ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 27 de febrero de 2015

La frase del día

"Cuando en vez de amenazar se razona; cuando el verdadero dueño de la casa es Dios; y cuando no se siente miedo, sino que todos se quieren, entonces nace la familia".

San Juan Bosco  (1815-1888)

 


El papa Francisco

Francisco regresó al Vaticano
Concluyeron los Ejercicios Espirituales del Santo Padre y la Curia en las afueras de Roma. 'Que podamos salir de aquí­ con un pedacito del manto de Elías', dijo el Papa al término del retiro

Santa Sede

El portavoz del Vaticano: 'El artículo de L'Espresso es indigno y mezquino'
El ataque imagina una lucha interna por el poder en el Vaticano y considera que la reforma del Papa corre peligro

Santa Sede y Patriarcado de Moscú ponen la familia al centro de la acción cultural
Un grupo mixto se reúne por primera vez para coordinar los proyectos culturales entre ambos. Es necesario anunciar la belleza del amor humano en el que se manifiesta el misterio mismo de Dios

Dos años desde la renuncia de Benedicto XVI
El portavoz del Vaticano: 'El artículo de L'Espresso es indigno y mezquino'

Mirada al mundo

Obispos de Venezuela: '¡Basta de violencia asesina!'
Deploran las muertes de los jóvenes en Táchira, Zulia y Caracas, dos de ellos a manos de funcionarios de la seguridad del Estado. Hacen un llamamiento a crear un clima de paz

'Los musulmanes condenamos la destrucción del legado cultural de Mosul'
Declaración del Centro Cultural Islámico de Madrid. La Unesco pide una reunión urgente del Consejo de Seguridad para abordar la protección del patrimonio de Irak

Nueve mil misioneros españoles trabajan actualmente en América Latina
El domingo se celebra la Jornada de Hispanoamérica, bajo el lema 'Evangelizadores con la fuerza del Espí­ritu'. Esas tierras cuentan con el 50 por ciento de los católicos

Entrevista

'La aventura vocacional no termina el día de la ordenación'
Monseñor Patrón Wong, secretario para los seminarios de la Congregación para el Clero, afirma que el Papa recuerda a los sacerdotes que lo mejor que nos ha sucedido en la vida es encontrarnos con la mirada y la llamada amorosa de Jesús

Rome Reports

Universidad lanza curso para vaticanistas (Vídeo)
Semanalmente estudiarán cuestiones como la financiación de la Iglesia o el Sínodo de la Familia

Carrie Underwood, ganadora de American Idol lanza canción cristiana (Vídeo)
'Something in the water' es la nueva canción de esta cantante country

Cardenal de Sarajevo: Juan Pablo II ayudó pero todavía queda mucho para reconciliarse (Vídeo)
Vinko Puljić espera que el próximo viaje de Francisco suponga un fuerte paso hacia la paz

Espiritualidad

Beato Daniel Alejo Brottier - 28 de febrero
«Este religioso conocido como el comerciante del cielo era un ardiente misionero, pero su mala salud le obligó a abandonar su misión en África. Su arte e ingenio, junto a la gracia, revertió en una fecunda acción apostólica»

Primera predicación de Cuaresma: 'La alegrí­a del Evangelio llena el corazón y la vida'
El padre Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia, propone a la Curia Romana unas reflexiones sobre la 'Evangelii gaudium' del papa Francisco


El papa Francisco


Francisco regresó al Vaticano
Concluyeron los Ejercicios Espirituales del Santo Padre y la Curia en las afueras de Roma. 'Que podamos salir de aquí­ con un pedacito del manto de Elías', dijo el Papa al término del retiro

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 27 de febrero de 2015 (Zenit.org) - Este viernes terminaron los Ejercicios Espirituales de Cuaresma en los que participaron el papa Francisco y los miembros de la Curia Romana. 

Al concluir el retiro, el Santo Padre dijo: "En nombre de todos, y en el mío, quiero dar las gracias al padre, por su trabajo entre nosotros durante los Ejercicios. ¡No es fácil dar Ejercicios para sacerdotes! Somos un poco complicados todos, pero se las ha arreglado para sembrar. Que el Señor haga crecer estas semillas que nos ha dado. Y también espero, y deseo a todos, que podamos salir de aquí con un pedacito del manto de Elías, en la mano y el corazón. ¡Gracias, padre!"

Los Ejercicios del Pontífice y sus colaboradores tuvieron lugar por segunda vez en la localidad de Ariccia, a las afueras de Roma, dirigidos por el padre Bruno Secondin, que propuso una lectura pastoral del profeta Elías sobre el tema “Servidores y profetas del Dios viviente”.

El programa del retiro comenzaba con el rezo de Laudes, a continuación una primera meditación y después la celebración de la Eucaristía. Por la tarde, tenía lugar la predicación de la segunda meditación, la Adoración Eucarística y el rezo de las Vísperas. 

Las meditaciones versaron sobre el tema: “Salir del propio pueblo” y estuvieron marcadas por el siguiente programa diario: “Caminos de autenticidad” (las raíces de la fe y el coraje de decir no a la ambigüedad), “Senderos de libertad” (de los ídolos a la verdadera piedad), “Dejarse sorprender por Dios” (el encuentro con un Dios que está en otra parte, y el reconocimiento del pobre que nos evangeliza), “Justicia e intercesión” (testigos de justicia y solidaridad), y “Recoger el manto de Elías” (para convertirse en profetas de fraternidad).

El Santo Padre dejó la residencia Casa del Divino Maestro, donde transcurrió los últimos cinco días, tras celebrar la Santa Misapor los cristianos perseguidos en Siria, Irak y en otras partes del mundo. El Pontífice acompañado por los participantes regresó por la mañana al Vaticano a bordo de un autobús, tal y como hizo en la ida.

El Papa retomará sus actividades, que habían quedado suspendidas esta semana, y el domingo rezará el Ángelus en la plaza de San Pedro.

La semana de Ejercicios Espirituales es tradicional durante la Cuaresma, el periodo antes de la Semana Santa, pero la novedad que introdujo Francisco es la de salir del entorno de trabajo para vivirlos de manera más intensa.

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Santa Sede


El portavoz del Vaticano: 'El artículo de L'Espresso es indigno y mezquino'
El ataque imagina una lucha interna por el poder en el Vaticano y considera que la reforma del Papa corre peligro

Por H. Sergio Mora

CIUDAD DEL VATICANO, 27 de febrero de 2015 (Zenit.org) - El semanario italiano L’Espresso, ha publicado hoy tres artículos con tonos de novela, en los que imagina supuestas luchas internas en el Vaticano por el poder y sobre cuestiones económicas. La publicidad de la "investigación" lleva un título que de por sí es indicativo: "Vaticano, è battaglia per il tesoro" (Vaticano, hay una batalla por el tesoro). Por su parte la revista espera con esta "investigación" el número de ventas aumente notablemente.

Sobre el tema, el director de la Sala de Prensa del Vaticano, el padre Federico Lombardi, ha indicado hoy en un comunicado tres observaciones precisas. En primer lugar, recuerda que “pasar documentos reservados a la prensa con finalidades polémicas o por alimentar contraposiciones no es nuevo, pero es siempre condenable y es ilegal”.  

Además, el portavoz de la Santa Sede indica como absolutamente normal “que temas complejos desde el punto de vista económico o jurídico hayan sido o deban ser objeto de debate y de puntos de vista diferentes". Añade que "a la luz de los pareceres expresados, el Papa da sus orientaciones y todos los responsables las siguen”.

Finalmente asegura: “El artículo que ha dirigido directamente ataques personales se debe considerar indigno y mezquino". El portavoz además desmiente: "No es verdad que la Secretaría para la Economía no está llevando adelante su trabajo con continuidad y eficacia”. Para confirmar esto, el padre Lombardi anunció que se prevé que en los próximos meses se publicarán los balances del 2014 y el presupuesto del 2015 para todas las entidades de la Santa Sede, incluida la misma Secretaria. Baste recordar que el año pasado por primera vez el Vaticano ha publicado sus balances en internet.

