ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 22 de febrero de 2015

La frase del día domingo 22

"Cuanto más nuestra alma se despegue de las cosas, más cerca estará de nuestro Creador" (San Ignacio de Loyola 1491 - 1556)

 


El papa Francisco

El Papa en el ángelus: 'Nuestro corazón se debe convertir al Señor'
Texto completo. Francisco pide a los fieles que recen por el éxito de sus Ejercicios con la Curia, que comienzan este domingo en Ariccia, y les regala un libro de bolsillo

Francisco y la Curia se retiran este domingo de Ejercicios Espirituales
Todas las actividades del Papa quedarán suspendidas hasta el próximo día 27

Cien 'sin techo' distribuyen un libro regalado este domingo por el Papa
Francisco ha explicado que servirá de ayuda para la conversión y el crecimiento espiritual. El pequeño volumen, de unas treinta páginas, lleva por tí­tulo 'Custodia el corazón'

Rome Reports

Exponen obras que artistas italianos regalaron al Santuario de Loreto (Vídeo)
Según la tradición, allí­ se conserva la casa de Nazaret

Parroquia de Ucrania viaja a Roma para rezar por la paz (Ví­deo)
Atienden a miles de refugiados que se han ido de Crimea y del Este del país

Lanzan guí­a audiovisual para ayudar a parejas en crisis (Vídeo)
La serie 'Beloved' ofrece consejos y apoyo a novios y parejas consolidadas

Espiritualidad

No tengamos miedo de la confesión
'Palabra y Vida' del arzobispo de Barcelona

Beata Rafaela Ybarra de Villalonga - 23 de febrero
«Esta protectora de la infancia y de la juventud, fundadora del Instituto de las Hermanas de los Ángeles Custodios, siempre contó con el decisivo y generoso apoyo de su esposo que no puso impedimento a su profesión religiosa»


El papa Francisco


El Papa en el ángelus: 'Nuestro corazón se debe convertir al Señor'
Texto completo. Francisco pide a los fieles que recen por el éxito de sus Ejercicios con la Curia, que comienzan este domingo en Ariccia, y les regala un libro de bolsillo

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 22 de febrero de 2015 (Zenit.org) - Como cada domingo, el papa Francisco rezó la oración del ángelus desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico, ante una multitud que le atendía en la Plaza de San Pedro.

Dirigiéndose a los fieles y peregrinos venidos de todo el mundo, que le acogieron con un largo y caluroso aplauso, el Pontífice argentino les dijo:

"Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!

El miércoles pasado, con el rito de las Cenizas, ha comenzado la Cuaresma y hoy es el primer domingo de este tiempo litúrgico que se refiere a los cuarenta días transcurridos por Jesús en el desierto, después del bautismo en el río Jordán. San Marcos escribe en el Evangelio de hoy: “En seguida el Espíritu lo llevó al desierto, donde estuvo cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivía entre las fieras y los ángeles lo servían” (1, 12-13). Con estas descarnadas palabras el evangelista describe la prueba afrontada voluntariamente por Jesús, antes de iniciar su misión mesiánica. Es una prueba de la cual el Señor sale victorioso y que lo prepara a anunciar el Evangelio del Reino de Dios. Él, en aquellos cuarenta días de soledad, se enfrentó a Satanás “cuerpo a cuerpo”, desenmascaró sus tentaciones y lo venció. Y en Él hemos vencido todos, pero a nosotros nos toca proteger en nuestro cotidiano esta victoria.

La Iglesia nos hace recordar tal misterio al comienzo de la Cuaresma, porque ello nos da la perspectiva y el sentido de este tiempo, que es tiempo de lucha --en la Cuaresma se debe luchar-- un tiempo de lucha espiritual contra el espíritu del mal (cfr. Oración colecta del Miércoles de Ceniza). Y mientras atravesamos el ‘desierto’ cuaresmal, tenemos la mirada dirigida hacia la Pascua, que es la victoria definitiva de Jesús contra el maligno, contra el pecado y contra la muerte. He aquí entonces el significado de este primer domingo de Cuaresma: volver decididamente al camino de Jesús, el camino que conduce a la vida. Mirar a Jesús, qué ha hecho Jesús e ir con Él.

