si lo de modificar la ley era difícil, bien podían haber ofrecido a la sociedad una ley de protección y apoyo a la maternidad. Pues tampoco.

Y ahora, a cuatro días de las elecciones, que si reformamos para que vean que se cumplen las promesas, pero poquito para no quedarnos sin los votos de algunos. Componendas y tomaduras de pelo. Tres años de embarazo para parir un ratón ridículo.

Pues esto es lo que hay. ¿Contentos? Pues hombre, cada avance es bueno, pero vamos… a estas alturas, y hablando de consensos…