Durante Vatikeaks, dicha revista describía una lucha de poder entre el entonces secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone y diversas autoridades de la Santa Sede. Hoy que el cardenal Bertone está retirado, la revista indica a otros purpurados usando exactamente el mismo esquema anterior. 

Incluso la publicidad del artículo acusa a la Santa Sede de "hacer negocios" con las estampillas, camisetas y objetos religiosos, considerando que por lo tanto nada ha cambiado en el Vaticano. 

El artículo publicado por la revista, pone en el blanco de las críticas también al cardenal australiano George Pell, nuevo secretario de Economía, cuyo dicasterio ha asumido competencias de control económico y gestión de la Santa Sede.

Le acusa de dar sueldos altísimos y comprar viajes aéreos en primera clase. En lo que la publicación anuncia como un “nuevo VatiLeaks”, indica tener facturas, aunque las fotos en la revista no están. Si bien en la publicidad de la revista figura la portada de un acta de una reunión cardenales de la Sección Extraordinaria del APSA, las citaciones que reporta de los cardenales estarían en el interno del acta, las que no publican. 

Leer también. Vaticano: el IOR publica en su web la rendición de cuentas

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Santa Sede y Patriarcado de Moscú ponen la familia al centro de la acción cultural
Un grupo mixto se reúne por primera vez para coordinar los proyectos culturales entre ambos. Es necesario anunciar la belleza del amor humano en el que se manifiesta el misterio mismo de Dios

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 27 de febrero de 2015 (Zenit.org) - “La cultura es una gran vía para construir una seria y profunda cercanía espiritual entre las distintas confesiones cristianas”. A partir de esta idea, en los días pasados se reunió en Moscú por primera vez un grupo mixto para la coordinación de proyectos culturales entre la Santa Sede y el Patriarcado de Moscú. Tal y como explica una nota publicada por el Pontificio Consejo de la Familia este encuentro es “fruto maduro de una intuición compartida entre el metropolita Hilarión y el cardenal Koch, y coordinado conjuntamente por el Departamento de Asuntos Exteriores del Patriarcado de Moscú y del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos".

Durante el encuentro --refiere el comunicado-- se discutieron y analizaron distintas iniciativas culturales que se llevarán a cabo de forma conjunta entre el Santa Sede y el Patriarcado de Moscú durante el 2016: la música, la pintura, el estudio de una lengua y de la cultura, han sido reconocidos elementos imprescindibles para un diálogo fecundo y verdadero.

“Se ha hablado, y no poco, también de familia y de cómo es necesario y un deber realizar un profundo y serio trabajo cultural capaz de anunciar la belleza del amor humano en el que se manifiesta el misterio mismo de Dios”, explican. Además anuncian que durante los próximos meses se anunciarán las distintas iniciativas fruto de este grupo que ya se ha dado cita el año que viene en Roma.

La delegación de la Santa Sede estaba compuesta por monseñor Carlos Alberto de Pinho Moreira Azevedo, delegado del Pontificio Consejo para la Cultura, por el p. Hyacinte Destivelle, oficial del Pontificio Consejo para la Unidad de los cristianos y por don Andrea Ciucci, en representación del Pontificio Consejo para la Familia.

Por su parte, la delegación del patriarcado estaba presidida por el archimandrita Filarete Bulekov, vice-presidente del Departamento para Asuntos Exteriores, acompañado por Stefan Igumnov, secretario para las relaciones inter-cristianas, el Rev.do Alexis Dikarev, colaborador del departamento, encargado de las relaciones con la Iglesia católica, Ioann Kopeikin, encargado de los intercambios de estudiantes, el señor Vasyl Nesterenko, pintor, y el señor Aleksej Puzakov, maestro del Coro sinodal.

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Dos años desde la renuncia de Benedicto XVI
El portavoz del Vaticano: 'El artículo de L'Espresso es indigno y mezquino'

Por Rocío Lancho García

CIUDAD DEL VATICANO, 27 de febrero de 2015 (Zenit.org) - “Soy un simple peregrino que inicia la última etapa de su peregrinación en esta tierra”. Con estas palabras, el santo padre Benedicto XVI se despidió en Castel Gandolfo de su vida como Sumo Pontífice hace dos años. El 28 de febrero de 2013, 17 días después de sorprender al mundo con su renuncia, el pontífice alemán se retiró en la residencia papal de verano, para retirarse durante el periodo de Sede Vacante. Ese mismo día, fue sellado el apartamento pontificio.

En su último día de pontificado, Benedicto XVI tuvo un intenso programa. Por la mañana saludó a los cardenales presentes en Roma en la Sala Clementina del Vaticano. En aquel encuentro recordó que la Iglesia “es de Cristo” y  “no es una institución sino una realidad viviente”. Asimismo exhortó a los cardenales a pedir al Espíritu Santo sentirse “plenamente dóciles en la elección del nuevo Papa”. Allí mismo, Benedicto XVI prometió “obediencia al nuevo Papa”.

Por la tarde, a las 16,45, en el patio San Damián en el Vaticano saludó a algunas otras autoridades y a sus colaboradores de la Secretaría de Estado, mientras un piquete de la Guardia Suiza le rindió los honores.

En coche se dirigió al helipuerto vaticano, situado a unos 800 metros de distancia, donde hizo los últimos saludos y desde allí voló en helicóptero hasta Castel Gandolfo, tras 15 minutos de vuelo. Benedicto XVI se quedó allí un par de meses. Después regresó al monasterio Mater Ecclesiae en el Vaticano, donde reside desde hace dos años. Al llegar a Castel Gandolfo, el papa emérito fue recibido por la autoridades locales de la ciudad y por el obispo de la diócesis, Marcello Semeraro. Después se asomó al balcón y pronunció sus últimas y emotivas palabras como Pontífice

A las 20 horas del 28 de febrero de 2013 Benedicto XVI dejó de ser papa. Desde este momento se llama papa emérito Benedicto XVI y usa hábito talar blanco, o sea sotana blanca, sin la esclavina o pequeña capa que cubre los hombros.

La Guardia Suiza cerró las puertas del castillo de Castel Gandolfo y dejaron de ejercer sus funciones en este tiempo en la residencia temporal de Benedicto XVI, pues ya no había Papa a quien custodiar y entró en función la Gendarmería del Vaticano.

En su última audiencia general, el día anterior a su despedida, Benedicto XVI recordó en la catequesis que cuando el 19 de abril de hace casi ocho años aceptó asumir el ministerio petrino, “tuve esta firme certeza que siempre me ha acompañado: la certeza de la vida de la Iglesia por la Palabra de Dios”. Además, afirmó que en estos años “nunca me he sentido solo al llevar la alegría y el peso del ministerio petrino; el Señor me ha puesto cerca a muchas personas que, con generosidad y amor a Dios y a la Iglesia, me han ayudado y han estado cerca de mí”.

Y deseó que su saludo y su "agradecimiento llegara además a todos: el corazón de un Papa se extiende al mundo entero”. Benedicto XVI explicó que “en estos últimos meses, he notado que mis fuerzas han disminuido, y he pedido a Dios con insistencia, en la oración, que me iluminara con su luz para tomar la decisión más adecuada no para mi propio bien, sino para el bien de la Iglesia”.

De este modo, estos dos últimos años el papa emérito ha vivido retirado del mundo, dedicado a la oración. En algunas ocasiones ha participado en actos públicos y así lo hemos podido ver en los dos consistorios de creación de nuevos cardenales, en la Jornada por la Tercera Edad o el día que pasará a la historia como el día de los cuatro papas, la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II.