Y este camino de Jesús pasa a través del desierto. El desierto es el lugar en el cual se puede escuchar la voz de Dios y la voz del tentador. En el ruido, en la confusión, esto no se puede hacer; se escuchan sólo las voces superficiales. En cambio, en el desierto, podemos bajar en profundidad, donde se juega verdaderamente nuestro destino, la vida o la muerte. ¿Y cómo escuchamos la voz de Dios? La escuchamos en su Palabra. Por esto es importante conocer las Escrituras, porque de otra manera no sabemos responder a las insidias del maligno. Y aquí quisiera volver sobre mi consejo de leer cada día el Evangelio: cada día leer el Evangelio, meditarlo un poquito, diez minutos, y llevarlo también siempre con nosotros, en el bolsillo, en el bolso… Tener siempre el Evangelio a mano. El desierto cuaresmal nos ayuda a decir no a la mundanidad, a los ‘ídolos’, nos ayuda a hacer elecciones valientes conformes al Evangelio y a reforzar la solidaridad con los hermanos.

Entonces, entremos en el desierto sin miedo, porque no estamos solos, estamos con Jesús, con el Padre y con el Espíritu Santo. Es más, como sucedió con Jesús, es precisamente el Espíritu Santo el que nos guía en el camino cuaresmal, aquel mismo Espíritu descendido sobre Jesús y que nos ha sido donado en el Bautismo. La Cuaresma, por lo tanto, es un tiempo propicio que debe conducirnos a tomar siempre más conciencia de cuánto el Espíritu Santo, recibido en el Bautismo, ha obrado y puede obrar en nosotros. Y al final del itinerario cuaresmal, en la Vigilia Pascual, podremos renovar con mayor conciencia la alianza bautismal y los compromisos que de ella se derivan.

La Virgen Santa, modelo de docilidad al Espíritu, nos ayude a dejarnos conducir por Él, que quiere hacer de cada uno de nosotros una “nueva criatura”.

A Ella confío, en particular, esta semana de Ejercicios Espirituales que iniciará esta tarde y en la cual participaré junto con mis colaboradores de la Curia Romana. Rezad para que en este desierto, entre comillas, que son los Ejercicios podamos escuchar la voz de Jesús y también corregir tantos defectos que todos nosotros tenemos, y también hacer frente a las tentaciones que cada día nos atacan. Os pido, por lo tanto, que nos acompañéis con vuestra oración".

Al término de estas palabras, el Santo Padre rezó la oración del ángelus:

Angelus Domini nuntiavit Mariae...

Al concluir la plegaria, llegó el turno de los saludos que tradicionalmente realiza el Pontífice:

"Queridos hermanos y hermanas,

dirijo un cordial saludo a las familias, a los grupos parroquiales, a las asociaciones y a todos los peregrinos de Roma, de Italia y de diversos países.

Saludo a los fieles de Nápoles, Cosenza y Verona, y a los chicos de Seregno venidos para la profesión de fe".

El Obispo de Roma explicó también el contenido de un libro de bolsillo que regaló a los fieles que asistieron al Ángelus en la plaza de San Pedro:

"La Cuaresma es un camino de conversión que tiene como centro el corazón. Nuestro corazón se debe convertir al Señor. Por eso, en este primer domingo, he pensado en regalaros a quienes estáis aquí en plaza, un pequeño libro de bolsillo titulado “Custodia el corazón”. Es este. 

Este libro recopila algunas enseñanzas de Jesús y los contenidos esenciales de nuestra fe, como por ejemplo los siete Sacramentos, los dones del Espíritu Santo, los diez Mandamientos, las virtudes, las obras de misericordia, etc.

Ahora lo distribuirán los voluntarios, entre los cuales hay muchas personas 'sin techo', que han venido en peregrinación. Y como siempre, también hoy aquí en la plaza, aquellos que están en necesidad son los mismos que nos traen una gran riqueza, la riqueza de nuestra doctrina, para custodiar el corazón.

Tomad un libro cada uno y llevarlo con vosotros, como ayuda para la conversión y el crecimiento espiritual, que parte siempre del corazón: allí donde se juega la partida de las elecciones cotidianas entre el bien y mal, entre la mundanidad y el Evangelio, entre la indiferencia y el compartir.

La humanidad necesita justicia, paz, amor y solo los podrán tener volviendo con todo el corazón a Dios, que es la fuente de todo esto. Tomad el libro, y leedlo".

Como de costumbre, el papa Francisco concluyó su intervención diciendo:

"Os deseo a todos un buen domingo. Por favor, especialmente en esta semana de Ejercicios, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!"

(Texto traducido y transcrito del audio por ZENIT)

© Copyright - Libreria Editrice Vaticana

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Francisco y la Curia se retiran este domingo de Ejercicios Espirituales
Todas las actividades del Papa quedarán suspendidas hasta el próximo día 27

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 22 de febrero de 2015 (Zenit.org) - Este domingo, a las 18 horas, comienzan los Ejercicios Espirituales del papa Francisco y de la Curia en la Casa Divino Maestro de la localidad de Ariccia, a las afueras de Roma.

