Consagrado como obispo de Barbastro-Monzón

Mons. Pérez Pueyo: «Ya no existo, me debo a esta esposa hermosa por dentro y por fuera»

 

Mons. Ángel Javier Pérez fue consagrado ayer como obispo de Barbastro-Monzón (Huesca, España), en una ceremonia oficiada por el presidente de la Confederación Episcopal Española, Mons Ricardo Blázquez, y el arzobispo de Zaragoza, Mons. Vicente Jiménez. Junto a ellos, otros cuarenta obispos llegados de varias diócesis españolas y del extranjero como Venezuela o Colombia.

23/02/15 9:16 AM


(Heraldo de Aragón) Junto a los obispos, gran parte de los sacerdotes de la diócesis altoaragonesas, las comunidades religiosas, todo el presbiterio de la diócesis de Barbastro y las comunidades religiosas, abades, miembros de la hermandad de sacerdotes operarios, congregación a la que pertenece Pérez, y del Pontificio Colegio Español de San José en Roma, del que fue rector.

La Catedral de Barbastro se quedó pequeña con la presencia de más de un millar de amigos y fieles. Una nutrida representación han llegado desde su localidad natal, Ejea de los Caballeros como la Banda de Música que ha entonado varias piezas en las inmediaciones del templo. También la alcaldesa, que es sobrina del nuevo obispo, y el ex alcalde y actual secretario general del PSOE de Aragón, Javier Lambán.

La representación institucional la componían la presidenta del Gobierno autonómico, Luisa Fernanda Rudi, el delegado en el Gobierno, Gustavo Alcalde, el Justicia de Aragón, Fernando García Vicente, los alcaldes de Barbastro y Monzón, diputados, senadores, presidentes de comarcas y varios ediles del entorno. La vida social también ha estado presente con varias caras conocidas, entre ellas la presidenta del Grupo Heraldo, Pilar de Yarza.

En su homilía, ya como obispo, monseñor Pérez se ha mostrado humilde a disposición de toda la diócesis: «Soy vuestro. Ya no existo, me debo a esta esposa hermosa por dentro y por fuera. Sólo os pido vuestra vida. Os quiero asociar a mi humilde pastoreo. Ejerced de testimonio de pastores, sostened mi báculo y visibilizar al buen pastor».