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Mirada al mundo


Obispos de Venezuela: '¡Basta de violencia asesina!'
Deploran las muertes de los jóvenes en Táchira, Zulia y Caracas, dos de ellos a manos de funcionarios de la seguridad del Estado. Hacen un llamamiento a crear un clima de paz

Por Redacción

MADRID, 27 de febrero de 2015 (Zenit.org) - El arzobispo de Caracas, cardenal Jorge Urosa Sabino, ha deplorado este jueves el asesinato de varios jóvenes en Venezuela y ha expresado sus condolencias a las familias.

En declaraciones enviadas a los medios por la Oficina de Prensa de la Arquidiócesis, el purpurado venezolano se ha referido a los jóvenes fallecidos en Táchira, Zulia y Caracas, dos de ellos a manos de funcionarios de la seguridad del Estado.

En el país sudamericano, las diversas protestas que se han sucedido en los últimos días han sido duramente reprimidas por el Gobierno de Nicolás Maduro, con trágicas consecuencias.

Ante estos hechos, el arzobispo de Caracas ha clamado: "¡Basta de violencia asesina!" También ha exigido una "sanción para los culpables, y que se prohíba el uso de armas letales para controlar manifestaciones".

Asimismo, el cardenal Urosa ha asegurado que "la renovación moral implica el rechazo a la violencia y la determinación a trabajar por la paz".

Por su parte, el obispo de San Cristóbal, Mons. Mario Moronta ha pedidoencarecidamente a las autoridades civiles, militares y policiales que "no empleen ni métodos ni armamentos contrarios a la legalidad y a la dignidad de los seres humanos".

En un comunicado, respaldado por la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), el prelado ha recordado a los agentes de seguridad que es su deber mantener el orden, apegados a la ley y el respeto a los derechos humanos, y ha advertido que "la protesta es un derecho ciudadano" que también debe realizarse en los parámetros de la legalidad y ser pacífica.

"Los causantes de la muerte del joven estudiante y de otros desmanes deben asumir su responsabilidad y ser llevados a los órganos correspondientes de administración de justicia", ha afirmado Mons. Moronta en el escrito.

Además, ha exhortado a que "siguiendo la invitación del Papa Francisco" se agoten los espacios "para el encuentro y el diálogo" que sea constructivo para la búsqueda de soluciones.

Por último, el obispo de San Cristóbal ha indicado que "estamos todos invitados a dar nuestra contribución a la crisis por la que atraviesa el país. Cada uno desde su posición, respetando el ordenamiento constitucional y jurídico del país".

En este sentido, los dirigentes políticos de todas las tendencias están llamados a "sumar esfuerzos para crear un clima de paz", ha concluido.  

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'Los musulmanes condenamos la destrucción del legado cultural de Mosul'
Declaración del Centro Cultural Islámico de Madrid. La Unesco pide una reunión urgente del Consejo de Seguridad para abordar la protección del patrimonio de Irak

Por Iván de Vargas

MADRID, 27 de febrero de 2015 (Zenit.org) - El grupo terrorista Estado Islámico (Daesh, por sus siglas en árabe) ha difundido el jueves un vídeo que muestra cómo destruyen decenas de piezas del Museo de la Civilización de Mosul y de las ruinas de la antigua ciudad de Nínive, algunas de ellas datan de la época asiria (siglo VII y VIII a. C.). Provistos de grandes mazos y taladros, los milicianos hacen añicos unas figuras de incalculable valor.

Ante estos hechos, el Dr. Sami El Mushtawi, director del Departamento Cultural del Centro Cultural Islámico de Madrid,  ha afirmado este viernes que "destruir obras de arte y parte del patrimonio cultural de la humanidad no es de la religión musulmana y si alguien destruye es prueba de su propia ignorancia".

En un breve comunicado, ha asegurado que "los musulmanes rechazamos y condenamos la destrucción del legado cultural de Mosul a manos de Daesh". "El Islam construye y nunca destruye", ha añadido.

El Mushtawi ha recordado también que "gracias a ese respeto cultural del Islam hacia otras culturas podemos visitar hoy en día el Museo egipcio de El Cairo, las Pirámides, la Esfinge… y ver todo el esplendor artístico en todo el mundo musulmán".

Por su parte, la directora general de la Unesco, Irina Bokova, ha pedido una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para abordar la protección del patrimonio cultural de Irak.

Bokova ha condenado lo que considera "un ataque deliberado contra la historia y la cultura milenaria de Irak y una nueva incitación a la violencia y el odio".

No es la primera vez que el Museo de la Civilización de Mosul es objeto de actos de pillaje, robos o destrucciones.

El último de los ataques a esta institución cultural --la segunda más importante de Irak-- se produjo el año pasado, cuando las milicias de Daesh invadieron la ciudad.

Algunas de las piezas fueron expoliadas, por parte de dirigentes de este grupo fundamentalista para venderlas y financiar así su organización.

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Nueve mil misioneros españoles trabajan actualmente en América Latina
El domingo se celebra la Jornada de Hispanoamérica, bajo el lema 'Evangelizadores con la fuerza del Espí­ritu'. Esas tierras cuentan con el 50 por ciento de los católicos

Por Redacción

MADRID, 27 de febrero de 2015 (Zenit.org) - La Iglesia española celebra el próximo domingo la Jornada de Hispanoamérica, organizada por la Comisión Episcopal de Misiones y Cooperación entre las Iglesias de la Conferencia Episcopal Española (CEE).

Esta jornada, que se celebra desde 1959, pretende intensificar la cooperación de los cristianos con la labor evangelizadora en América Latina, tierra evangelizada y evangelizadora donde se encuentra el 50 por ciento de los católicos. Este año, se celebra bajo el lema "Evangelizadores con la fuerza del Espíritu", han informado las Obras Misionales Pontificias (OMP) en un comunicado. 

"La actividad misionera de la Iglesia en América Latina es una continua solicitud por los más necesitados" afirma el cardenal Marc Ouellet, presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, en el mensaje que escribe anualmente con ocasión de esta Jornada. El purpurado reconoce el valor de las comunidades cristianas españolas que partieron para América con el objetivo de llevar la fe, y hace un repaso del perfil de cómo debe ser un misionero: estar siempre disponible para ser enviado, transmitir la alegría del Evangelio a pesar de las grandes dificultades y tener especial solicitud con los más pobres.

En España, destaca el trabajo de la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana (OCSHA), servicio dependiente de la Comisión Episcopal de Misiones y Cooperación entre las Iglesias, para los sacerdotes diocesanos que parten a la misión en América.

Actualmente hay 289 sacerdotes de la OCSHA en 20 países americanos. Incluyendo estos sacerdotes de la OCSHA, en total hay nueve mil misioneros españoles (sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos) que están cooperando con las Iglesias más jóvenes de América Latina. 

Para reconocer su trabajo y colaborar con sus necesidades pastorales se celebra cada año el Día de Hispanoamérica. Se aprovecha esta Jornada para celebrar las bodas de oro sacerdotales de los misioneros de la OCSHA, que están en la misión, o han regresado después de muchos años de servicio en aquellas tierras.

En esta Jornada se hace un reconocimiento a una nueva realidad, que es como la otra cara de la moneda. Actualmente hay una amplia presencia de sacerdotes hispanoamericanos en la Iglesia española, como expresión de la cooperación entre las Iglesias de América y Europa.

Para ayudarles a conocer de cerca la situación eclesial, la CEE, a través de las Comisiones Episcopales del Clero, Misiones y Migraciones, organiza cada año un curso de acogida y preparación para estos sacerdotes.

Las diócesis españolas colaboran económicamente con esta actividad misionera en Hispanoamérica. Algunas hacen sus aportaciones directamente a alguna de estas Iglesias jóvenes con las que tienen un compromiso de colaboración. Otras lo hacen a través de la Comisión Episcopal de Misiones, destinando a este fin lo recaudado en las colectas del domingo de la Jornada.