Durante la oración mariana del Ángelus, el Santo Padre ha pedido a los fieles: "Rezad para que en este desierto, entre comillas, que son los Ejercicios podamos escuchar la voz de Jesús y también corregir tantos defectos que todos nosotros tenemos, y también hacer frente a las tentaciones que cada día nos atacan".

Las meditaciones de este año serán propuestas por el sacerdote Bruno Secondin, de la Orden de los Carmelitas, y tendrán como hilo conductor el tema “Servidores y profetas del Dios viviente”, ha informado la Oficina de Prensa de la Santa sede en un comunicado.

El retiro del Pontífice y sus colaboradores concluirá el próximo viernes, 27 de febrero, por la mañana. Hasta entonces, todas las actividades del Pontífice quedarán suspendidas. 

El programa prevé esta tarde la Adoración Eucarística y el rezo de las Vísperas. Los demás días rezarán laudes a las 7.30 horas. A continuación, tendrá lugar una primera meditación, a las 9.30, y después la celebración de la Santa Misa. A las 16, será la segunda meditación, que precederá a la Adoración Eucarística y las Vísperas. El último día, está prevista la celebración eucarística a las 7.30 y la conclusión a las 9.30 horas.

El Papa decidió el año pasado trasladarse a algún punto fuera del Vaticano para recrear un ambiente de mayor sosiego y más propicio para la meditación.

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Cien 'sin techo' distribuyen un libro regalado este domingo por el Papa
Francisco ha explicado que servirá de ayuda para la conversión y el crecimiento espiritual. El pequeño volumen, de unas treinta páginas, lleva por tí­tulo 'Custodia el corazón'

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 22 de febrero de 2015 (Zenit.org) - "Tenemos que convertirnos en cristianos valientes". Este es el programa trazado por el papa Francisco en la primera página del libro de bolsillo que ha regalado este primer domingo de Cuaresma a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro.

El pequeño volumen, de unas treinta páginas, lleva por título "Custodia el corazón" y tiene en la portada una ilustración del Buen Pastor tomada de un fresco de las Catacumbas de San Calixto en Roma. 

"Ahora lo distribuirán los voluntarios, entre los cuales hay muchas personas 'sin techo', que han venido en peregrinación", ha indicado el Pontífice desde la ventana del Palacio Apostólico.

"Y como siempre, también hoy aquí en la plaza, aquellos que están en necesidad son los mismos que nos traen una gran riqueza, la riqueza de nuestra doctrina, para custodiar el corazón", ha añadido, provocando el aplauso de la multitud presente.

El Santo Padre ha celebrado de esta manera que, entre los colaboradores que se han encargado de entregar los 50 mil ejemplares previstos, se encontraran un centenar de personas sin hogar, llegadas hasta el Vaticano en peregrinación.

Después del rezo del Ángelus, el Papa ha explicado también que estos textos servirán de "ayuda para la conversión y el crecimiento espiritual, que siempre parte del corazón: allí donde se juega la partida de las elecciones cotidianas entre el bien y el mal, entre la mundanidad y el Evangelio, entre la indiferencia y el compartir".

Por este motivo, Francisco ha instado a todos los asistentes a hacerse con un libro, llevarlo consigo en el bolsillo y leerlo cada día.

"Custodia el corazón" recopila algunas enseñanzas de Jesús y los contenidos esenciales de la fe, como por ejemplo, los siete Sacramentos, los dones del Espíritu Santo, los diez Mandamientos, las virtudes, las obras de misericordia, etc. Cuenta además con breves explicaciones del Catecismo de la Iglesia católica.

No es la primera vez que el Obispo de Roma reparte algún obsequio a los miles de fieles y peregrinos que acuden cada domingo a la plaza de San Pedro. 