Con esta segunda vía, se recaudaron 63.655,57 euros en 2014. Junto con los donativos de particulares, la recaudación total de la Jornada de Hispanoamérica del año pasado fue de 64.543,65 euros.

Al mismo tiempo, la Comisión Episcopal de Misiones respalda con su patrocinio desde hace 20 años, a la ONG Misión América, que gestiona proyectos sociales y pastorales promovidos por sacerdotes y laicos misioneros en el continente americano.

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Entrevista


'La aventura vocacional no termina el día de la ordenación'
Monseñor Patrón Wong, secretario para los seminarios de la Congregación para el Clero, afirma que el Papa recuerda a los sacerdotes que lo mejor que nos ha sucedido en la vida es encontrarnos con la mirada y la llamada amorosa de Jesús

Por Rocío Lancho García

CIUDAD DEL VATICANO, 27 de febrero de 2015 (Zenit.org) - El seminario no es una universidad donde solo se aprenden conceptos profesionales o teóricos, es una experiencia de vida. Además, la pastoral vocacional desarrolla un acompañamiento y discernimiento muy concreto, para que los jóvenes descubran su vocación cristiana específica. Son ideas del monseñor mexicano Jorge Carlos Patrón Wong, secretario para los seminarios en la Congregación para el Clero, cargo que desempeña desde hace poco más de un año. Llegó a Roma en noviembre del 2013 directamente desde la diócesis de Papantla. ZENIT le ha entrevistado para saber más sobre el trabajo que ha desarrollado en estos 14 meses, cuál es su visión sobre la vida en los seminarios y cómo el Papa ayuda a los sacerdotes en su misión.

¿Cómo valora la situación actual de clero y los seminarios tras estos primeros meses de trabajo en la Congregación?
-- Se ha logrado una unidad y comunión entre la pastoral vocacional, la formación inicial y la formación permanente de los sacerdotes. Una pastoral vocacional y formación presbiteral relacionada con todas las pastorales, especialmente con la pastoral juvenil, la pastoral de la familia, y la catequesis.
La relación que hemos tenido con obispos, sacerdotes y seminaristas de diversas partes del mundo, las visitas realizadas a diferentes países, trabajando así --la pastoral vocacional, la formación inicial en los seminarios y la formación permanente con los sacerdotes-- generan una unidad, una perspectiva de colaboración e interrelación íntima. Toda la labor que se realiza a favor de la vida sacerdotal, impulsa y motiva la renovación del seminario y de la pastoral vocacional. Todo aquello que se hace en la pastoral vocacional tiene implicaciones en el desarrollo de los seminarios y consecuentemente, en la vida sacerdotal.
En lo referente a la pastoral vocacional, se impulsan los centros vocacionales diocesanos y nacionales. La vida se propone como vocación, como llamada. Es una novedad para la nueva generación, ya que la Iglesia habla directamente de que la vida es una vocación y da testimonio de ello. Generalmente los sistemas educativos y sociales impulsan mucho la búsqueda de un proyecto individualista de realización personal, olvidando la relación con Dios y con los demás.
En la Iglesia, la vida es propuesta como vocación, una vocación de amor y de servicio. También hoy es una novedad apreciar la vida humana, como un don; vivir el bautismo y la vocación cristiana como seguimiento  de Jesús y preguntarse: ¿Dónde y cómo quiere Dios que ame y sirva a mis hermanos? Y allí es donde la pastoral vocacional desarrolla un acompañamiento y discernimiento muy concreto, para que los jóvenes descubran su vocación cristiana específica: la vocación al sacerdocio, a la vida consagrada o al laicado comprometido.
Por eso aconsejamos que los centros nacionales y diocesanos estén muy coordinados con las parroquias, las universidades, las escuelas, los movimientos, la actividad social juvenil y las familias.  Y hacerlo en dimensión misionera: saliendo, anunciando y dando testimonio de que la vida es vocación.

¿Qué conclusiones concretas obtiene del trabajo realizado estos meses?
-- En los contactos que tenemos con los jóvenes seminaristas y en las investigaciones que se han hecho este año aparece un dato muy importante y central. Todos los seminaristas han tenido dos experiencias: el encuentro amoroso con Cristo y la presencia de uno o más sacerdotes cercanos a su vida, a su familia, sacerdotes amigos y acompañantes en su crecimiento.
Estos dos datos, que son muy claros, son profundos porque enlazan el llamado trascendente de Dios, la relación interpersonal y la respuesta humana. Debemos cuidar que el contacto y la relación interpersonal ayuden al joven al encuentro de amor con Dios Padre, más allá de la situación en la que se encuentre. La relación con Cristo y el acompañamiento cercano a los jóvenes están dando resultados positivos en el descubrimiento y desarrollo de la vocación. Los planes, los proyectos, la actualización de nuestra teología pastoral y de nuestra pedagogía son muy útiles, siempre y cuando esta doble relación se realice. En eso se está trabajando y haciendo conciencia. Es importante que la vocación sea un testimonio vivo del amor de Dios por medio de la amistad y acompañamiento.

En los seminarios la formación debe ser no sólo intelectual, sino, como usted dice, de experiencia ¿Cómo se trabaja este aspecto?
-- Estamos trabajando en la formación de formadores, sacerdotes que asumen como vocación el ser pastores de los futuros  pastores.
Hay una gran diferencia entre transmitir conocimientos y formar a una persona. La convivencia comunitaria en un seminario permite integrar en la vida cotidiana todas las dimensiones de la formación: la espiritualidad, el crecimiento y desarrollo humano, intelectual y académico, y el aspecto apostólico y misionero. En el seminario se integran todos estos elementos, de tal manera que estas cuatro dimensiones – espiritual, humana, intelectual, apostólica – vividas en comunidad, desarrollan al ser humano, al discípulo misionero y al futuro pastor según el corazón de Cristo.
El equipo formador y las muchas personas que intervienen en la vida del seminario están para acompañar al joven en la integración de estos aspectos, para que responda a su vocación humana, cristiana y presbiteral. El discernimiento, con la ayuda de los formadores, coloca al  joven en diálogo constante con Dios para descubrir en qué vocación específica le llama. En este sentido, el seminario es la propuesta positiva para descubrir y desarrollar una vocación  específica: la vocación sacerdotal ministerial o la vocación laical. En el caso de los jóvenes que descubren que Dios les llama a la vocación laical, todo lo aprendido en el seminario es base y fundamento de una vida comprometida con la sociedad y formando una familia.
El seminario no es una universidad donde solo se aprenden conceptos profesionales o teóricos, es una experiencia de vida. No es solo escuchar el llamado de Dios, es responder; y por eso el acompañamiento debe continuar toda la vida. Tenemos que estar ayudándonos unos a otros para que las respuestas personales sean las que Dios quiere: con fidelidad creciente y alegre.
Esta es otra novedad: formar sacerdotes que ayuden a otros sacerdotes en diferentes etapas de la vida. Hay propuestas donde muchos de los que han sido formadores en el seminario, posteriormente como párrocos continúan acompañando a sacerdotes jóvenes.
La aventura vocacional no termina el día de la ordenación, sino que se hace más amplia. Cada etapa y edad de la vida sacerdotal, enriquecida por la novedad de la misión encomendada, debe vivirse en sintonía y unidad.

¿Qué puntos en común ve en los problemas y desafíos de los seminarios del mundo?
--Vivir cada día como vocación permanente: Dios me llama por amor y yo respondo con alegría en el servicio concreto a mis hermanos. Cuando nos hacemos sordos al llamado hay ‘bajas’ y quiebres en nuestra respuesta. En cambio, cuando en cada instante se crece y se goza el llamado, se multiplica la felicidad y la generosidad en una respuesta plena. Todo va integrado porque, un buen sacerdote es un buen cristiano; y un buen cristiano es un buen ser humano.
Las dificultades y limitaciones existen; la formación inicial y permanente están ahí para ayudar a superar los obstáculos.
Así, la vida como vocación permanente se convierte en formación permanente: todos los días se aprende un aspecto de la vida y seguimiento de Jesucristo, que repercute directamente en el desarrollo humano, espiritual, académico y pastoral de la persona y la comunidad.
La vocación es un diálogo permanente de la persona con Dios, para responder a un servicio comunitario. Todo lo que hacemos es experimentar el amor de Dios para amar a los demás de una manera muy concreta: sirviendo. Cuando esto se tiene claro hay libertad y dinamismo comunitario para vivir esta relación de amor con Dios y los demás.
Hay desafíos que son generales, pero también cada cultura, cada país, cada etapa de la vida tiene los suyos. Esta Congregación está ayudando a promover este proceso de vida-vocación-formación permanente, a nivel de Iglesia universal, a través de  programas e itinerarios formativos graduales, integrales y capaces de ser adaptados a cada realidad cultural y nacional.

¿Los problemas sobre la vida sacerdotal y el clero que trascienden en los medios de comunicación son los reales?
-- Los problemas existen porque son parte de la vida humana. Pero la vida y la vocación no pueden verse solo como problema. Es aprendizaje, esfuerzo, crecimiento, porque la vida y la vocación se definen con el amor. Los problemas se resuelven con amor. Desde ahí se da solución a las realidades negativas y dolorosas. Esta pedagogía es propia del Evangelio y hay que actuarla de manera particular en los procesos formativos y educativos.  Es lo que hoy está dando mucha certeza a las nuevas generaciones. No escondemos los escándalos y las contradicciones, sino que ayudamos a descubrir la acción de Dios en lo más profundo de los corazones de los jóvenes, las familias y la sociedad, más allá de estas dolorosas situaciones. Las soluciones más radicales y duraderas se dan en el corazón. Ahí se encuentran la bondad de Dios y cada ser humano. Esta es la parte del trabajo que en la Congregación para el Clero me ha fascinado: en los encuentros con cientos de obispos, sacerdotes y  seminaristas de todo el mundo se habla con mucha claridad y libertad de los problemas y al mismo tiempo se buscan y encuentran modos para solucionarlos. Hay decisión y unidad para resolverlos, comenzando con la aportación de cada uno: vivir con mayor autenticidad y alegría la propia vocación.

El papa Francisco muestra continuamente su preocupación y cercanía por los sacerdotes, a veces incluso se dice que parece que siempre les está ‘regañando’. ¿Le parece a usted que es así?
-- El Papa ama a los sacerdotes, a los seminaristas, a los jóvenes, ama a todos aquellos que tratan de vivir el seguimiento a Jesús. Nos ama. Y como es un buen padre y conoce nuestras dificultades y los retos actuales siempre nos advierte sobre las tentaciones y los errores que debemos evitar, o que no se deben repetir. Es un Papa que nos ama al estilo de Cristo: en la verdad y en la misericordia. El Papa Francisco es un ejemplo muy claro y cercano de cómo se integra la vida humana, cristiana y sacerdotal, siempre al servicio de los demás, especialmente de los más necesitados. Sus palabras y su vida son un motor motivacional porque es una realidad visible, palpable y contagiosa. Así sentimos su cercanía. Sus advertencias y modo de hablar nacen del corazón de un buen padre y de la experiencia de la vida. Por eso el Papa Francisco tiene una  gran sintonía con los obispos, los sacerdotes y los seminaristas, porque nos habla al corazón y nos habla de nuestra vida concreta, sin “rodeos” o palabras vanas. Cuando lo escuchamos, lo sentimos así: le queremos y nos quiere, nos ayudamos mutuamente, compartimos gozos y tristezas, porque siempre nos recuerda que lo mejor que nos ha sucedido en la vida es encontrarnos con la mirada y la llamada amorosa de Jesús para comunicar la alegría del Evangelio.

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Rome Reports


Universidad lanza curso para vaticanistas (Vídeo)
Semanalmente estudiarán cuestiones como la financiación de la Iglesia o el Sínodo de la Familia

Por Rome Reports

ROMA, 27 de febrero de 2015 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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Carrie Underwood, ganadora de American Idol lanza canción cristiana (Vídeo)
'Something in the water' es la nueva canción de esta cantante country

Por Rome Reports

ROMA, 27 de febrero de 2015 (Zenit.org) - Para ver el vídeo hacer click aquí.

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Cardenal de Sarajevo: Juan Pablo II ayudó pero todavía queda mucho para reconciliarse (Vídeo)
Vinko Puljić espera que el próximo viaje de Francisco suponga un fuerte paso hacia la paz

Por Rome Reports

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Espiritualidad


Beato Daniel Alejo Brottier - 28 de febrero
«Este religioso conocido como el comerciante del cielo era un ardiente misionero, pero su mala salud le obligó a abandonar su misión en África. Su arte e ingenio, junto a la gracia, revertió en una fecunda acción apostólica»

Por Isabel Orellana Vilches

MADRID, 27 de febrero de 2015 (Zenit.org) - Nació en la localidad francesa de La Ferté Saint-Cyr el 7 de septiembre de 1876. Sus padres, Jean y Bertha, humildes y creyentes, le educaron en la fe, y en 1893 se dispuso a entregar su vida como sacerdote. El seminario de Blois fue el escenario donde cursó sus estudios eclesiásticos que culminaron con su soñada ordenación en 1899. Una de las primeras misiones que le encomendó el prelado fue la docencia. De modo que, por indicación suya, durante algunos cursos impartió clases en el colegio de Pontlevoy, centro dependiente de la diócesis. Pero en su corazón se abrió paso el espíritu misionero y convencido de que se trataba de un directo llamamiento de Dios, se vinculó a los religiosos de laCongregación del Espíritu Santo en 1902.

La certeza de haber sido elegido por Él no minimizó su sacrificio. Dio el paso contrariándose a sí mismo, como revela el escrito que dirigió el 6 de julio de ese mismo año al padre Genoud, que sería el responsable de su formación:«No pensé que sería tan dificil dejar el mundo atrás. Cuando se compara este sacrificio con lo que otras personas tienen que hacer, parece poca cosa, o casi nada, pero cuando te toca directamente se convierte en algo enteramente diferente. Sin embargo, me consuela que en la profundidad de mi ser, experimento el mismo entusiasmo que me motivó durante el retiro del año pasado». Era honesto y sincero. Su determinación irrevocable ponía de relieve la autenticidad de su vocación.

El Padre celestial, que todo lo conoce, no dilató el cumplimiento de ese anhelo evangelizador de Daniel. Valeroso, audaz, había sido motivo de descanso para su superior general haciéndole saber de primera mano su plena disposición, a través de la carta que le envió en septiembre de 1903:«No quiero presumir nada, pero si tienes una misión muy peligrosa, en donde mi vida estaría en riesgo, con toda franqueza, estoy listo para ello». Efectuada su profesión, un més más tarde fue trasladado a Senegal y comenzó su labor en Dakar en noviembre.

Con gran ardor apostólico dio a conocer a Cristo entre las gentes de este país, con las que permaneció siete años, transmitiendo la fe en su propia lengua que se había ocupado de aprender, hasta que la dureza del clima afectó a su salud y tuvo que regresar a su país. Esta iba a ser la tónica de su labor misionera. Esa tierra africana, que ya llevaba grabada en sus entrañas, se le resistiría a causa de su endeble organismo. Los continuos ataques de migraña le devolvían a su país remedando el flujo incesante de las olas marinas, hasta que definitivamente tuvo que entregar a Dios su misión. El proceso había sido harto doloroso. Obligado a regresar a Francia por vez primera en 1906, a indicación de sus superiores preocupados por la intensa y persistente afección, los cuidados médicos le permitieron regresar en 1907. Pero prácticamente no hizo más que llegar, y de nuevo surgió el tormentoso dolor de cabeza, con lo cual determinaron que Francia sería su lugar de destino permanente. Entonces se dedicó a educar y asistir a la infancia y juventud abandonada. En junio de 1911, al ver disipada la opción de regresar a Senegal, hizo notar: «He prometido dejar todo en manos de la Providencia y no tomar ningún paso a favor ni en contra. Esa es la única manera para un religioso de cumplir su deber».