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Rome Reports


Exponen obras que artistas italianos regalaron al Santuario de Loreto (Vídeo)
Según la tradición, allí­ se conserva la casa de Nazaret

Por Rome Reports

ROMA, 22 de febrero de 2015 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Parroquia de Ucrania viaja a Roma para rezar por la paz (Ví­deo)
Atienden a miles de refugiados que se han ido de Crimea y del Este del país

Por Rome Reports

ROMA, 22 de febrero de 2015 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Lanzan guí­a audiovisual para ayudar a parejas en crisis (Vídeo)
La serie 'Beloved' ofrece consejos y apoyo a novios y parejas consolidadas

Por Rome Reports

ROMA, 22 de febrero de 2015 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Espiritualidad


No tengamos miedo de la confesión
'Palabra y Vida' del arzobispo de Barcelona

Por Cardenal Lluís Martínez Sistach

BARCELONA, 22 de febrero de 2015 (Zenit.org) - Los cristianos hablamos a menudo de la necesidad de convertirnos a Dios. La Cuaresma es un tiempo propicio para la conversión y para prepararnos mejor a celebrar la Pascua. Nos cuesta aceptar con realismo la existencia del pecado en el mundo y en cada uno de nosotros. En este sentido, el tiempo cuaresmal es una llamada a la sinceridad, a reconocer que somos pecadores.

Sin embargo, ser cristiano nos pide no permanecer sólo en la conciencia de que somos pecadores. El conocimiento y la participación en la vida de Cristo –por la fe y los sacramentos de la fe– es el mejor camino para conocer a Dios y para conocernos verdaderamente a nosotros mismos. El genio de Pascal escribió en uno de sus Pensamientos –el que lleva el número 75 en la edición de Chevalier–: "El conocimiento de Dios sin el de nuestra miseria humana engendra orgullo. El conocimiento de nuestra miseria sin el de Dios engendra desesperación. El conocimiento de Jesucristo es el camino: en él conocemos a Dios y nuestra miseria." En la oración del padrenuestro pedimos perdón a Dios por nuestros pecados: "Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal".

En este tiempo de Cuaresma somos invitados tanto a reconocer que somos pecadores como a acoger el perdón de Dios. Siempre, pero hoy aún más, nos cuesta acercarnos al sacramento de la penitencia para conseguir la gracia de Dios y reconciliarnos con Él. Tenemos que renovar la conciencia de que Dios siempre perdona al pecador arrepentido. Confesarse es siempre un acto de humildad, pero es un gesto sumamente coherente con nuestra fe y nos hace humanamente y sobre todo cristianamente mejores. ¿Quién no recuerda la maravillosa parábola del fariseo y del publicano que leemos en el evangelio?

Es muy elocuente el ejemplo que nos da, en este sentido, nuestro papa Francisco, que manifestó a los fieles -hablando de este sacramento-que el Papa también se confiesa a menudo. El perdón de Dios -dijo- se nos da en la Iglesia, se nos transmite a través del ministerio de un hermano nuestro, el sacerdote, que es un hombre que, como nosotros, también tiene necesidad de la misericordia. Por eso los sacerdotes deben confesarse, y también todos los obispos: todos somos pecadores”. Y pasando al testimonio personal, Francisco añadió: "Incluso el Papa se confiesa cada quince días, ¡porque el Papa también es un pecador! El confesor escucha lo que yo le digo, me aconseja y me perdona, porque todos tenemos necesidad de este perdón". Y resumió su mensaje diciéndonos: "¡No tengamos miedo de la confesión!"

El sacramento de la reconciliación y el de la unción de los enfermos son dos sacramentos de curación y brotan directamente del misterio pascual. Así lo pone de relieve el hecho de que fuera la noche del mismo día de Pascua cuando el Señor se apareció a los discípulos reunidos en el cenáculo y los saludó con las palabras: "Paz a vosotros". Entonces sopló sobre ellos y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo; a todos aquellos a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados".

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba


Beata Rafaela Ybarra de Villalonga - 23 de febrero
«Esta protectora de la infancia y de la juventud, fundadora del Instituto de las Hermanas de los Ángeles Custodios, siempre contó con el decisivo y generoso apoyo de su esposo que no puso impedimento a su profesión religiosa»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 22 de febrero de 2015 (Zenit.org) - No hay confín que se interponga en la vida de un apóstol, ni siquiera cuando el llamamiento de Cristo le sorprende en el estado civil de casado. Además de ejercer admirablemente su responsabilidad atendiendo a su familia, no se escuda en ella para minimizar la entrega debida a Dios le falte o no su respaldo. Si fuese éste el caso, entonces se dispone a vivir una ofrenda martirial, y con ella atrae bendiciones diversas a los más cercanos que son extensivas a todo el que se halla a su alrededor; con tanto sacrificio se labra esa selecta morada en el cielo de la que habla el evangelio.