Era un hombre de oración, sencillo y humilde, que se dejó llevar en todo momento por su confianza en la divina Providencia. Estaba adornado de muchas cualidades que, unidas a su celo apostólico, le permitieron realizar grandes gestas para Cristo: iniciativa, gran creatividad así como visión y dotes para la administración. África corría por sus venas de apóstol, y pensando en nuevas vías de asistencia que pudiera llevar a cabo desde el lugar en el que se hallaba, creó «Recuerdo Africano», un instrumento que le reportó los recursos suficientes para erigir la catedral de Dakar.

En medio de la labor apostólica educativa que signaba su acontecer le sorprendió la Primera Guerra Mundial. «¿Qué puedo hacer frente a esta barbarie que arrasa con la salud, la vida y la civilización?», se preguntó. Y se convirtió en capellán de los militares, lo cual le permitió atender a los soldados y a los moribundos durante cuatro años en los que recorrió distintos frentes con grave riesgo de su vida. Por su abnegada labor ejercida entre tantas víctimas de la ferocidad humana, que se habían visto arrastradas por la sinrazón de las armas, a las que consoló, animó y confortó, además de dar cristiana sepultura a los caídos en el campo de batalla, le galardonaron con la Legión de Honor y la Cruz de Guerra.

El ejemplo de Teresa de Lisieux alumbró su vida, y bajo su intercesión impulsó la casa de huérfanos deAuteuil, un magnífico proyecto que ya estaba materializado, pero que pusieron bajo su responsabilidad en1923. Le dio un impulso decisivo. Tanto es así, que una decena de años más tarde dio como resultado la atención de un millar y medio de jóvenes. A su entusiasta labor se debe la construcción de una basílica dedicada a la santa de Lisieux también en Auteuil, bendecida en1930. Otra de las acciones sociales en las que se implicó fue la Unión Nacional de Excombatientes, de carácter benéfico, que aglutinó nada menos que a dos millones de personas.

Es verdad que tenía arte e ingenio para despertar la solidaridad de la gente que promovía con innegable capacidad inventiva. Por ello se le ha denominado «comerciante del cielo». Pero en realidad su fecundidad apostólica se explica fundamentalmente por su insistente oración y fidelísima entrega. Consumido por el amor y extenuado por el esfuerzo continuo que había realizado, falleció enParís el 28 de febrero de 1936. Fue beatificado porJuan Pablo II el 25 de noviembre de 1984.

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Primera predicación de Cuaresma: 'La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida'
El padre Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia, propone a la Curia Romana unas reflexiones sobre la 'Evangelii gaudium' del papa Francisco

Por Redacción

CIUDAD DEL VATICANO, 27 de febrero de 2015 (Zenit.org) - El padre Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia, ha comenzado este viernes en el Vaticano con las tradicionales predicaciones que hace en el tiempo de Cuaresma, dirigidas a la Curia Romana. En la meditación de esta mañana no ha participado el papa Francisco, debido a que estaba regresando de sus Ejercicios Espirituales en las afueras de Roma.

A continuación, publicamos el texto íntegro de la reflexión introductoria del padre Cantalamessa:

P. Raniero Cantalamessa, ofmcap.

Primera Predicación de Cuaresma 2015

“LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO LLENA EL CORAZÓN Y LA VIDA”

Reflexiones sobre la “Evangelii gaudium” del papa Francisco

Me gustaría aprovechar la ausencia del Santo Padre, en esta primera meditación de Cuaresma, para proponer una reflexión sobre su Exhortación apostólica Evangelii gaudiun, que no me habría atrevido a hacer en su presencia. No se tratará, por supuesto, de un comentario sistemático, sino sólo de reflexionar juntos y asumir algunos de sus puntos clave.

1. El encuentro personal con Jesús de Nazaret

Escrita al concluir el Sínodo de los Obispos sobre la nueva evangelización, la exhortación presenta tres polos de interés que se entrelazan entre sí: el sujeto, el objeto y el método de la evangelización: quién debe evangelizar, qué se debe evangelizar, cómo se debe evangelizar. Sobre el sujeto evangelizador, el Papa dice que se compone de todos los bautizados:

“En virtud del Bautismo recibido, cada miembro del Pueblo de Dios se ha convertido en discípulo misionero (cf. Mt 28,19). Cada uno de los bautizados, cualquiera que sea su función en la Iglesia y el grado de ilustración de su fe, es un agente evangelizador, y sería inadecuado pensar en un esquema de evangelización llevado adelante por actores calificados donde el resto del pueblo fiel sea sólo receptivo de sus acciones. La nueva evangelización debe implicar un nuevo protagonismo de cada uno de los bautizados” (n. 120).

Esta afirmación no es nueva. La había expresado el beato Pablo VI en la Evangelii nuntiandi, San Juan Pablo II en la Christifideles laici; Benedicto XVI había insistido sobre el papel especial reservado en ella para la familia 1. Incluso antes de esto, la llamada universal a evangelizar había sido proclamada por el decreto Apostolicam actuasitatem del Concilio Vaticano II. Una vez he escuchado a un laico americano comenzar así una intervención evangelizadora: "Dos mil quinientos obispos, reunidos en el Vaticano, me han escrito para que venga a anunciaros el Evangelio". Todos, por supuesto, tenían curiosidad por saber quién era este hombre. Y entonces él, que también era un hombre lleno de humor, explicó que los dos mil quinientos obispos eran los que estaban reunidos en el Vaticano para el Concilio Vaticano II y habían escrito el documento sobre el apostolado de los laicos. Él tenía toda la razón: ese documento no estaba dirigida a todos y nadie; estaba dirigido a todos los bautizados, y él lo tomó con razón como dirigido personalmente a él.

No es, por lo tanto, en este punto donde se tiene que buscar la novedad de la EG del papa Francisco. Él no hace más que reiterar lo que sus predecesores habían inculcado en varias ocasiones. La novedad debe buscarse en otra parte, en el llamamiento que dirige a los lectores al comienzo de la carta, y que constituye, creo, el corazón de todo el documento:

“Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él” (EG, n. 3).

Esto quiere decir que el objetivo final de la evangelización no es la transmisión de una doctrina, sino el encuentro con una persona, Jesucristo. La posibilidad de un encuentro cara a cara depende del hecho de que Jesús, resucitado, está vivo y quiere caminar al lado de cada creyente, así como realmente andaba con los dos discípulos en el camino a Emaús; es más, como estaba en sus corazones cuando regresaban a Jerusalén, después de recibirlo en el pan partido.

En el lenguaje católico “el encuentro personal con Jesús” nunca ha sido un concepto muy familiar. En lugar de encuentro “personal”, se prefería la idea del encuentro eclesial, que se lleva a cabo, es decir, a través de los sacramentos de la Iglesia. La expresión tenía, para nuestros oídos católicos, unas resonancias vagamente protestantes. El Papa no piensa evidentemente a un encuentro personal que sustituye al eclesial; sólo quiero decir que el encuentro eclesial debe ser también un encuentro libre, querido, espontáneo, no puramente nominal, legal o consuetudinario..

Para entender lo que significa tener un encuentro personal con Jesús, debemos echar un vistazo, por somero que sea, a la historia de la Iglesia. ¿Cómo se convertían en cristianos en los tres primeros siglos de la Iglesia? Con todas las diferencias de un individuo a otro y de un lugar a otro, esto ocurría después de una larga iniciación, el catecumenado, y era el resultado de una decisión personal, incluso también arriesgada por la posibilidad del martirio.

Las cosas cambiaron cuando el cristianismo se convirtió, inicialmente en una religión tolerada (edicto de Constantino en el 313) y después, en poco tiempo, en la religión favorecida, cuando no incluso la impuesta. A principios del siglo V, el emperador Teodosio II emitió una ley según la cual sólo los bautizados podían acceder a los cargos públicos. A esto se sumó el hecho de las invasiones bárbaras que en breve tiempo cambiaron por completo la disposición política y religiosa del imperio. Europa Occidental se convirtió en un conjunto de reinos bárbaros, con una población en algunos casos arriana, en la mayoría pagana.

En las regiones del antiguo imperio (sobre todo en oriente y en Italia centro meridional) ser cristianos ya no era una decisión del individuo, sino de la sociedad, más aún ahora que el bautismo se administraba casi siempre a los niños. En cuanto a los reinos bárbaros, en su interior regía la costumbre que la población seguía la decisión del jefe. Cuando, en la noche de Navidad del 498 o 499, el rey de los francos Clodoveo se hizo bautizar en Reims por el obispo de San Remigio, todo su pueblo lo siguió. (Esta es la razón por la que Francia ha tenido el título de “Hija primogénita de la Iglesia”). Así comenzó la práctica del bautismo en masa; mucho antes de la Reforma protestante estaba en marcha la norma: “Cuius regio eius et religio”: la religión del rey es también la del reino.

En esta situación, el énfasis no se pone más en el momento y la forma en que uno llega a ser cristiano, es decir, sobre cómo llegar a la fe, sino sobre las exigencias morales de la misma fe, sobre el cambio de costumbres; en otras palabras, sobre la moral. La situación, sin embargo, fue menos grave de lo que pueda parecernos hoy, ya que, con todas las contradicciones que sabemos, sin embargo, la familia, la escuela, la cultura y poco a poco también la sociedad ayudaban, casi espontáneamente, a absorber la fe. Por no hablar de que, desde el comienzo de la nueva situación, nacieron formas de vida, como la vida monástica y luego las diversas órdenes religiosas, en las que el bautismo era vivido en toda su radicalidad y la vida cristiana era el resultado de una decisión personal, a menudo heroica.

Esta situación llamada “de cristiandad” ha cambiado radicalmente y no es este el caso para detenerse a ilustrar los tiempos y las formas del cambio. Sólo tenemos que saber que ya no es como en los siglos pasados en los que se formaron la mayoría de nuestras tradiciones y de nuestra propia mentalidad. El advenimiento de la modernidad, comenzada con el humanismo, acelerada por la Revolución Francesa y la Ilustración, la emancipación del Estado de la Iglesia, la exaltación de la libertad individual y la autodeterminación y para finalizar la secularización radical en la que ha derivado, han cambiado profundamente la situación de la fe en la sociedad.

De ahí la urgencia de una nueva evangelización, es decir, de una evangelización que se mueva a partir de bases diferentes a las tradicionales, y teniendo en cuenta la nueva situación. Se trata básicamente de crear las oportunidades para que los hombres de hoy puedan tomar, en el nuevo contexto, la decisión personal libre y madura que los cristianos adoptaban al inicio cuando recibían el bautismo y que les convertía en cristianos reales y no sólo nominales.

2. ¿Cómo responder a las nuevas exigencias?

Naturalmente no somos los primeros en plantearnos el problema. Para no remontarnos todavía más atrás, recordemos el establecimiento, en 1972, del “Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos” (RICA) que propone una especie de camino catecumenal para el bautismo de los adultos. En algunos países con religión mixta, donde muchas personas piden el bautismo siendo adultos, esta herramienta ha demostrado ser muy eficaz.

¿Pero qué hacer con la masa de cristianos ya bautizados que viven como cristianos sólo de nombre y no de hecho, completamente ajenos a la Iglesia y a la vida sacramental? La respuesta a este problema ha surgido más de Dios mismo que de la iniciativa humana. Y son los movimientos eclesiales, grupos laicales y comunidades parroquiales renovadas, aparecidas después del Concilio. La contribución conjunta de todas estas realidades, a pesar de la gran variedad de estilos y la composición numérica, es que ellas son el contexto y el instrumento que permite a muchas personas adultas tomar una decisión personal por Cristo, tomarse en serio su bautismo, convertirse en sujetos activos de la Iglesia.

San Juan Pablo II veía en estos movimientos y comunidades parroquiales vivas “los signos de una nueva primavera de la Iglesia”. En la Novo millennio ineunte escribía:

“Tiene gran importancia para la comunión el deber de promover las diversas realidades de asociación, que tanto en sus modalidades más tradicionales como en las más nuevas de los movimientos eclesiales, siguen dando a la Iglesia una viveza que es don de Dios constituyendo una auténtica primavera del Espíritu 2”.

De la misma forma se ha expresado, en varias ocasiones, Benedicto XVI. En la homilía de la Misa crismal del Jueves Santo de 2012, ha dicho:

“Mirando a la historia de la época post-conciliar, se puede reconocer la dinámica de la verdadera renovación, que frecuentemente ha adquirido formas inesperadas en momentos llenos de vida y que hace casi tangible la inagotable vivacidad de la Iglesia, la presencia y la acción eficaz del Espíritu Santo”.

3. Porqué el evangelio llena de alegría el corazón y la vida del creyente.

Pero ahora volvamos a la carta del papa Francisco. Comienza con las palabras que han inspirado el título del documento: “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús”. Existe un vínculo entre el encuentro personal con Jesús y experimentar la alegría del Evangelio. La alegría del Evangelio, se experimenta sólo mediante el establecimiento de una relación íntima, de persona a persona, con Jesús de Nazaret.

Si no queremos que las palabras sean sólo palabras, tenemos que plantearnos a este punto una pregunta: ¿por qué el Evangelio sería una fuente de alegría? ¿La expresión es solamente un eslogan cómodo, o corresponde a la verdad? Más aún, ¿por qué el Evangelio se llama así: euangelion, o sea buena noticia, noticia bella, gozosa? La mejor manera para descubrirlo es partir desde el momento en el cual esta palabra aparece por primera vez en el Nuevo Testamento y precisamente en la boca de Jesús. Marcos al inicio de su Evangelio resume en pocas palabras el mensaje fundamental que Jesús iba predicando en las ciudades y pueblos en donde iba, después de su bautismo en el Jordán:

“Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo:El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; Convertíos y creed en el Evangelio” (Mc 1, 14-15).

A primera vista se diría que esta no es precisamente una noticia “gozosa”, una noticia alegre; suena más bien como una llamada de atención severa, un llamamiento austero al cambio. En este sentido este viene propuesto al inicio de la Cuaresma, en el Evangelio del primer domingo, y se acompaña con el rito de las cenizas en la cabeza: “¡Convertíos y creed en el Evangelio!”. Por eso es vital entender el verdadero sentido de este inicio del Evangelio.

Antes de Jesús, convertirse significaba siembre “volver atrás”, (como indica el mismo término usado en hebreo, para indicar esta acción, o sea el término shub); significaba volver a la alianza violada, mediante una renovada observancia de la ley. Dice el Señor por boca del profeta Zacarías: “convertíos a mi […], volved de vuestro camino perverso” (Zc 1, 3-4; cfr. también Jr 8, 4- 5).Convertirse tiene por lo tanto un significado principalmente ascético, moral y penitencial que se actúa cambiando la conducta de la propia vida. La conversión es vista como condición para la salvación; el sentido es: convertíos y seréis salvados; convertíos y la salvación llegará a vosotros.