A Rafaela su esposo nunca le puso impedimentos para ejercer un vibrante apostolado, que secundó generosamente, culminando con su aprobación para que profesase y fundase un Instituto religioso, máxima prueba de un amor humano que se inspira en el divino. Esta excelente esposa y madre de familia nació en Bilbao, España, el 16 de enero de 1843. También en ella se cumple, como en la mayoría de los casos, que su fe nació y quedó profundamente arraigada con el testimonio y aliento de su familia, que le inculcó la base virtuosa sobre la que estuvo erigida su existencia. Pertenecía a la alta sociedad bilbaína. Los signos del amor divino en ella fueron precoces. Vivió la experiencia de su primera comunión gozosamente: «Comulgué con gran fervor. Recuerdo muy bien haber experimentado grandes consuelos espirituales y haber llorado pensando en la Pasión de Jesús». No obstante, en medio de su piedad también hubo un hueco para ciertas vanidades que, por lo general, resultan particularmente atractivas en la juventud. Ella misma confesó sus buenos hábitos y debilidades: «Me gustaba ser vista y obsequiada. El lujo no era exagerado para mi posición. Sin embargo, gastaba bastante en todo. Me gustaban mucho las joyas. Pero conservaba un fondo de piedad natural. Rezaba el Rosario todos los días con los criados; leía mis libros de piedad y era compasiva con los necesitados».

A los 18 años contrajo matrimonio con José de Villalonga, ingeniero industrial de procedencia catalana, hombre virtuoso, sin cuya generosidad y respeto no hubiera podido llevar a cabo la obra que emprendió. La súplica de Rafaela era esta: «Que sea cada día mejor esposa, mejor madre, mejor hija. Haz, Señor, que yo sea una mansión de paz dentro de la familia». Lo consiguió. Compaginó admirablemente la vida de oración y de caridad con el cuidado de su extensa familia, compuesta por los siete hijos que alumbró más cinco sobrinos que quedaron a su cargo cuando su hermana, y madre de los pequeños, falleció. Ella también tuvo que desprenderse tempranamente de dos de sus hijos, y el benjamín quedó apresado por una terrible y dolorosa parálisis infantil. Aunque san Juan Bosco se lo vaticinó al encontrarla en Barcelona: «Señora, este niño será su crucecita», la madre tuvo que afrontar ese dolor y gozarse de la grandeza del pequeño que un día le dijo: «Mamá, tú eres por lo menos ‘Sierva de Dios’».

Rafaela llevaba ya una vida de oración y tenía tal devoción al Santísimo Sacramento que cada vez se sentía más empujada a la unión con Él, y a realizar el mayor bien que le fuera posible. Ese momento llegó cuando a raíz de la profesión de su marido –promotor de la empresa Altos Hornos, que tenía un capital humano de tres mil personas–, tomó contacto con esa realidad del mundo obrero. Se sentía inclinada a cuidar de las niñas y de las jóvenes expuestas a los riesgos que van unidos a la pobreza y la ignorancia frecuentes en su época. Veía los males que acechaban a las jóvenes obreras y para acogerlas creó la casa Asilo de la Sagrada Familia. Las recogía por las calles y no dudaba en ponerse en aprietos con tal de rescatarlas del peligro. Quería proporcionarles todo lo que precisaban humana y espiritualmente, sembrando sus vidas de esperanza. Además, a los enfermos y pobres nunca les faltó su caridad. «Las personas pasan, pero las obras permanecen», solía decir.

Creó en Bilbao numerosas instituciones de protección a la mujer. La ayudaron en este empeño voluntarias que trabajaban siguiendo la consigna que les dio: «dulzura en los medios y firmeza en los fines». Tenía claro, y así lo transmitió, que «lo que no alcance el amor, no lo conseguirá el temor». Lo decía por experiencia, puesto que un día que fue a buscar a una reclusa, ésta la abofeteó. Y ella, respondiendo con mansedumbre, le dijo: «No me has hecho daño, hija mía; desde hoy te quiero más», palabras tan sentidas y auténticas, quela joven se vino abajo y se arrepintió llorando amargamente. El propósito de toda la obra de Rafaela fue este: vivir «unidas a Dios por la oración y el apostolado» para llevar «el anuncio del amor de Dios, al mundo de la niñez y de la juventud». Así surgieron pisos y talleres con los que pudo dar sustento y formación a estos colectivos. Contó con el consentimiento de su esposo D. José Villalonga para hacer profesión religiosa y fundar el Instituto de las Hermanas de los Ángeles Custodios en 1894. Falleció el 23 de febrero de 1900. Había hecho vida el lema que inculcó a todos: «nunca os canséis de hacer el bien». Fue beatificada el 30 de septiembre de 1984 por Juan Pablo II.

Léalo en línea | Envíe a un amigo | Comentario en línea

Arriba