Este es el significado predominante que la palabra conversión tiene en los labios de Juan el Bautista (cfr. Lc 3, 4-6). Pero en la boca de Jesús este significado cambia: no porque Jesús se divertía cambiando el sentido de las palabras, sino porque con él cambió la realidad. El significado moral pasa a un segundo plano (al menos en el inicio de la predicación), respecto a un significado nuevo, hasta ahora desconocido. Convertirse no significa más volver hacia atrás; significa más bien hacer un salto hacia adelante y entrar mediante la fe en el Reino de Dios que vino en medio de los hombres. Convertirse es tomar la decisión llamada “decisión del momento” delante de la realización de las promesas de Dios.

“Convertíos y creed” no significan dos cosas distintas y sucesivas, sino la misma acción: convertíos, o sea, creed; ¡convertíos creyendo! Lo afirma también santo Tomás de Aquino: “Prima conversio fit per fidem”, la primera conversión consiste en creer 3. Conversión y salvación se han intercambiado el lugar. No más: pecado – conversión – salvación

(Convertíos y seréis salvados; convertíos y la salvación vendrá a vosotros”), sino más bien: pecado – salvación – conversión. (“Convertíos porque sois salvados; porque la salvación ha venido a vosotros”). Los hombres no han cambiado, no son ni mejores ni peores que antes, es Dios el que ha cambiado y, en la plenitud del tiempo, ha enviado a su Hijo para que recibiéramos la adopción como hijos (cfr. Ga 4, 4).

Muchas parábolas evangélicas no hacen que reiterar este gozoso anuncio inicial. Una es la del banquete. Un rey hizo un banquete para las bodas de su hijo; en la hora establecida envió a sus siervos a llamar a los enviados (cfr. Mt 22, 1 ss.). Estos no había pagado antes el precio como se hace en las comidas sociales; no, el banquete es gratuito. Se trata solamente de aceptar o rechazar la invitación.Otra es la parábola de la oveja perdida. Jesús la concluye con las palabras: “Así, les dijo que hay más alegría delante de los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte”. (Lc 15,10). Pero, ¿en qué consiste la conversión de la oveja? Quizás en que ella haya regresado al rebaño por si misma? No, es el pastor que ha ido a buscarla y la ha llevado al rebaño cargada en su espalda.

San Pablo, en la carta a los romanos (3, 21 ss.), será el anunciador indómito de esta extraordinaria novedad evangélica, después que Jesús le hizo pasar esta experiencia dramática en su vida.Así recuerda el hecho que cambió el curso de su vida::

“Pero todo lo que hasta ahora consideraba una ganancia, [ser circunciso, judío, irreprensible por lo que se refiere a la observancia de la ley], lo tengo por pérdida, a causa de Cristo.Más aún, todo me parece una desventaja comparado con el inapreciable conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él he sacrificado todas las cosas, a las que considero como desperdicio, con tal de ganar a Cristo y estar unido a él, no con mi propia justicia –la que procede de la Ley– sino con aquella que nace de la fe en Cristo, la que viene de Dios y se funda en la fe” (Flp 3, 7-9).

Por esto el Evangelio se llama Evangelio y es fuente de alegría. Nos habla de un Dios que, por pura gracia, ha venido a nuestro encuentro en su Hijo Jesús. Un Dios que “amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna” (Jn 3, 16).

Muchos recuerdan del Evangelio casi solo la frase de Jesús: “El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga” (Mt 16, 24) y se convencen de que el Evangelio es sinónimo de sufrimiento y de negación de sí, y no de alegría. Pero profundicemos el discurso: “me siga” ¿dónde? ¿Al Calvario, a la muerte de cruz? No, en el Evangelio, esto constituye la penúltima etapa, nunca la última. Me siga, a través de la cruz, a la resurrección, a la vida, ¡a la alegría sin fin!

4.La fe y las obras y el Espíritu Santo

Pero ¿no reducimos así el Evangelio a una sola dimensión, la de la fe, descuidando las obras? ¿Y cómo conciliar la explicación apenas expuesta con otros pasajes del Nuevo Testamento donde la palabra conversión está dirigida a quien ha creído? A los apóstoles que le seguían desde hace tiempo Jesús les dijo un día: “Si no cambiáis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mt 18, 3); Juan, en el Apocalipsis, repite a cada una de las siete iglesias el imperativo “convertíos” (metanoeson), donde el sentido inequívoco de la palabra es: ¡vuelve al fervor primitivo, sé vigilante, cumple las obras de antes, deja de acunarte en la ilusión de estar bien con Dios, sal de tu tibieza! (cfr. Ap 2-3).

La cosa se explica con una sencilla analogía con lo que sucede con la vida física. El niño ni puede hacer nada para ser concebido en el sentido de la madre; necesita del amor de dos padres que le dan la vida; pero una vez que viene al mundo debe formar sus pulmones, respirar, mamar, o de lo contrario la vida recibida se apaga. En este sentido se entiende la frase de Santiago: “La fe sin las obras está muerta (St 2, 26), en el sentido de que sin las obras la fe “muere”.

Este es también el sentido que la teología católico siempre ha dado a la definición paulina de la “la fe que obra por medio del amor” (Ga 5, 6). Uno no se salva por las buenas obras, pero no se salva sin las buenas obras: podemos resumir así lo que el concilio de Trento dice sobre este punto y que el diálogo ecuménico hace más y más ampliamente compartido entre los cristianos.

La exhortación apostólica del papa Francisco reflexiona esta síntesis entre fe y obra. Después de haber iniciado hablando de la alegría del Evangelio que llena el corazón, en el cuerpo de la cartarecuerda todos los grandes “no” que el Evangelio pronuncia contra el egoísmo, la injusticia, la idolatría del dinero, y todos los grandes “sí” que esto nos anima a decir al servicio del los otros, el compromiso social, a los pobres.

La exigencia de compromiso que el Evangelio implica, no atenúa la promesa de alegría con la que Jesús inaugura su ministerio y el Papa inicia su exhortación, es más, la refuerza. Esa gracia que Dios ha ofrecido a los hombres enviando a su Hijo al mundo, ahora, que Jesús ha muerto y resucitado y ha enviado al Espíritu Santo, no deja al creyente solo luchando con las exigencias de la ley de del deber; pero hace en él y con él, mediante la gracia lo que él puede. Le da “una inmensa alegría en medio de todas las tribulaciones” (2 Co 7, 4).

Es la certeza con la que el papa Francisco concluye su exhortación. El Espíritu Santo, recuerda,“viene en ayuda de nuestra debilidad” (Rm 8, 26) (EG, n. 280). Él es nuestro gran recurso. La alegría prometida por el Evangelio es fruto del Espíritu (Ga 5, 21), y no se mantiene si no gracias a un continuo contacto con él.

En un reciente encuentro con los líderes de las Fraternidades carismáticas, el papa Francisco usó el ejemplo de lo que sucede en la respiración humana 4. Tiene dos fases: está la inspiración con la que se recibe el aire y está la espiración con la que se expulsa el aire. Son, decía, un bonito símbolo de lo que debe suceder en el organismo espiritual. Nosotros inspiramos el oxígeno que es el Espíritu Santo mediante la oración, la meditación de la palabra de Dios, los sacramentos, la mortificación, el silencio; derramamos el Espíritu cuando vamos hacia los otros, en el anuncio de la fe y en las obras de la caridad.

El tiempo de cuaresma que acabamos de empezar, es, por excelencia, tiempo de inspiración. Hagamos, en este tiempo, respiraciones profundas; llenemos de Espíritu Santo los pulmones de nuestra alma y así, sin que nos demos cuenta, nuestro aliento olerá a Cristo. ¡Buena Cuaresma a todos!

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1 Benedicto XVI, Discurso a la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para la Familia en 2011.

2 Novo millennio ineunte, 46.

3 Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, I-IIae, q. 113, a,4.

4 Discurso a los miembros de la "Catholic Fraternity of Charismatic Covenant Communities and Fellowships", Viernes, 31 de octubre de 2014.

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